Fórmulas de física multiplicadas con inversión continua y divididas en años de trabajo especializado dan como resultado una empresa familiar competitiva internacionalmente. Así es Alanoca Ltda. pionera en logística en transporte y montaje industrial.
Transportar y montar un tanque para el proyecto minero San Cristóbal o una planta de nitrato de amonio o piezas para una petrolera o levantar la chimenea de la planta de Soboce, son trabajos que la empresa alteña realiza sin competencia en el país. “Mi primera grúa fue de cinco toneladas. Era 1964. Luego compramos de 10 t, 15 t, 30 t, 70 t. Ahora tenemos una grúa de 180 toneladas”, recuerda Jorge Alanoca Villacorta.¿Cuánto peso puede levantar? “Unos 10 contenedores”. ¿Hasta qué altura? “Unos 80 metros y soporta el peso contra el viento”, responde. “Es bastante potente”.
“Papá, creo que fue la segunda o tercera grúa que llegó a América Latina”, puntualiza Alicia Alanoca, gerente Administrativa de la empresa. “Damos servicio a empresas petroleras, mineras, construcción, industrias. Todos son trabajos delicados”, precisa.
Era 1952 cuando Jorge Alanoca egresó de la Escuela Industrial Pedro Domingo Murillo. Durante sus años de estudio mantuvo una beca de excelencia por sus buenas notas. “Le debo mucho porque ahí aprendí la técnica”. Al año siguiente empezó a trabajar como tornero en la Fundición Volcán. Tenía 20 años. “Salía del cascarón”, expresa con picardía.
Fue su hermano quien le propuso hacer empresa. Compraron un torno para un pequeño taller. “Eramos solteros. Trabajábamos duro. Si uno no trabaja, no tiene nada. Eso tiene sus réditos”. Avanzaron. Crecieron. “Yo me casé primero, luego mi hermano”. Terminó la sociedad. Pero no el ímpetu de formar y consolidar una empresa. “Puedo decir que somos una potencia. Tenemos maquinaria. Prestamos servicios en todo el país. Son trabajos especiales, pero no permanentes”, expresa.
Con orgullo recuerda que lograron que la competencia de empresas de países vecinos se reduzca. “Antes se contrataba las grúas, especialmente de Perú y Argentina”. También lucharon para que empresas bolivianas transporten carga boliviana de puertos vecinos. “Claro que tuvimos que invertir en comprar la maquinaría. No hay otra forma de competir”, asegura.
“Era una competencia desleal. Hace 15 años nos pusimos drásticos y no lo permitimos, lo denunciamos. Nos costó, pero ahora (el Viceministerio de Transportes) ya no autoriza, salvo que no hubiera en el país vehículos para el transporte de una carga específica”, explica la gerente.
El transporte extra pesado está entre sus servicios. Hace poco transportaron una carga de 100 toneladas de un puerto chileno. La ejecutiva aclara que la norma boliviana, supervisada por la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), permite un peso de 25 toneladas para transitar libremente por carreteras y puentes bolivianos para no afectarlas.
Solución. “Tenemos módulos especiales, una plataforma que tiene varios ejes; esos camiones largos que tienen líneas de 8 llantas y pueden usar 40 llantas y seguir aumentando hasta que se equilibre el peso de la carga”. Caso contrario, “los pesos que no estén distribuidos en los ejes arruina nuestras carreteras”, asegura. “Es sólo aplicar fórmulas de física”.
Jorge Alanoca sentencia que “depende de las empresas de transporte el cuidado de las carreteras. Además el mal estado de ellas perjudica nuestro trabajo. Y tenemos pocas en el país”. El respaldo bancario fue uno de sus pilares. Recuerdan al Banco Santa Cruz y al Banco Los Andes Pro Crédit. “Las inversiones son grandes. En una ocasión nos dieron $us 200 mil a sola firma".
Utilizan continuamente este financiamiento para cumplir con exigencias de la ABC, principalmente para boletas de garantía. “Los padres no tenemos que ser egoístas y dejar que los hijos sigan nuestro camino”. Ése es el otro pilar para tener una empresa familiar exitosa, asegura Alanoca.
Capacitar nuevas generaciones
En Alanoca Ltda trabajan unas 90 personas en las áreas de transporte para el manejo de carga; de montaje con grúas y montacargas; en el taller de construcción y mantenimiento, cumpliendo con toda la normativa legal vigente, asegura la gerente administrativa Alicia Alanoca.
“Tenemos a varios egresados de la Escuela Industrial Pedro Domingo Murillo e ingenieros de otras universidades bolivianas. Apoyamos a los estudiantes con prácticas. Creo que el aporte es para la gente que llega del área rural. La empresa se convierte en una verdadera escuela”, afirma Roberto Alanoca, otro de los hijos que siguió los pasos de su padre y trabaja en la empresa familiar.
¿A cuantas personas habrán capacitado? A todos nuestros competidores, aseguran ambos ejecutivos. Especialmente en transporte de grúas y camiones cisternas. Aclaran que hace tiempo dejaron el rubro del transporte de combustible.
“Fue bueno tener el taller en casa porque hizo que estemos cerca. Siempre había cosas que cambiaban. me llegó a gustar y me quedé”, manifiesta Roberto. “Necesitamos más confianza en el esfuerzo y en el país”.
Svetlana Salvatierra, publicado en El Financiero/La Razón
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