Jorge Velasco -
es fundador y director del Centro de Innovación y Desarrollo
Empresarial de la UMSA que, desde 2006, forma nuevos profesionales
emprendedores y promueve una nueva visión en la universidad estatal
dirigida a educar líderes creadores de empresas que dejen atrás el
rentismo. Enfatiza que desde hace cuatro años salir de las aulas
universitarias tiene otra connotación para los alumnos que participan en
el concurso Innova San Andrés. El tema pendiente es acceso a
financiamiento
— ¿Por qué nace el CIDE?
— El Centro de Innovación y De- sarrollo Empresarial nace como una preincubadora dentro de la carrera de Ingeniería Industrial de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) para acompañar el proceso del espíritu emprendedor. El CIDE se empeña en que las ideas de alumnos e investigadores puedan llegar a buen puerto. Fue en 2006 cuando se creó.
— ¿Con qué presupuesto cuenta para realizar sus actividades?
— El CIDE se manejó con recursos del IDH (Impuestos Directo de los Hidrocarburos); pero en gran medida funciona con su aliada la Fundación de Emprendedores Maya, que es su motor financiero. Se realizan cursos y ya vamos en la cuarta versión del concurso Innova San Andrés. Se prepara la quinta versión para que participen estudiantes de la UMSA.
— ¿Por qué la UMSA decidió apostar por la formación de emprendedores?
— Desde el momento en que empezamos a hablar de emprendedores, ferias, concursos y mostrar lo que hace la universidad, esto se fue contagiando a las otras carreras y facultades que ahora hacen los mismo; hay mucha investigación y conocimiento de ideas que se quedaban postergadas. En los últimos años hemos visto una evolución de una universidad con formación muy tradicional, muy de formar profesionales con una visión solamente de convertirse en empleados, a una universidad con vocación y visión de crear emprendedores, alumnos y docentes. Esto ha ido evolucionando y casi todas las facultades han empezado a avanzar en la formación empresarial; 12 facultades participaron en los concursos Innova San Andrés. De esta manera, vamos por la formación de líderes, con una nueva visión, una nueva mentalidad que no sea rentista. Esto se está logrando.
— ¿Cuáles son los resultados?
— El concurso, que es para alumnos de todos los niveles, tiene la participación de estudiantes de los últimos cursos y de investigadores, y varias de las ideas se han convertido en pequeñas empresas. Una de las ideas ganadoras en las primeras versiones —pomada en base a la chillka—, generada al interior del Instituto de Investigación de Productos Naturales de la carrera de Ciencias Químicas, está a punto de salir como una pomada antiinflamatoria luego de que hicieron una alianza con un laboratorio farmacéutico. Otro ejemplo es el de una universitaria que salió con la idea de cultivos hidropónicos, ahora es una empresaria que está pensando en llegar a Santa Cruz. En la historia de otra estudiante que factura entre medio millón a un millón de dólares, ella salió del concurso y se dio cuenta de que era mejor empezar su empresa. Vino al banco, pero los bancos no damos préstamo a los emprendedores; sin embargo, se dio modos a través de amigos, familiares y logró constituir una empresa y le va muy bien. Se busca que las ideas de investigación y desarrollo de la UMSA puedan hacer alianza con empresas que ya están en el mercado y realicen algo conjunto.
— ¿Capacitación es la clave?
— Sí. Hemos visto en estos ocho años que uno de los temas clave es la educación en desarrollo empresarial, por eso creamos dentro del pénsum de Ingeniería Industrial la materia de Innovación y Desarrollo Empresarial. Ayudó a que varias promociones salgan con una nueva visión. Este año con la Fundación Maya llegamos a cinco universidades con un curso on line que beneficia a 100 docentes y ellos replican el conocimiento a unos 3.000 alumnos.
— ¿Cuántos alumnos salieron de la UMSA con esta visión?
— Los que han cursado la materia son cerca de 500 alumnos y otros 500 que a través de la Fundación Maya participaron en cursos sobre cómo hacer un plan de negocios. No tenemos una estadística de cuántos crearon una empresa, pero muchos de los que están empleados en una empresa tienen una visión diferente. Encuentras en estos profesionales a gente muy proactiva, a ser innovadores en su mismo trabajo. Son los intraemprendedores que están permanentemente inquietos en hacer algo nuevo.
— ¿Qué desafíos tiene el CIDE?
— Está atravesando un proceso de reestructuración para fortalecerlo y tener una generación de ingresos para sostenerse. El desafío es seguir formando emprendedores, capacitando a profesores. Creo que la educación empresarial debería ser transversal y estar en todas las carreras, porque al final uno es emprendedor aunque esté siguiendo una carrera social. Hay países en la región, como Colombia, que han entendido que tener una formación diferente y crear una nueva generación de líderes transforma en muchos campos. El otro desafío es crear un parque tecnológico. En 2009 hicimos una seminario donde se generó la idea y la Alcaldía de La Paz ha tomado la posta; sabemos que lanzó la convocatoria pero no tenemos los lineamientos de dónde se creará el parque. Lo importante es que tiene que haber contacto con la universidad, que irradia conocimiento e iniciativas, y con empresas e instituciones privadas o públicas que coadyuven en el desarrollo de Bolivia. El objetivo es impulsar la creación de empresas dinámicas y exportadoras.
Svetlana Salvatierra. Publicado en El Financiero, 6 noviembre 2011
— ¿Por qué nace el CIDE?
— El Centro de Innovación y De- sarrollo Empresarial nace como una preincubadora dentro de la carrera de Ingeniería Industrial de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) para acompañar el proceso del espíritu emprendedor. El CIDE se empeña en que las ideas de alumnos e investigadores puedan llegar a buen puerto. Fue en 2006 cuando se creó.
— ¿Con qué presupuesto cuenta para realizar sus actividades?
— El CIDE se manejó con recursos del IDH (Impuestos Directo de los Hidrocarburos); pero en gran medida funciona con su aliada la Fundación de Emprendedores Maya, que es su motor financiero. Se realizan cursos y ya vamos en la cuarta versión del concurso Innova San Andrés. Se prepara la quinta versión para que participen estudiantes de la UMSA.
— ¿Por qué la UMSA decidió apostar por la formación de emprendedores?
— Desde el momento en que empezamos a hablar de emprendedores, ferias, concursos y mostrar lo que hace la universidad, esto se fue contagiando a las otras carreras y facultades que ahora hacen los mismo; hay mucha investigación y conocimiento de ideas que se quedaban postergadas. En los últimos años hemos visto una evolución de una universidad con formación muy tradicional, muy de formar profesionales con una visión solamente de convertirse en empleados, a una universidad con vocación y visión de crear emprendedores, alumnos y docentes. Esto ha ido evolucionando y casi todas las facultades han empezado a avanzar en la formación empresarial; 12 facultades participaron en los concursos Innova San Andrés. De esta manera, vamos por la formación de líderes, con una nueva visión, una nueva mentalidad que no sea rentista. Esto se está logrando.
— ¿Cuáles son los resultados?
— El concurso, que es para alumnos de todos los niveles, tiene la participación de estudiantes de los últimos cursos y de investigadores, y varias de las ideas se han convertido en pequeñas empresas. Una de las ideas ganadoras en las primeras versiones —pomada en base a la chillka—, generada al interior del Instituto de Investigación de Productos Naturales de la carrera de Ciencias Químicas, está a punto de salir como una pomada antiinflamatoria luego de que hicieron una alianza con un laboratorio farmacéutico. Otro ejemplo es el de una universitaria que salió con la idea de cultivos hidropónicos, ahora es una empresaria que está pensando en llegar a Santa Cruz. En la historia de otra estudiante que factura entre medio millón a un millón de dólares, ella salió del concurso y se dio cuenta de que era mejor empezar su empresa. Vino al banco, pero los bancos no damos préstamo a los emprendedores; sin embargo, se dio modos a través de amigos, familiares y logró constituir una empresa y le va muy bien. Se busca que las ideas de investigación y desarrollo de la UMSA puedan hacer alianza con empresas que ya están en el mercado y realicen algo conjunto.
— ¿Capacitación es la clave?
— Sí. Hemos visto en estos ocho años que uno de los temas clave es la educación en desarrollo empresarial, por eso creamos dentro del pénsum de Ingeniería Industrial la materia de Innovación y Desarrollo Empresarial. Ayudó a que varias promociones salgan con una nueva visión. Este año con la Fundación Maya llegamos a cinco universidades con un curso on line que beneficia a 100 docentes y ellos replican el conocimiento a unos 3.000 alumnos.
— ¿Cuántos alumnos salieron de la UMSA con esta visión?
— Los que han cursado la materia son cerca de 500 alumnos y otros 500 que a través de la Fundación Maya participaron en cursos sobre cómo hacer un plan de negocios. No tenemos una estadística de cuántos crearon una empresa, pero muchos de los que están empleados en una empresa tienen una visión diferente. Encuentras en estos profesionales a gente muy proactiva, a ser innovadores en su mismo trabajo. Son los intraemprendedores que están permanentemente inquietos en hacer algo nuevo.
— ¿Qué desafíos tiene el CIDE?
— Está atravesando un proceso de reestructuración para fortalecerlo y tener una generación de ingresos para sostenerse. El desafío es seguir formando emprendedores, capacitando a profesores. Creo que la educación empresarial debería ser transversal y estar en todas las carreras, porque al final uno es emprendedor aunque esté siguiendo una carrera social. Hay países en la región, como Colombia, que han entendido que tener una formación diferente y crear una nueva generación de líderes transforma en muchos campos. El otro desafío es crear un parque tecnológico. En 2009 hicimos una seminario donde se generó la idea y la Alcaldía de La Paz ha tomado la posta; sabemos que lanzó la convocatoria pero no tenemos los lineamientos de dónde se creará el parque. Lo importante es que tiene que haber contacto con la universidad, que irradia conocimiento e iniciativas, y con empresas e instituciones privadas o públicas que coadyuven en el desarrollo de Bolivia. El objetivo es impulsar la creación de empresas dinámicas y exportadoras.
Svetlana Salvatierra. Publicado en El Financiero, 6 noviembre 2011
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