— ¿Por qué el turismo es importante para la CAF?
— El turismo es economía. Creo que debería ser la niña mimada de Bolivia. La CAF, en 2003, en Caracas diseñó una Estrategia de Desarrollo de la Competitividad en el Sector Turismo. Ahí empezamos, definiendo destinos estelares en la región andina para que un turista entre por el norte y salga por el sur. Una empresa española se reunió con actores públicos y privados, paseó por los países, identificó fortalezas y debilidades de un circuito espectacular. Sin embargo, había que tomar muchísimas decisiones públicas y privadas, y lastimosamente no es fácil encontrar consensos. Lo beneficioso es que quedó un manual para toda comunidad que desee ser un destino turístico.
— ¿Podemos recordar cuáles eran y cuándo empezaron a impulsar la calidad del turismo en el salar de Uyuni?
— En Venezuela estaba Mérida, en Colombia la isla de San Andrés, en Ecuador la ciudad de Cuenca, en Perú era Machu Picchu y en Bolivia era Copacabana. Con iniciativa de la CAF se continuó trabajando en el salar de Uyuni. Empezamos a fines de 2008 con recursos de cooperación no reembolsable, teníamos un fondo español. Se licitó un estudio que mostró que era un lugar interesantísimo. Identificó que el 30% de todas las maravillas turísticas que tiene, se estaba explotando. También identificó que no es rentable. Hay depredadores de precios.
— ¿Qué implica que son depredadores de precios?
— La norma es que cuando llegan regatean el precio. Los que tienen vagonetas para llevar a los turistas bajan y bajan hasta el precio límite, incluso algunos pierden y no lo saben. Ahí empieza el problema. No hay una oferta segura de servicios turísticos. Las empresas venden una cosa, los turistas llegan y encuentran otra, regresan a la agencia y se arma el problema; el operador ya no quiere ofrecer el destino. ¿Para quién queda? Para jóvenes aventureros que no dejan recursos suficientes para constituir un destino turístico.
— ¿Hubo recomendaciones?
— Con el diagnóstico se elaboró un Plan de Desarrollo del salar. Fue presentado en 2010.
— ¿Y esas actividades generaban desarrollo y más ingresos?
— Claro, había actividades que podían triplicar los ingresos. Actualmente, están en unos $us 6 millones y podían pasar a $us 19 millones. Así de rapidito. Entre ellas está el rehabilitar una vía férrea en el salar; ofrecimos un préstamo de $us 10 millones. Está en pie el ofrecimiento. Para desarrollar la infraestructura básica, usando fondos italianos, hicimos otro diagnóstico que estableció las necesidades de manejo de agua, saneamiento y residuos sólidos.
— ¿Y lograron avanzar?
— Empezamos involucrando a las 18 comunidades de Los Lípez. Con ellos se analizó el plan y decidieron las actividades; se están elaborando 47 proyectos que se presentarán en junio. Al llegar a Uyuni se encuentra con un mar de bolsas antes del mar de sal; trabajamos con Fundare y el municipio en la recolección de residuos sólidos. Tengo un sueño: el salar de Uyuni tiene que ser el Machu Picchu de Bolivia.
— La CAF está financiando la construcción de carreteras en esa zona, ¿en qué estado están?
— Tenemos Potosí-Uyuni, Uyuni -Huacarani y estamos palabreando (sonríe) para la carretera Uyuni-Tupiza. Pero hay carreteras de Chile y Argentina que llegan al borde del salar y operadores del exterior están vendiendo el destino en el doble, con mejores servicios de los que ofrecen en Bolivia.
— Aprovechan mejor...
— Así es. Hay paisajes únicos. Bolivia puede aprovechar de mejor manera el área de influencia de la carretera entre Sucre y Potosí. Con otro programa de CAF y Swiss Contact, 25 empresas interesadas en mejorar su competitividad accedieron a una certificación ISO, un compromiso de excelencia en sus procesos como en la inocuidad de los alimentos que ofrecen. Quimsa Warmis, un café en Potosí, recibió a Mägo de Oz (grupo de rock español); Chocolates Para Ti, el restaurante Ingenio San Marcos, los artesanos de cuero y las demás empresas transformaron sus vidas.
— Sembraron la semilla, ¿qué viene ahora?
— Que se convierta en ejemplo. La calidad conlleva una mejora en la remuneración de los empleados. Es parte de la excelencia.
— ¿De quién depende que estos resultados se repliquen?
— El sector privado debería seguir promoviendo este tipo de acciones. Eran empresas pequeñas y se convierten en medianas; ya tienen más musculatura para acceder a servicios financieros. Y también jalar a sus proveedores hacia la calidad. Ese es su rol.
— ¿Qué significa para usted este proyecto de turismo?
—Dicen que el que viene a Bolivia es llamado... Si pudiera ver el salar de Uyuni encaminado a transformarse en un destino que le ofrezca ingresos abundantes al país, me sentiría feliz. Creo que el turismo fácilmente se podría convertir en el primer ingreso nacional. Si le metemos ganas al destino turístico, Bolivia puede lograr muchísimo. Estoy seguro.
Perfil
Nombre: Emilio Uquillas
Nació: 1962
Profesión: Economista
Cargo: Director Representante de CAF en Bolivia
Experto en macroeconomía
Nació en Quito. Se educó en una escuela de Hermanos Maristas y estudió Economía en la Universidad Católica del Ecuador. A sus 19 años ingresó a trabajar en el Banco Central de Ecuador como oficinista bancario auxiliar uno. “Era el cargo más bajo”. Asumió varias direcciones de desarrollo de política fiscal, monetaria y de investigación económica. Su carrera en el banco concluyó en 2000. Tiene una maestría en Macroeconomía del Instituto Autónomo de México. Recuerda que no estaba de acuerdo con la dolarización, hoy opina que trajo mucha estabilidad a Ecuador. “La política fiscal relacionada a la política genera muchos descalabros”. En 2001 ingresó a la CAF.
Creo que el turismo debe ser cuidado y preservado ya que es una fuente de ingresos economicos. Yo suelo viajar dentro de mi pais, y conseguir alquileres en san bernardo
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