Hans Hartmann. El presidente de la Cámara Nacional de Despachantes de
Aduana advierte sobre los problemas que enfrentarán los nuevos
importadores, ahora que una ley que sustituye a otra les permite hacer
sus trámites directamente sin intermediarios del rubro. Hay 200
despachantes de aduana en el país que atienden en equilibrio a los
importadores.
— Tiene 46 años en esta actividad, ¿puede mencionar tres aspectos positivos y negativos de su experiencia hasta la fecha?
— Son más los positivos que los negativos. Está la Ley de Aduanas que
permite realizar de mejor manera nuestra actividad. Además, el uso de la
tecnología por parte de la Aduana Nacional de Bolivia (ANB) y de
nosotros (los despachantes de aduanas), que optimiza el trabajo. Un
pilar es que en 1990 se introdujo en la malla curricular de las
universidades los cursos de comercio exterior. Entre los negativos están
las nacionalizaciones de vehículos indocumentados; en la última década,
la desinstitucionalización de las entidades públicas; y en la época
anterior, la politización de las instituciones públicas que en la
actualidad ya no está tan arraigado.
— ¿Cuáles son los principales retos de su gestión?
— Mejorar la comunicación interna y externa, la tecnología, la
capacitación permanente y sostenida porque esta actividad enfrenta
continuos cambios y hay que estar actualizado. Otro desafío es la
unificación de todos los despachantes en sus cámaras regionales y con la
cámara nacional para que participen activamente y no sólo sus
directivos.
— ¿Cómo está la relación con las entidades públicas del área?
— Está muy bien desde hace varios años. Ambos hemos entendido que somos
complementarios. Somos auxiliares de la función pública. Debemos
cumplir las decisiones (de la autoridad) y nuestra labor es que la gente
perciba que está pagando lo justo y que también el Estado cobre lo
justo.
— ¿Qué significa tener una buena relación?
— Tener acceso a reuniones de complementación y técnicas para que las
reglamentaciones a las disposiciones den buenos frutos en el
funcionamiento, para que en la puesta en marcha no hayan tropiezos. De
11,9 millones de bolivianos recaudados en 2012, unos Bs 10,3 fueron
pagados con la intervención del despachante.
— ¿Es así con todas las normas?
— Sí, estamos permanentemente mirándolas, es así.
— ¿Y cuál la situación de la nueva norma del despacho aduanero de importación?
— La controversia actual es que el despacho aduanero de importación,
que es la tramitología aduanera para pasar a recoger un producto de la
aduana, ahora está permitida a los importadores de manera directa o a
través de no-sotros. El cambio es que antes era obligatorio hacerlo a
través de un agente despachante de aduanas.
— ¿Qué norma modificó esto?
— La que pone en vigencia la Ley del Presupuesto General del Estado
2013 (artículo 47 de la Ley 317) y con el Decreto Supremo N° 1487 se
modifica la reglamentación. Además, con la Resolución Ministerial N° 566
se define el “despacho directo” (ésta fue emitida por el Ministerio de
Economía y Finanzas Públicas).
— ¿Ahora cuáles son los requisitos del importador, se parecen a los de ustedes?
— Nosotros tenemos que estar autorizados y dar un examen que ellos no
lo harán. Para trabajar damos la garantía en función de la cuantía de
tributos que realizamos el pasado año; los importadores darán una
garantía mínima hasta el próximo año. Ésta es para que el Estado tenga
la manera de cobrarles si se equivocan o tienen algún inconveniente.
— ¿En qué beneficia al Estado?
— Nos imaginamos que el Estado ha abierto esta posibilidad para que los
despachos sean hechos por los importadores para beneficiar a las
pequeñas y medianas empresas, suponiendo que somos un gasto en el
proceso de importación. Los grandes empresarios tienen toda una sección
que se ocupa del manejo de sus cosas de importación y exportación.
— Ejemplifiquemos: ¿qué pasa ahora para un importador de alimentos en Cobija o equipos e insumos en Santa Cruz?
— Para no cuantificar valores: en el caso de Cobija tiene que sacar un
permiso del Senasag y luego hacer su despacho una vez llegue su
mercancía a la aduana más cercana, dependiendo de dónde viene su carga
puede ser en La Paz, Guayaramerín o Puerto Suárez. En el otro caso debe
hacer algo similar y estar registrado en el Senasag para importar
agroquímicos o fertilizantes y hallar tiempo para hacer los trámites (en
la ciudad) y atender su parcela.
— ¿Costos?
— Creo que será siempre menor al del contratar a un despachante.
— ¿Hay normas similares en otros países?
— En países de América Latina con la misma opción, la estadística señala que un 90% sigue importando con un despachante.
— ¿Cuántos despachantes hay en el país? ¿Son suficientes para una actividad importadora que ha aumentado?
— Somos 200 (atienden a unos 30.000 importadores registrados). A partir
de 2009 (la ANB) no se han tomado exámenes para habilitar despachantes.
No hay presión porque si alguien importaba una cantidad “x” ahora es
más.
— ¿Hay cosas más fáciles de importar que otras? ¿qué pasa con las sustancias controladas?
— La facilidad la da el operador dentro del proceso de importación o
exportación (despachante, transportista, otros). El nuevo importador
tendría inconvenientes sin los permisos y registros previos (para
aceites lubricantes, ácido sulfúrico y otros). El importador puede
inclusive ir a la cárcel.
Perfil
Nombre: Hans Hartmann
Profesión: Abogado
Cargo: Presidente CNDA
Experto en aduanas
Paceño. Es bachiller del Instituto Americano. Estudió Derecho en la
UPSA. Es Técnico en Aduanas y Comercio Exterior del instituto IDEA.
Tiene un Diplomado en Aduanas de la UAGRM y un MBA en Administración de
la Escuela Europea de Negocios. En 1974 se mudó a Santa Cruz y su primer
trabajo fue en una agencia aduanera, continúa en esa actividad. Fundó,
en 1977, la Cámara Nacional de Despachantes de Aduana (CNDA).
Svetlana Salvatierra. Publicado en El Financiero, 25 agosto 2013.
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