Svetlana Salvatierra
Publicado en La Razón - El Financiero
21 octubre 2012
Publicado en La Razón - El Financiero
21 octubre 2012
¡Chirimoya! Esa es la fruta que cautivó a Claus Meyer, uno
de los socios del mejor restaurante del mundo declarado así por tercer año
consecutivo. Desde Copenhague, en Noma, ofrecen una cocina con los más sabrosos
productos de Dinamarca al mundo.
Mantenerse en la lista S. Pellegrino de los 50 Mejores
Restaurantes del Mundo 2011 y tener dos estrellas Michellin no es fácil. Claus
Meyer junto al chef Rene Redzepi avanzaron en ese logro. La historia anterior a
esta conquista muestra a un Meyer dedicado a revalorizar los productos daneses
y promover una cocina que une cultura y tradición en una nueva tendencia que
además atrae a turistas y expertos en gastronomía a su país.
Está convencido de que ese movimiento en Bolivia puede
lograr que la cocina de este país sea reconocida en el mundo. “Generará un
cambio social económico y positivo”, enfatiza el Manifiesto del Movimiento
Gastronómico Boliviano, presentado el domingo 14 de octubre en la Feria Tambo,
un evento de gastronomía que reunió a los mejores restaurantes del país y a las
empresas y asociaciones de productores que tienen productos de calidad y con
sabor boliviano.
![]() | |
Sorata es la tierra de la chirimoya boliviana |
Los chefs cocinaban sólo por placer y por el placer de sus
clientes ricos, no asumían ninguna responsabilidad mientras el mundo sufre de
obesidad y hambruna”, y de problemas para mantener la biodiversidad. “Era el
momento adecuado para cambiar la gastronomía y presentar un nuevo set de
valores que definirían una cultura culinaria importante. Era 2003”, recuerda.
Hoy en Noma se degusta el resultado. Demostraron que podían hacer una comida
fantástica: “sin depender del foie gras francés o el aceite de oliva o jamón de
España. Abrimos un restaurante que funcionaba 100% con productos locales”,
subrayó.
El primer plato que ofrecieron fue una combinación perfecta,
una ice cold apple soup (sopa de manzana fría). Una ternera cocinada por seis
horas con cerveza de manzana; luego hecha terrina acompañada con una vinagreta
de leche cortada y aceite de tomillo.
¿Por qué la manzana? Meyer enfatiza que en Dinamarca tienen
más de 700 variedades de manzanas, pero sólo se utilizan algunas. En un banco
genético mantienen las semillas. Además cultiva esta fruta y fabrica vinagre de
manzana.
“Es deliciosa, es cremosa”, afirma la chef boliviana Vanesa
Barrón, respecto a la chirimoya. “Para los que vivimos afuera sabemos que
conseguir una buena fruta implica una buena inversión”, añade el chef boliviano
Christian López.
Ambos son parte del equipo de profesores en la escuela de
cocina apoyada por la Fundación Melting PoLt, de Claus Meyer, y la ONG IBIS.
Ellos estudiaron en Bolivia y se especializaron por más de diez años en Europa
y también trabajaron en el restaurante del chef. Ahora se dedican a cambiar la
cocina en Bolivia.
![]() | |
Aromática quirquiña |
Para López, un buen plato de sopa, un buen potaje está entre
su comida favorita. “Entre las hierbas me quedaría con la huacataya”, asegura.
“Y con el mango”, agrega porque “tristemente se está perdiendo la gran variedad
que había en los Yungas. Es una fruta que hay que rescatar”.
Mencionar copoazú, carambola, achachairú, frutos de la
Amazonía y el oriente boliviano, les provoca una nueva forma de hacer
pastelería, cremas, helados, sorbetes, salsas.
Los vinos y singanis de altura tarijeños ya compiten por posicionar
a Bolivia en el mundo; diversas bodegas ganaron medallas de oro o plata a su
producción. La quinua real no tiene competencia en sabor y nutrición.
Y el padre de todos los ajíes, la ulupica o chacoense, está
en Bolivia, así como la tierra del ají está en los valles de Chuquisaca y
Cochabamba. Fueron las bolivianas Rita del Solar y Lupe Andrade quienes sobre
las investigaciones del botánico norteamericano W. Hardy Eshbaugh, confirmaron
que el ADN del ají está en tierra boliviana.
Así, la lista de productos bolivianos, conocidos y por
conocer, que se ofrecen en el mercado
nacional empieza a ser más larga. Pero las intenciones de avanzar hacia esa
cocina boliviana que sea reconocida en el mundo son dispersas.
Ahora con la elaboración y presentación del Manifiesto del
Movimiento Gastronómico Boliviano se busca promover ese cambio. “Hacia una
comida que revitalice y renueve la comida boliviana, que seduzca a los jóvenes
bolivianos y pueda atraer a muchos turistas jóvenes de Europa y del mundo”,
señala optimista Claus Meyer.
Son 11 puntos acordados por los actores de la cadena
gastronómica, desde el productor de papa hasta el chef de un restaurante
boliviano. El primer punto enfatiza en que esta cocina debe “ser incluyente y
convertirse en fuente y símbolo de orgullo y unificación entre bolivianos”. El
segundo propone “realzar la diversidad de los productos nativos y locales, las
prácticas culturales y productivas, y fomentar la sostenibilidad al vincularlos
con la gastronomía boliviana”.
Un expositor colombiano que participó en la Feria Tambo dijo
que no sabía cuál era el plato típico que representaba a su país, que había
muchos y que ese conjunto era la oferta gastronómica de Colombia para el mundo.
Manifiesto de la nueva cocina nórdica
El Manifiesto de la Nueva Cocina Nórdica enfatiza en una
demanda de sabor con salud y bienestar en equilibrio con la naturaleza. Fomenta
la sostenibilidad de la producción al tiempo que promociona el consumo de
productos locales, respetando las estaciones y la cultura. En Bolivia, la
búsqueda actual de seguridad alimentaria y los preceptos de respeto a la Madre
Tierra encuentran coincidencia. El espíritu de un movimiento de cooperación
entre gastrónomos y productores marca el éxito de este cambio.
Una escuela forma a los chefs en la nueva comida
IBIS y Fundación Melting Polt de Claus Meyer se unieron para
crear en La Paz una Escuela de Comida en la que 22 jóvenes de áreas marginales
son entrenados en técnicas culinarias y manejo empresarial gastronómico, para
formarlos como chefs y emprendedores, capaces de iniciar sus propios proyectos.
Vanesa Barrón y Christian López forman parte del equipo
gastronómico de la Fundación Melting Polt. Son seis los chefs que participan en
este novedoso proyecto. Antes de empezar los estudios y trabajo en la Escuela
de Comida se realizó una capacitación previa con financiamiento de la Alcaldía
de La Paz.
“Queremos darle el valor a nuestros productos. Tenemos
muchos buenos restaurantes en el país, pero vemos que nuestros productos están
a un lado y se siguen tendencias de otro tipo de cocina. Nosotros queremos ser
algo nuevo, fresco y revalorizar nuestros productos, y darles la importancia
que se merecen”, sostiene optimista López.
Para el estudiante Jorge Luna, que empezó en agosto y tiene
un contrato de tres meses, está en juego su esfuerzo para ingresar al
restaurante Gustu. Por el momento, colabora en el servicio de catering de
Melting Polt. Y Gonzalo Quispe enfatiza: “Tengo el orgullo de estar en esta
escuela. No es fácil, pero se va a lograr, vamos a revalorizar la comida
boliviana”.
Gustu será un restaurante de temporada, una panadería y
eventualmente un bistró. Será dirigido por Kamilla Seidler y Michelangelo
Cestari, en colaboración con un equipo
de chefs bolivianos formados en Noma.
Oficio que respeta los tiempos de la cosecha
“Estamos trabajando con pequeños productores porque lo que
nos interesa es la estacionalidad. Hemos viajado mucho por La Paz, Cochabamba,
Santa Cruz para ir conociendo sus productos”, relata Vanesa Barrón.
“Queremos dar los mejores productos que tengamos y hay un
largo camino para hacer esto. Si encontramos algo en la Muela del Diablo (lugar
turístico de La Paz) que sea delicioso, pues lo traeremos”, señala
comparativamente el chef Christian López.
Además de conversar con productores que pertenecen a la
Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia, también
tienen la oferta de los productores y empresas que se presentaron en la Feria
Gastronómica Boliviana Tambo, realizada en el Parque Urbano Central.
El evento contó con el apoyo de la Alcaldía de La Paz. A
través de una nota de prensa informaron que en ese evento se vendieron 94.500 platos al público paceño, superando
“de lejos” las metas establecidas en el proyecto.
También el simposio y la rueda de negocios realizados con
motivo de este encuentro, arrojaron cifras alentadoras. Sergio Siles, asesor de
Promoción Económica de la Alcaldía, explica que la respuesta de la población
paceña superó las expectativas. Estimaron que en los tres días de feria asistirían
24 mil personas, cifra que fue rebasada al mediodía del sábado. “En comida se
generó un movimiento económico de Bs 1,42 millones; cada stand vendió un
promedio de 700 platos diarios”, dice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias...