El inicio de operaciones de la fundición de
Karachipampa, el “elefante blanco” que estuvo parado 28 años, es parte
de los objetivos de inversión de Comibol en la reactivación de otras
fundidoras para obtener metálicos y también “tierras raras”.
Bolivia exporta principalmente concentrados de los minerales y en menor
cantidad metálicos que tienen mayor valor en el mercado internacional.
En nueve meses del año pasado, las exportaciones mineras facturaron $us
2.727 millones, un 2% más que en 2011, a pesar de la caída de los
precios internacionales, según datos estadísticos del Ministerio de
Minería.
Para el presidente de la Corporación Minera
de Bolivia (Comibol), Édgar Pinto, invertir en plantas de fundición en
el país es una prioridad para multiplicar los ingresos por la
exportación de minerales considerados estratégicos.
En las fundidoras se puede obtener productos de mayor valor como
minerales con mayor pureza y aleaciones. En el mercado internacional
este tipo de productos tiene demanda en las industrias de tecnología
moderna (chips, celulares, computadoras, maquinaria ultramoderna,
imanes, resonancia magnética nuclear, etc.). Por ejemplo, en los
concentrados de minerales de zinc se van otros minerales que son
considerados “impurezas” y por los que no se pagan, más bien disminuyen
el valor, explicó la autoridad.
“Del zinc sabemos que
la libra no sobrepasa el dólar, pero los acompañantes son los que
tienen más valor. Todo mineral de zinc está acompañado de cadmio, indio,
galio y esos valores ellos recuperan en sus fundiciones”, indicó. En el
mercado internacional el valor del un kilo de indio está en alrededor
de $us 600, mientras que la libra de zinc está en $us 0,88. Un kilo
equivale a 2,4 libras. Por tanto, un kilo de zinc vale $us 1,5.
Esta es una de las razones por las que Comibol puso en marcha la
fundición de Karachipampa. “La apuesta son los valores agregados que
vamos a obtener, además del plomo y la plata. Lo malo es que no están en
grandes cantidades, son gramos por toneladas; pero se va acumulando el
producto”, subrayó Pinto.
El experto en metalurgia
sostuvo que “al extraer plata también se va a recuperar oro y en el oro
están pegados el iridio y el platino”. En la fundición de Vinto se
recupera estaño, oro, bismuto, cobre y se hacen aleaciones de peltre con
estaño y antimonio. La investigación y la tecnología para recuperar
estos y otros metales se desarrolla en países de alta industria como
Alemania y China.
Allí realizan aleaciones especiales
y de metales obtenidos de las “tierras raras” para una diversidad de
aplicaciones en tecnología moderna. En estos países, las inversiones
buscan los lantánidos.
El nombre de “tierras raras”
se da a un grupo de 17 elementos químicos: escandio, itrio y 15
elementos del grupo de los lantánidos (lantano, cerio, praseodimio,
neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio,
holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio). Otras clasificaciones incluyen
a la serie de los actínidos: torio, protoactinio, uranio y diez
elementos transuránicos (neptunio, plutonio, americio, curio, berkelio,
californio, einstenio, fermio, mendelevio y nobelio), todos ellos poseen
propiedades radiactivas.
“Con nuestros equipos en
Karachipampa hemos hecho pruebas, en las que se lanza el espectro de
toda la tabla periódica y encontramos, por ejemplo, el cerio y el
rubidio que sirven para crear aleaciones de alto poder”, dijo Pinto.
“Estos elementos están en el país y no le damos importancia. Estamos en
lo tradicional: estaño, zinc, antimonio, plata, plomo, etc., y ellos
están en los otros elementos”, expresó. Si bien existe el interés de
mirar a este nuevo mundo del negocio de los metales, Pinto sostiene que
“necesitamos inversión en tecnología. Si ellos (industrias e inversores)
saben que sí tenemos (estos elementos), es un interés que va a servir
para que mañana nos integremos con ellos y hagamos buenos negocios”.
El coltan es otro ejemplo. Es una aleación de tantalita y columbita.
“Es el de mayor valor en el mundo y lo tenemos en el precámbrico
(serranías de San Ramón). Nuestra próxima incursión como Comibol, en la
siguiente gestión, tiene que entrar en la explotación de estos
elementos”, manifestó. Sirve en la industria electrónica, algunos de sus
compuestos resisten altas temperaturas y ataques de la corrosión. En
Bolivia se encuentran en el departamento de Santa Cruz. Comibol
reabrirá este año la fundición de Catavi para tratar chatarra; también
la de Huanuni.
La minería boliviana vive un proceso de desinversión
El libro Los dilemas de la minería escrito por Dionisio Garzón, Henry
Oporto, Jorge Espinoza y Pedro Portugal revela que la nueva ley minera
pretende subir las regalías y los impuestos por encima del 67% que se
paga en la actualidad, hecho que haría inviable esa actividad
productiva.
En una presentación a la prensa, realizada el año pasado, los autores
señalan que el problema no es tanto la incertidumbre por la
inestabilidad de los precios; ni siquiera es la lucha fratricida de las
facciones de mineros (casos recientes de Colquiri y Mallku Khota). “La
cuestión medular es la baja competitividad de la minería boliviana y el
déficit de inversiones”, aseguran los autores, en el marco de estudios
realizados por la Fundación Pazos Kanki.
Sostienen
que las escasas inversiones no permiten sustentar un desarrollo robusto y
de largo plazo de la actividad minera. Precisan que en 2011, la minería
mediana representó el 60% del total de las exportaciones mineras; en
cambio, al primer semestre de 2012 su participación cayó al 48,7%, lo
que supone que el país percibe menos ingresos fiscales.
“De hecho, la suma de la regalía que la minería mediana paga es el
66,6% del total nacional, más del doble de lo que el Estado recauda por
ese concepto del sector cooperativo (28% del total). Comibol aporta el
5,1% de las regalías mineras”, según el estudio.
Edgar Pinto: ‘Necesitamos que vengan a hacer inversiones’
Es presidente de la Corporación Minera de Bolivia.
Es orureño e ingeniero metalúrgico. Trabajó en la fundición de Vinto
durante 15 años, en la Empresa Siderúrgica del Mutún (2007-2010) y
participó en la preparación y puesta en marcha de la fundición de
Karachipampa. En octubre del año pasado fue invitado a asumir la
presidencia de Comibol.
— ¿Cuál es su principal de-safío?
— Esta oficina es más abierta. Estamos en la etapa en la que los
trabajadores sean partícipes de la política minerometalúrgica, por eso
están en nuestro directorio (Huanuni, Colquiri). En la nueva ley minera,
este directorio va a ser estatal, ya no habrá cooperativistas. Ellos
tienen que vigilar y ser protagonistas para que mañana nuestras empresas
sean rentables y cuidemos nuestros logros. En la nueva visión de la
Comibol está que nuestros productos sean industrializados; llegar a la
fase de los metálicos; y luego formar aleaciones que permitan darle
mayor valor agregado. Así, vamos a tener mayor solvencia económica en el
país.
— ¿Karachipampa es un paso relevante en esta visión?
— Este año entra en operaciones después de 28 años (paralizada). Va a
tener ajustes dependiendo del material del cual se alimente; están
previstas (procesar) 50 mil toneladas de concentrados de plomo y plata.
La minera San Cristóbal es la principal productora y sobrepasa las 300
toneladas día, luego están Porco y Bolívar con mayores contenidos de
otras “impurezas”, y San Vicente y las cooperativas mineras de Potosí.
Este caudal sobrepasa las 500 toneladas/día y la fundición de
Karachipampa alcanza las 170 toneladas/día. Ahora estamos en la etapa
del zinc en el país, explotamos (exportamos concentrados) y lo compramos
en latón, calaminas, tenemos que ser productores de esos latones.
Nuestro próximo paso es crear plantas modulares (fundidoras) de zinc.
Las vamos a instalar en Vinto y Karachipampa. Y diseñaremos otras de
acuerdo con las condiciones mineralógicas del país.
— ¿Está el presupuesto en la Ley Financial?
— Hemos programado cerca de $us 50 millones para Vinto. Y dentro de
esta política estamos viendo que Vinto sea parte de Comibol, así vamos a
tener integrada la metalurgia y la minería. Al hacer eso vamos a poder
hacer inversión y será un verdadero complejo. Haremos aleaciones.
— ¿Y lo negativo?
— No tenemos recursos humanos. Sería interesante que las universidades
retomen con fuerza estas carreras (Minería, Geología). En la época en la
que era docente lo mínimo de alumnos que tuve fueron seis. Bolivia no
tiene minería, decían. Pero, apenas un 18% hemos hecho exploración y
prospección. Falta dinero y como país no podemos arriesgar mucho en ese
aspecto, necesitamos que vengan otras empresas y países a hacer esa
inversión.
— ¿Es factible?
— La necesidad del mundo es que haya minerales.
— ¿La nueva ley minera permitirá esta atracción?
— Va a salir una nueva ley de promoción a las inversiones y con esto
vamos a garantizar jurídicamente que se respeten y si son de beneficio
para el país, vamos a hacer buenos negocios. Necesitamos prospección,
exploración y tecnología,
Svetlana Salvatierra
13 de enero 2013
Publicado en El Financiero
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