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A la izquierda Potosí y a la derecha Cochabamba, el río Caine es la frontera entre ambos departamentos...

14.8.11

Cipca: 20.344 familias indígenas y campesinas mejoran ingresos

Jiwas pachpa nayrar sart’apxañani, “nosotros mismos somos los que avanzaremos hacia adelante”, dice el letrero en aymara, colgado en la pared de la primera oficina del Cipca; cuatro décadas después 20.344 familias avanzan en un desarrollo rural integral.
Son familias campesinas e indígenas que habitan en 34 municipios rurales de los departamentos de Pando, Beni, Santa Cruz, Cochabamba, La Paz y Chuquisaca. Tuvieron un apoyo y acompañamiento del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado, Cipca, creado en 1973.
“Pese a la carencia de políticas públicas adecuadas de desarrollo rural y sin la pretensión de adjudicarse méritos, es visible un potenciamiento de la producción en las distintas zonas de cobertura del Cipca, hecho que repercute positivamente en el incremento de los ingresos familiares y la seguridad alimentaria”, se destacó en la presentación de los Resultados del Plan Estratégico 2005-2010.
De acuerdo con los indicadores cuantitativos 2010, el ingreso promedio en dólares  por actividades económicas se ha incrementado a $us 912 anual. El ingreso promedio familiar anual es de $us 2.199. Al mes reciben un poco más de $us 183, en moneda nacional no llegan a Bs 1.300 ese ingreso. Antes era de $us 1.125. En la mayoría de los casos empezaron de cero; desde cómo construir un gallinero. Y hoy, por ejemplo, hay comunidades dedicadas a la producción de leche y son proveedoras de las grandes industrias de lácteos y otras al cacao y aprovechamiento sostenible del bosque.
Sin embargo, las diferencias se acentúan según las áreas en las que el Cipca trabajó. El ingreso promedio anual más alto está en La Paz con $us 1.263; le sigue Pando con $us 965; Beni con $us 920, Santa Cruz con $us 540 y Cochabamba llega a $us 513.
El tema género es relevante. Llegaron a 7.078 productoras, de las cuales 3.218 incorporaron innovaciones tecnológicas para ahorrar tiempo y alivianar sus actividades económicas. Hecho que impactó en el tiempo utilizado por ellas para poder participar en organizaciones económicas y formar parte de sus directivas (46%).
CIPCA contribuye al fortalecimiento organizativo, político, económico y cultural de los pueblos indígenas originario campesinos (IOC). Más de 84 mil personas (45 mil hombres y el resto mujeres) participaron en diferentes capacitaciones. Algunas personas son hoy asambleístas nacionales, departamentales, alcaldes, dirigentes de cabildos comunales, subcentrales indígenas, de juntas escolares. Entre ellos, destacan Bienvenido Zacu y Pedro Nuni, diputados nacionales; Antonia Iyarigra  asambleísta departamental en Santa Cruz y Sonia Aguilera, ejecutiva de la Central Campesina de Guayaramerín, Beni.
Se explica porque en el quinquenio de implementación del plan estratégico del Cipca se realizaron los cambios estructurales del país como la modificación a la ley INRA, la elección de la Asamblea Constituyente y la aprobación de la nueva Constitución.
El padre Xavier Albó manifestó que ahora los IOC tienen mucho más acceso al poder dentro del nuevo Estado plurinacional; sin embargo, advierte que estos  avances hay que consolidarlos.
Especialmente en aspectos de la nueva legislación bajo el concepto de desarrollo rural sostenible con enfoque territorial. El director ejecutivo del Cipca, Lorenzo Soliz, señala que fue “difícil de abordar” el tema económico “por las incoherencias que existen al interior del mismo Gobierno”. Espera que las urgencias de seguridad alimentaria y efectos del cambio climático, le den relevancia.

Tres jesuitas impulsaron el cambio

Cipca empezó a gestarse una tarde de octubre de 1970 en la calle Jenaro  Sanjinés. En un cuartito del tercer piso del colegio San Calixto se reunieron tres jesuitas, Luis Alegre, Xavier Albó y Francisco Javier Santiago, que recién habían acabado sus estudios universitarios. Tenían la firme convicción de que los problemas del país debían enfrentarse a través de un trabajo en equipo para poder contribuir a un cambio social. Contaban con menos de $us 5.000. El objetivo era algo así como “buscar los caminos más eficaces para que los campesinos de Bolivia encuentren cauces propios para su desarrollo estructural y su integración en el país”. Para el 2005 tenían un equipo de 110 personas y un presupuesto de $us 2,5 millones. Trabajan en tres campos: económico, organizativo y educativo (formación y capacitación). Hoy tiene regionales en La Paz, El Alto, Cochabamba, Cordillera, Santa Cruz, en San Ignacio de Moxos y Riberalta. Esta historia está registrada en su sitio web

Svetlana Salvatierra. Publicado en El Financiero, 7 agosto 2011.

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