Ludgera Klemp -
es Consejera de la Cooperación Alemana y enfatiza que Alemania seguirá
apoyando a Bolivia en la lucha contra la pobreza sobre la base del
acuerdo entre ambos gobiernos, definido en el marco de las Negociaciones
Intergubernamentales sobre Cooperación al Desarrollo que se llevaron a
cabo del 5 al 7 de octubre de 2011 en Bonn. La ayuda comprometida
asciende a 45,2 millones de euros para 2011-2012. También apoyarán la
implementación de la Ley marco de Autonomías.
— La Cooperación Alemana es una política pública que coordina con otros países miembros de la Unión Europea (UE), ¿para no duplicar esfuerzos?
— Sí. Coordinar para no duplicar esfuerzos y también para armonizar porque ahora el mundo de los donantes se ha ampliado y diversificado mucho. No sólo somos 27 miembros de la UE, sino también hay fundaciones como la de Bill Gates que maneja millones en temas de salud; también hay varios países que antes eran receptores de apoyo financiero y técnico, y ahora se han vuelto donantes. La cooperación también es triangular, por ejemplo en Bolivia contamos con la cooperación de México, Brasil, Colombia, Ecuador.
— ¿Cómo ve a la Cooperación Alemana en Bolivia?
— La política para el desarrollo es una política en movimiento. Después de la II Guerra Mundial se trataba de resarcir el daño. En los 60, con el conflicto este-oeste, se plasmó en una política que apoyaba más al oeste. Después de 50 años de nuestro ministerio, formó una política más profesional. Como ustedes, tenemos gestiones públicas que cambian, es parte de la democracia. Hoy, en Alemania contamos con un gobierno cristiano demócrata liberal que le dio su toque: no es sólo movilizar recursos de desarrollo, tenemos aliados con el sector privado, ministerios y contraparte en Bolivia. Es un valor agregado; si queremos erradicar la pobreza a través de empleos dignos es bueno involucrar a un sector privado responsable, social y ambientalmente.
— En el marco del Plan Nacional de Desarrollo (PND), ¿cuáles son los objetivos y prioridades de la cooperación y cómo se conjugan entre las políticas de ambos países?
— Hemos acordado, en el marco de nuestras negociaciones con el Gobierno boliviano, trabajar en tres sectores prioritarios: agua potable y saneamiento básico, desarrollo agropecuario sustentable y Estado y democracia. Asignamos 45 millones de euros a estos sectores (17,5 millones a la cooperación técnica y 27,5 millones a la cooperación financiera). Además, tenemos otros programas de inversión: en nueve de las 22 áreas protegidas, energías alternativas alcanzó a casi un millón de personas; en cuanto a agua potable y saneamiento, unos dos millones de bolivianos fueron beneficiados con las obras. Asimismo, colaboramos con el BM, BID y cooperaciones bilaterales (Suecia y Holanda) con el fin de crear sinergias juntando recursos de los donantes, en áreas priorizadas.
— ¿Dónde trabajan?
— Con el Gobierno acordamos trabajar en el Chaco, en el Norte de Potosí y Chuquisaca. Con la cooperación sueca y el Viceministerio de Recursos Hídricos, el programa que construye atajados de agua impulsa el desarrollo de la agricultura. En el último año, unas 10 mil familias han mejorado y hay 20 mil hectáreas más bajo riego. Queremos replicar en otras regiones. El enfoque integral es una característica de la Cooperación Alemana.
— ¿Se está avanzando?
— Bueno, no en todos los casos. Es un gran reto si usted trabaja con sectores organizados en el manejo integral de cuencas y agua potable. El enfoque integral exige bastante trabajo de conciliación y acuerdo, si no hay esto no podemos hacer inversiones y aplicamos nuestro principio de equidistancia de actores en conflicto.
— ¿En qué tiempo se invertirán los 45 millones de euros?
— Dos años es el periodo establecido. Hay que hablar sobre la sombra de la cooperación: algunas veces no podemos desembolsar todo lo acordado. En una evaluación, a nivel de la cooperación internacional en Bolivia, un resultado fue que hay instituciones débiles. Esto se entiende porque recién fueron creadas y ahora se tienen que estabilizar; sucede a nivel nacional y también subregional.
— ¿Qué reglas siguen?
— Nuestra contraparte es el Ministerio de Planificación y Desarrollo. A nivel global, discuti- mos cómo ordenar el trabajo con las gobernaciones y los municipios. Hay mucha demanda para acompañar la implementación del régimen autonómico.
— ¿Cuáles son los retos para estos próximos dos años?
— Ya hablamos de la transformación de la institucionalidad, nuevas instituciones, distribución de las responsabilidades y competencias a niveles autonómicos. Ahí vamos a un segundo reto: cómo negociar como donantes con entidades autonómicas porque todavía no se encontró el mecanismo para involucrarlos a nuestras negociaciones con el Gobierno central. Un punto importante es que la cooperación técnica y financiera necesita respaldo legal (convenios y acuerdos nuevos y vigentes); hay la voluntad política de trabajar, pero es necesario ese respaldo.
— ¿La Cooperación Alemana disminuirá?
— No. Respecto a los recursos no ejecutados, vemos cómo reprogramarlos; en el manejo integral de bosques van a presentar una propuesta para las asignaciones de 2009 que no se utilizaron. Además, aparecen nuevos fondos como el Fondo Clima y para presentar proyectos se necesita contrapartes ágiles.
Svetlana Salvatierra. Publicado en El Financiero, 20 noviembre 2011
— La Cooperación Alemana es una política pública que coordina con otros países miembros de la Unión Europea (UE), ¿para no duplicar esfuerzos?
— Sí. Coordinar para no duplicar esfuerzos y también para armonizar porque ahora el mundo de los donantes se ha ampliado y diversificado mucho. No sólo somos 27 miembros de la UE, sino también hay fundaciones como la de Bill Gates que maneja millones en temas de salud; también hay varios países que antes eran receptores de apoyo financiero y técnico, y ahora se han vuelto donantes. La cooperación también es triangular, por ejemplo en Bolivia contamos con la cooperación de México, Brasil, Colombia, Ecuador.
— ¿Cómo ve a la Cooperación Alemana en Bolivia?
— La política para el desarrollo es una política en movimiento. Después de la II Guerra Mundial se trataba de resarcir el daño. En los 60, con el conflicto este-oeste, se plasmó en una política que apoyaba más al oeste. Después de 50 años de nuestro ministerio, formó una política más profesional. Como ustedes, tenemos gestiones públicas que cambian, es parte de la democracia. Hoy, en Alemania contamos con un gobierno cristiano demócrata liberal que le dio su toque: no es sólo movilizar recursos de desarrollo, tenemos aliados con el sector privado, ministerios y contraparte en Bolivia. Es un valor agregado; si queremos erradicar la pobreza a través de empleos dignos es bueno involucrar a un sector privado responsable, social y ambientalmente.
— En el marco del Plan Nacional de Desarrollo (PND), ¿cuáles son los objetivos y prioridades de la cooperación y cómo se conjugan entre las políticas de ambos países?
— Hemos acordado, en el marco de nuestras negociaciones con el Gobierno boliviano, trabajar en tres sectores prioritarios: agua potable y saneamiento básico, desarrollo agropecuario sustentable y Estado y democracia. Asignamos 45 millones de euros a estos sectores (17,5 millones a la cooperación técnica y 27,5 millones a la cooperación financiera). Además, tenemos otros programas de inversión: en nueve de las 22 áreas protegidas, energías alternativas alcanzó a casi un millón de personas; en cuanto a agua potable y saneamiento, unos dos millones de bolivianos fueron beneficiados con las obras. Asimismo, colaboramos con el BM, BID y cooperaciones bilaterales (Suecia y Holanda) con el fin de crear sinergias juntando recursos de los donantes, en áreas priorizadas.
— ¿Dónde trabajan?
— Con el Gobierno acordamos trabajar en el Chaco, en el Norte de Potosí y Chuquisaca. Con la cooperación sueca y el Viceministerio de Recursos Hídricos, el programa que construye atajados de agua impulsa el desarrollo de la agricultura. En el último año, unas 10 mil familias han mejorado y hay 20 mil hectáreas más bajo riego. Queremos replicar en otras regiones. El enfoque integral es una característica de la Cooperación Alemana.
— ¿Se está avanzando?
— Bueno, no en todos los casos. Es un gran reto si usted trabaja con sectores organizados en el manejo integral de cuencas y agua potable. El enfoque integral exige bastante trabajo de conciliación y acuerdo, si no hay esto no podemos hacer inversiones y aplicamos nuestro principio de equidistancia de actores en conflicto.
— ¿En qué tiempo se invertirán los 45 millones de euros?
— Dos años es el periodo establecido. Hay que hablar sobre la sombra de la cooperación: algunas veces no podemos desembolsar todo lo acordado. En una evaluación, a nivel de la cooperación internacional en Bolivia, un resultado fue que hay instituciones débiles. Esto se entiende porque recién fueron creadas y ahora se tienen que estabilizar; sucede a nivel nacional y también subregional.
— ¿Qué reglas siguen?
— Nuestra contraparte es el Ministerio de Planificación y Desarrollo. A nivel global, discuti- mos cómo ordenar el trabajo con las gobernaciones y los municipios. Hay mucha demanda para acompañar la implementación del régimen autonómico.
— ¿Cuáles son los retos para estos próximos dos años?
— Ya hablamos de la transformación de la institucionalidad, nuevas instituciones, distribución de las responsabilidades y competencias a niveles autonómicos. Ahí vamos a un segundo reto: cómo negociar como donantes con entidades autonómicas porque todavía no se encontró el mecanismo para involucrarlos a nuestras negociaciones con el Gobierno central. Un punto importante es que la cooperación técnica y financiera necesita respaldo legal (convenios y acuerdos nuevos y vigentes); hay la voluntad política de trabajar, pero es necesario ese respaldo.
— ¿La Cooperación Alemana disminuirá?
— No. Respecto a los recursos no ejecutados, vemos cómo reprogramarlos; en el manejo integral de bosques van a presentar una propuesta para las asignaciones de 2009 que no se utilizaron. Además, aparecen nuevos fondos como el Fondo Clima y para presentar proyectos se necesita contrapartes ágiles.
Svetlana Salvatierra. Publicado en El Financiero, 20 noviembre 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias...