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A la izquierda Potosí y a la derecha Cochabamba, el río Caine es la frontera entre ambos departamentos...

20.3.11

‘También la lluvia’ refleja que el agua es un derecho humano

Llegó a La Paz para la premier de la película También la lluvia, cuya trama refleja las prioridades de la política de cooperación española para el desarrollo en el sector agua y saneamiento básico para América Latina, expresó la Directora de Cooperación Sectorial y Multilateral de Aecid; y espera que esta obra (nominada para el Oscar) amplíe el debate y la acción sobre la necesidad de que las poblaciones vulnerables puedan acceder a un recurso natural vital frente al cambio climático

— ¿Porqué Aecid decide apoyar la película También la lluvia?
— La iniciativa nace porque para España el agua es un derecho humano importantísimo y para la cooperación española (Aecid) es un sector prioritario. De alguna manera la película española También la lluvia recoge la lucha del pueblo cochabambino por este derecho. La productora de la película se nos acercó en España para ver si podíamos hacer algo conjuntamente, aquí con la premier y otra presentación en Madrid este martes (22 de marzo) para debatir sobre el derecho al agua. Teniendo en cuenta que la película se ha hecho en Bolivia y decidimos acompañarlos junto a  la Embajada de España. La película también refleja las prioridades que tenemos.
— ¿Cree que esta película puede impulsar un debate sobre la importancia del derecho al agua y la necesidad de políticas públicas sectoriales?
— Es importante el cómo enfocamos el que la gente tenga agua. ¿Es algo que regalamos, es algo que se vende, es un derecho? España también está trabajando, a nivel de las Naciones Unidas en conseguir que los demás países tengan ese derecho. No es tanto el cómo se llegue sino que todos  tengan agua de calidad y en cantidad suficiente; que en las poblaciones vulnerables las tarifas sean accesibles. Ese es el debate de la película; es lo que España quiere empujar y lo que buscamos.
— ¿Qué debe llevar a acciones?
— Por parte de España lleva a acción no sólo en el discurso sino en las obras. El 2007, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero anunció la creación de un fondo de cooperación para el agua y saneamiento con un monto de $us 1.500 millones para América Latina. Bolivia es uno de los países que más programas tiene dentro del fondo.
— ¿A cuánto asciende el financiamiento para Bolivia?
— Los programas de agua de Bolivia están por unos $us 130 millones. Están empezando, tienen que arrancar y ejecutarse en los próximos 4 y 5 años. 
— ¿Cuál  será el destino de esos recursos comprometidos?
— Nuestra concepción tiene tres niveles: uno, es la gestión integral del agua, no es sólo poner las tuberías, hay que analizar de dónde viene el agua, cuánta hay, el impacto del cambio climático, hacer estudios (en España tenemos la gestión de cuencas); dos, se refiere al agua potable y saneamiento básico. Ambos tienen un componente de fortalecimiento institucional, comunitario, manejo de sistemas y la inclusión del rol de la mujer como activa participadora en estos programas. El tercero, corresponde a contar con indicadores de calidad de uso de agua e indicadores sociales (disminución de la diarrea o la reducción de la mortalidad infantil); esto en coordinación con otros donantes. Sin datos y estudios no se puede hablar de gestión integral del agua y si en los proyectos no incluimos esta necesidad nunca vamos a llegar a una gestión de cuencas. Esto es muy complejo socialmente porque en esta gestión hay competencia por los usos y derechos del agua; además, se tiene que acordar legislación para el consumo de agua humano, industrial, agrícola y energético.
— En noviembre, España y Bolivia firmaron el nuevo marco de cooperación que incluye el uso de los recursos del Fondo, ¿se puede hacer una evaluación sobre el avance?
— Ya se inauguró un programa de agua y el próximo viernes en Santa Cruz inaugurarán obras en el Plan 3000, después de cumplir con todas las fases de la licitación. De la fase de discusión se ha pasado a la fase de inicio de obras, con los recursos de este Fondo. Esperamos que este proceso va a continuar en los siguientes meses. También hay otros fondos más pequeños con obras en ejecución.
— ¿Qué tipo de obras se puede financiar con este fondo?
— Agua y saneamiento básico. El fondo no cubre riego. Es acceso al agua en zonas periurbanas, pequeñas ciudades y zonas rurales. Es un sistema para la población más vulnerable.
— ¿El debate sobre la necesidad de agua de calidad debe llegar hasta los municipios?
— Absolutamente. Como señalé, el programa de cooperación no es construcción de tubos, es derecho al agua y para eso hace falta instituciones fortalecidas a nivel nacional, municipal, comunitario. Hace falta una visión de hacer gestión municipal a nivel de las cuencas sobre todos los usos que van a tener esas aguas. Es un programa integral. Las autoridades municipales y las organizaciones comunitarias son vitales.
— Volviendo a la película, dijo que refleja las prioridades de la cooperación española...
— A mí me gusta muchísimo; además para un español, el juego que hace entre la película dentro de la película, con una visión distinta a la tradicional del invasor español, la postura que defiende derechos y se encuentra con los derechos de los cochabambinos, me parece un elemento muy importante, que está perfectamente recogido en el programa de cooperación.
— ¿Alguna escena que llamó con fuerza su atención?
— Más que la escena concreta, llama la atención la dignidad del líder cochabambino, de la lucha de su pueblo por el derecho al agua, dejando muchas veces en segundo plano a su lucha personal, y consigue combinar ambas esferas. Por cierto, Óscar Olivera (líder en la denominada Guerra del Agua entre enero y abril del 2000), estará en Madrid el 22, en la presentación de la película.
Svetlana Salvatierra, publicado en El Financiero/La Razón

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