— Me pidieron hacer un estudio de factibilidad para crear el Banco de
La Paz y luego hacerme cargo. Manejé ese banco, mediano, durante 20 años
y los últimos tres fue el más rentable del sistema bancario.
Diferencias accionarias me llevaron a dejarlo; y tres años después fue
vendido al Banco de Crédito del Perú. Me presionaron para dar viabilidad
a esa venta. Luego me dediqué a un segmento no atendido por la banca
tradicional, los pequeños y medianos empresarios y las personas. Empecé a
trabajar en CAISA (Compañía Americana de Inversiones Sociedad Anónima),
creamos Fortaleza SAFI y nos hicimos cargo de una cooperativa en
quiebra técnica que se llamaba Financia Coop. El acuerdo accionario
señalaba que se rehabilitaba, transformaba en sociedad anónima, luego en
fondo financiero y después en banco. Eso tomó diez años. Paralelamente
creamos Fortaleza Leasing y una compañía de seguros. El objetivo del
grupo es encontrar soluciones para pequeños y medianos empresarios,
creando una especie de supermercado financiero.
— ¿Cuánto personal tiene?
— El banco tiene 480 funcionarios, presencia en seis departamentos, nos
falta Pando, Beni y Potosí, contamos con 30 oficinas y 42 puntos de
información.
— ¿Qué diferencia halla entre crear el Banco de La Paz el siglo pasado y ahora Fortaleza?
— El proceso de transformación nos ha permitido ser la primera
institución que ha abierto una senda. Hoy, las exigencias técnicas son
muchísimo mayores a las anteriores. La actividad bancaria ha crecido y
el país puede estar orgulloso de un sistema con alto nivel profesional y
una autoridad regulatoria que aumentó su control. El cambio tomó dos
años.
— ¿Cuáles fueron las dos principales exigencias?
— Son varias. Un tema primordial es nuestro gobierno corporativo. Todas
nuestras empresas (familiares) cuentan con directores independientes,
no son accionistas y son nominados sobre la base de un perfil
profesional, experiencia y prestigio personal. Esto nos permite cumplir
con niveles de transparencia. Las decisiones que adopta el Directorio
son objeto de un análisis profundo. La preocupación es introducir
nuestros productos y servicios al área rural e informal; mostrar las
ventajas de la formalidad y pagar impuestos.
— ¿En este momento cuánto tienen en depósitos y cartera?
— El banco está manejando activos cercanos a $us 180 millones. La
cartera está ligeramente debajo de $us 160 millones. Eso muestra el buen
manejo de los recursos y que no estamos haciendo dormir el dinero. La
mora es pequeña en 1,8% controlada, haciendo un seguimiento a nuestro
cliente para que tenga éxito.
— ¿Cuál es su patrimonio?
— En este proceso de evolución estamos con $us 25 millones y esperamos
cerrar el semestre por encima de $us 30 millones. El control del banco
es familiar. El grupo accionario que controla el banco tiene el 61%.
— En noviembre cumplirán un año ¿qué opinan del proyecto de ley para el sector?
— Hay un panorama enrarecido. Todavía no hay una claridad en el
horizonte. No estamos preocupados porque somos una entidad dedicada a un
mercado que aparentemente la nueva ley de bancos trata de favorecer:
pequeños y medianos empresarios. Lo que puede preocuparnos son las
limitaciones que aprobarían.
— ¿Cuáles por ejemplo?
— Como direccionar la cartera a un sector; la intención me parece buena
porque hay sectores que lo necesitan, pero el direccionar
coercitivamente quizá no sea el mejor camino. No podemos perder de vista
que no se le puede prestar dinero a una persona que no tiene capacidad
para generar recursos. No se la debe abandonar y se le puede ayudar a
comprar una herramienta más moderna que le facilite hacer su trabajo.
— ¿El proyecto de ley plantea un respaldo al ahorro?
— El BCB sabe cuántos billetes y monedas están circulando. Ahora es
tanta la cantidad de dinero que va al ahorro que no se llega a
entregarla como préstamos a los clientes y queda una suma de dinero
ociosa, durmiendo. El banco paga intereses por ese dinero que no genera
nada y entonces el banco se defiende.
— ¿Cómo lo hace?
— Va bajando la tasa de interés para la caja de ahorro. Hoy los bancos
ganan porque el BCB ha dicho que el dólar se compra y vende con una
diferencia de diez puntos. Los comerciantes y los exportadores necesitan
dólares y el banco gana por la diferencia cambiaria. Se han vuelto
casas de cambio, la mayor parte de los bancos, sobre todo los que tienen
comercio exterior. Esto no ocurrió con los fondos financieros.
— ¿Faltan políticas públicas?
— No hay actividad que se haya hecho para no ganar; gano por lo que
hago y no evado impuestos; y no hago las políticas públicas.
— ¿Qué debería tener la ley para incentivar a otros sectores?
— Lo mejor para el país es sentarse a dialogar, escuchar.
Perfil
Nombre: Guido Hinojosa Cardozo
Profesión: Economista
Cargo: Presidente del Banco Fortaleza
Especialista en banca para el desarrollo
Nació en Cochabamba. Se tituló como Economista en la Universidad Mayor
de San Simón. Se especializó en Administración de Empresas en la
Universidad de Chile; y luego en banca. Trabajó en el Ministerio de
Finanzas como director nacional de Estadística y Censos, y tuvo la
oportunidad de diseñar el censo de 1970 y sentar las bases de la
cartografía censal. Fue Alterno Ministro Plenipotenciario de Bolivia
dedicado a las negociaciones del grupo andino; “hoy en proceso de
invernación”, dijo. Durante el gobierno de Banzer se “despidió” del
sector público para definir su rumbo profesional. Efectuó una
consultoría para crear el Banco de La Paz. Luego optó por crear empresas
financieras y hoy es presidente del Banco Fortaleza que sigue apoyando a
la pyme.
SS. Publicado en El Financiero 7/4/2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias...