De 2007 a 2011 son más las mujeres tituladas en
universidades públicas y privadas, pero son más los hombres que ocupan
cargos directivos y ganan más que ellas. Son datos iniciales de una
investigación de Fernanda Wanderley y Gonzalo Chávez.
El documento de la socióloga y el economista titula Inclusión social:
la brecha hombres-mujeres en algunas áreas sociales y fue presentado en
la última Mesa de Debate Económico del año, organizada por la Fundación
Friedrich Ebert Stiftung (FES).
Según datos del
Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB) en 2007 obtuvieron
un título universitario 17.991 personas, de ese total fueron 9.696
mujeres y 8.295 hombres que culminaron los estudios universitarios.
El año pasado, el número de titulados llegó a 17,622 (menos que hace
cinco años) y fueron 9.294 mujeres y 7.722 hombres que recibieron sus
títulos académicos.
“La misma tendencia de incremento
de la participación de las mujeres se observa a nivel universitario.
Hacia 2011, la brecha entre hombres y mujeres se va cerrando”, precisa
el documento.
En cuanto a la evolución de la
matrícula por universidad se observa que en 2007 eran más hombres
(154.835) que mujeres (141.603) que ingresaron a estudiar. El año
pasado, esa tendencia se mantuvo, pero hubo un incremento en el número
de mujeres (176.772) que ingresan a las aulas universitarias.
“Se observa la continuación de patrones diferenciados de carreras por
género. Las carreras técnicas como Ingeniería y Agronomía mantienen alta
concentración de varones mientras que las carreras en salud son
ocupadas principalmente por mujeres. En las carreras sociales y
económicas se observa la tendencia a la equiparación de estudiantes de
ambos sexos”, señala el documento.
¿Por qué es
importante este dato? Los autores explican que “el nivel educativo tiene
un impacto muy importante sobre las oportunidades sociales, tanto para
hombres como para mujeres. Las opciones de empleos mejor remunerados
dependen en gran medida del nivel de instrucción. De igual manera, las
mujeres mejor educadas administran la salud de ellas y de sus familias
con más recursos, asimismo, la educación influye en la edad del
casamiento y el número de hijas (os)”.
Sin embargo,
los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que son
pocas las mujeres que llegan a puestos directos, en el sector público y
privado. En 2009, de un total de 5.011.137 de personas, los hombres
ocupan el 1,07% de los cargos principales y sólo el 0,71% de mujeres
ocupa cargos directivos.
Los datos oficiales revelan
que hay un incremento en las mujeres ocupadas como profesionales: en
cinco años se duplicó el número de 4,6% al 8,6% (2005-2009).
En 2009, de un universo de 2.240.226 mujeres, el 27% tiene alguna
ocupación como trabajadora en servicios o en el comercio. El segundo
gran porcentaje, 26% está dedicada a las actividades de agricultura,
pecuaria y pesca. Sin embargo, “disminuyó significativamente” este tipo
de trabajo, en el 12%, en relación a 2005, señalan los autores.
Empero, la brecha salarial se mantiene a pesar de que hay una mayor
inclusión de la mujer en el mercado de trabajo (57,4% en 2009). En el
documento se ratifica que “la continua integración de las mujeres al
mercado de trabajo responde a cambios económicos y sociales”. Sostienen
que “la creciente necesidad de los aportes económicos de ambos miembros
de la pareja así como de hijos e hijas, principalmente en los estratos
menos favorecidos de la sociedad, acompaña los procesos de migración
rural-urbana e internacional en un escenario laboral marcado por la
informalidad y precariedad de los trabajos en los últimos 20 años”.
A pesar de la falta de datos actuales, mencionan que la brecha en
ingresos tiene la misma tendencia para el área urbana y la rural.
Indican que “de cada Bs 100 que gana un trabajador varón, una
trabajadora mujer recibe en promedio Bs 57,4 (en 2009)”. La diferencia
es más grande en el área rural. En el mismo periodo analizado “de cada
Bs 100 que recibía un trabajador urbano, una trabajadora urbana percibía
Bs 62,89, mientras que de cada Bs 100 bolivianos que recibía un
trabajador rural, una trabajadora rural recibía Bs 39,55”.
Formación técnica y de negocios
Medidas
Se debería implementar medidas que faciliten a las mujeres rurales y
urbanas para que accedan a programas de educación técnica, tecnológica y
no formal.
Programas
Es relevante impulsar la formación para el trabajo técnico, promover y sostener programas de apoyo al emprendimiento femenino.
Una agenda de equidad pendiente
“En la primera década del nuevo milenio se ha producido un importante
proceso de inclusión social y económica de las mujeres, es decir, las
brechas en salud, empleo, educación, y acceso a los puestos de poder han
disminuido parcialmente, en especial en el área urbana. Entre tanto, en
el campo persisten grandes diferencias entre hombres y mujeres”,
concluyen en su estudio de aproximación los investigadores Fernanda
Wanderley y Gonzalo Chávez.
A pesar de las
tendencias a la disminución de la exclusión social y económica de la
mujer, los autores advierten que “en el ámbito del acceso al poder se
observa una mayor participación de las mujeres, pero esta mayor
representación no se traduce en avances concretos de la agenda de
equidad de género”. Los participantes en la Mesa de Debate Económico
organizado por la FES coincidieron con la propuesta de los autores: en
las instituciones estatales y legislativas hay más mujeres, pero las
temáticas de inclusión social de la mujer pasaron a un segundo plano.
Faltan propuestas de políticas públicas de equidad, manifestaron.
Cumplir con leyes vigentes como tener guarderías en los lugares de
trabajo o lavanderías públicas favorecería una mayor participación
femenina en el ámbito público y privado.
Alfredo Seoane subrayó que debe tener mayor relevancia el 50% de la población boliviana.
Según estudio, pocas mujeres llegan a consejos directivos
La Organización Internacional del Trabajo indica
en un reportaje difundido en su sitio web que “las mujeres constituyen
cerca del 50% de la población mundial, pero muy pocas llegan a ser
directoras o miembros de los consejos directivos de las empresas”.
“La participación de las mujeres en niveles jerárquicos mejora el
rendimiento de las empresas”, afirma la OIT en base a estudios. “En las
principales empresas de Estados Unidos, sólo el 15% de los miembros del
consejo de administración es femenino y en las empresas más importantes
de Europa la cifra es menor al 14%”.
“Según estudios
recientes, la presencia de mujeres en los consejos de administración no
sólo es una decisión ‘correcta’, sino también ‘inteligente’ para las
empresas”, destaca. “Las empresas que cuentan con mujeres en cargos
directivos logran mejores beneficios en relación a la inversión que
aquellas cuyos consejos de administración están formados sólo por
hombres”, precisa la OIT.
“El debate se está
acalorando” porque el tema obtiene cada vez mayor reconocimiento sobre
la manera de alcanzar la igualdad de género en los puestos directivos.
Jayati Ghosh, secretaria ejecutiva de la Asociación Internacional de
Economía de Desarrollo y galardonada con el Premio de Investigación
sobre Trabajo Decente de la OIT, afirma que “las cuotas pueden generar
algunas injusticias a corto plazo”, pero son necesarias para la
transición a mediano plazo en la que “se consideren innecesarias porque
la presencia de mujeres en altos cargos directivos se da por
descontada”.