El presidente del Banco Interamericano de
Desarrollo llegó el miércoles para firmar un crédito e inaugurar el
edificio del BID en La Paz. Para explicar el crecimiento de Bolivia
dice: “Uno se baja del avión y ve cómo cambian las viviendas de El Alto y
que cada día hay más carros, más gente, más tráfico; ésos son
problemas que van con el éxito”. Conoce la que llama “maravillosa”
Chiquitanía y el “espectacular” Salar de Uyuni, quiere visitar el
Titicaca.
— Ocho años de trabajo en el BID, un tiempo en el que América Latina marca diferencias, ¿cómo resume este periodo?
— Ésta ha sido una de las mejores épocas para la región en toda su
historia, como lo reconocen todos los estudiosos y economistas que
observan y analizan a América Latina. Hemos visto a países como Bolivia
quintuplicar su economía y otros, en promedio, la triplicaron. Es una
época que le sirvió a la región para aprender la lección del pasado:
lograr la estabilidad macroeconómica. Cuando se produjeron los momentos
de crisis respondimos con éxito a ellos. Nos sirvió el crecimiento de
los países del Asia, que ayudaron a mejorar los precios de los productos
básicos que permitieron a nuestros países tener mejores términos de
intercambio.
— ¿Cambió la forma de mirar del BID a los países, hay más credibilidad, mayor confianza?
— Lo que ha cambiado es entender que la región es mucho más heterogénea
que antes; que los problemas de los países han cambiado mucho; también
las necesidades de los gobiernos, de los tipos de financiamiento que
requieren del banco. Los déficits en infraestructura han obligado a dar
más financiamiento. Igualmente, es muy importante la construcción de
institucionalidad, pues sin ella es muy difícil hacer buenos proyectos
de desarrollo; y en general, el acceso a los servicios públicos de
calidad por parte de los ciudadanos.
— ¿La forma de presentar y exigir proyectos es diferente hoy?
— Creo que no. Nosotros tenemos un enorme conocimiento de las buenas
prácticas de los proyectos, de las cosas que funcionan y de las que no.
Eso es lo que tratamos de poner sobre la mesa y los gobiernos, en última
instancia, nos buscan para ese tipo de cosas. Las condiciones de los
créditos siguen siendo en esencia las mismas; quizá lo que ha cambiado
es que en algunos países empezamos a reconocer los sistemas nacionales.
Tenemos procesos más rápidos, entendiendo que debemos darles un buen
servicio.
— ¿Qué es lo bueno y malo?
— Los proyectos buscan mejorar lo que hacen los estados (NdR: en esta
visita firmó un crédito por $us 140 millones para dos aeropuertos en
Bolivia). Lo malo es que (algunos) se realicen mal. Ahí la
responsabilidad nos cabe a todos, al banco para que haga un
acompañamiento técnico más sólido y a los ejecutores para que lo
realicen con éxito.
— ¿Cambiaron las prioridades?
— De acuerdo con sus necesidades, pero creo que todavía hay enormes
brechas por cerrar y atender los cuellos de botella que existen en
nuestros países. En la medida que eso exista se necesita no menos, sino
más BID.
— ¿Cuáles son ahora los principales cuellos de botella?
— Los costos de energía, de transporte, mala calidad de las vías,
aeropuertos o puertos. Inciden en la calidad de vida de la gente y en la
capacidad de tener productos de más alta calidad. Y por supuesto la
calidad de la educación y las inversiones en ciencia y tecnología.
— En Bolivia están invirtiendo recién en educación, ¿tiene que ver con
la confianza en la gestión macroeconómica o es una tendencia del banco?
— Nosotros le damos importancia a la educación; los gobiernos pueden,
cada vez más, financiarla por cuenta de sus presupuestos ordinarios. Se
necesita invertir en la parte cualitativa para levantar los estándares
de los profesores, la calidad de lo que entregan, la capacitación de los
estudiantes para que estén más sintonizados con las necesidades del
mercado de trabajo. De igual manera la atención temprana de la niñez,
esos primeros 30 meses de alimentación y estimulación son vitales para
que un niño pueda ir sin limitaciones a la escuela.
— ¿Cuáles deberían ser las prioridades ahora en la región?
— Continuar trabajando en las reformas estructurales que nos faltan:
fiscal, previsionales, educación y todo aquello que contribuye a
aumentar las tasas de productividad. Y está el reto de profundizar mucho
más la integración económica dentro de nuestros países; ahí hay un
espacio importante, especialmente para las economías más pequeñas.
— También apostar por el sector privado, agrícola, la pequeña empresa...
— Coincido plenamente. Y en Bolivia el desarrollo de las microfinanzas
es el de mayor éxito en la región y muchos tienen que aprender. Hay un
sector empresarial, aunque informal, pero muy vigoroso donde se genera
la mayor cantidad de empleo. Hay que mejorar y formalizar ese tipo de
empresas, es un poco el trabajo que se hace a través de las entidades de
microfinanzas. Hay que entender cada vez más que el sector privado
también es un camino y contribuye al desarrollo.
— ¿Se incluirá la construcción de fibra óptica en los proyectos de infraestructura del BID?
— Estamos en un proyecto en Bolivia, donde tienen los más altos costos
de acceso y las más bajas velocidades y penetración. En 2014 llevaremos
adelante un proyecto con 40 millones de dólares para dar acceso a banda
ancha, ojalá a mayor velocidad y a menor costo.
— ¿Cómo va la relación del BID con Bolivia en el corto plazo?
— Tenemos una cifra récord histórica de desembolsos. Este año serán 250 millones de dólares, el entrante unos 330 millones.
Perfil
Nombre: Luis Alberto Moreno
Profesión: Economista
Cargo: Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
Experto en temas de desarrollo
Nació en Philadelphia, pues entonces su padre estudiaba Medicina en
Estados Unidos. Su formación básica y el bachillerato los realizó en
Colombia. Obtuvo títulos de licenciatura en Administración de Empresas y
Economía de la Florida Atlantic University (1975) y un MBA de la
Escuela Americana de Graduados de Administración Internacional en la
Universidad de Thunderbird (1977). “Mi primer trabajo fue en el establo
de un hipódromo, hice parqueo de carros y muchos más. Después de salir
de la universidad trabajé en una compañía que importaba vehículos y
camiones”. Recibió premios. Fue ministro y diplomático colombiano.
Preside el BID por dos gestiones consecutivas.
Svetlana Salvatierra. Publicado en El Financiero, 18 agosto 2013
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