— En su segunda presidencia en el Directorio del BNB, ¿cuál es el hecho que marca diferencia?
— Es especial encabezar una institución con 140 años de vida del país. Los altibajos del país los ha vivido el BNB y seguro que no hay muchos bancos en América Latina que sean de capitales nacionales, pocos quedan.
— ¿Qué significa especial?
— Un desafío para lo que viene y el desafío de estar actualizados tecnológicamente, atender a nuestros clientes que confían en el BNB. Ellos son nuestra gran fortaleza y eso no se gana en uno o dos años; eso es tradición. Hoy contamos con unos 350 mil clientes. Nuestra visión es seguir creciendo con una bancarización (más ahorristas y prestamistas de todos los segmentos económicos) diferente mirando al sector pyme (pequeña y mediana empresa). Quizá algún momento entremos al microcrédito. Estamos concentrados en un crecimiento de pymes en los últimos diez años.
— ¿Más pyme y bancarización nace de las necesidades del banco o de los gobiernos?
— El sistema financiero en los últimos diez años da un vuelco muy grande. Hoy la banca está súper bien capitalizada, tiene un buen patrimonio, hay flujos, hay liquidez y las grandes empresas están atendidas. Había un segmento en el que teníamos que pensar poner esa liquidez; buscar no en el negocio tradicional de una banca corporativa, sino en la banca personas, banca pymes. En el BNB tenemos programas de pymes donde enseñamos al productor, al pequeño y mediano (pyme) empresario a que puede acceder a la banca, sorprendentemente son muy buenos clientes. El hecho de que accedan a la banca está transparentando la economía.
— ¿Qué falta?
— Estamos en un tema de cuál es primero: el huevo o la gallina. Hoy tenemos grandes recursos a través de la banca; el mismo Gobierno pide una mayor bancarización, pero las normas nos exigen el tema transparencia. Estamos en un país que tiene un alto grado de economía no transparentada. Y tenemos que enseñarles y constatar sus ingresos y capacidad de pago. Estamos en transición para poder blanquear la economía, pero siempre va a haber un margen que no va a ser bancarizado por transparencia. Es un proceso que va a tardar en adaptarse a las reglas del juego. Hoy se pueden sacar créditos con balances no fiscales, pero hay un tiempo de adaptación para que se dejen estos balances.
— ¿La banca está lista, pero no los potenciales clientes?
— La banca está lista. Captar clientes pymes es muy complicado. Si falta una gaseosa, la pyme saca de su empresa. Entonces, tenemos que validar los datos a través de estudios que ni ellos hacen y habituarlos a analizar cada día lo que depositan.
— La banca nacional pasó por cierres y grandes quiebras, vino la Ley de Bancos y ahora habrá una nueva legislación, haciendo la comparación ¿qué opinan?
— No me quiero adelantar sobre lo que vaya a pasar, pero la nueva Ley de Bancos va a exigir un mayor nivel de transparencia en la economía, lo cual va a ser bueno; ese proceso va a tardar un poco más pero considero que será bueno. Nos han puesto reglas claras y la banca ha podido ser motor de la economía boliviana, ojalá eso siga. Hoy es un gran impulsor. La banca está con muy buenos retornos. Eso da buenas señales. Me animo a decir que la nueva normativa va a llevar a un mayor impulso al sistema y dar una seguridad al ahorrista, prestatario y a las instituciones financieras que estén dentro del marco de la ley.
— ¿Motor de la economía para llegar al sector agrícola?
— El sector agrícola tiene un gran inconveniente porque la titularidad de la tierra y la tierra no es hipotecable. Trabajamos muchísimo con la agricultura y creo que hemos sido los motores en momentos importantes. Creo que se vienen nuevas formas en las que el Gobierno va a tener que flexibilizar para que el agricultor, pequeño, mediano y grande acceda a la banca. Hoy están en un sándwich: necesitan capital, pero su activo no satisface a la actual Ley de Bancos como garantía real.
— ¿Qué garantías servirían?
— Hay varias formas de trabajo. Hoy se puede trabajar con garantías prendarias, warrant, inmuebles rurales y otros. Tienen maquinaria y en ese tema se está trabajando, siempre y cuando las máquinas hayan sido legalmente importadas y respalden su origen, pueden obtener capital operativo. Algunas fábricas están en garantía.
— Las cifras muestran que son la segunda entidad bancaria del país ¿a dónde apuntan?
— Tenemos un patrimonio de $us 132 millones, $us 1.500 millones en depósitos y $us 1.000 millones en cartera. Crecimos $us 150 millones. La mora es baja. Me encantaría más empresas extranjeras trabajando en Bolivia. Estamos ganando bajo estándares internacionales.
— ¿Riesgos, temores frente a la economía boliviana?
— Temores siempre existen pero a pesar de ello siempre hemos sido un banco de vanguardia, que decidió seguir invirtiendo en Bolivia. Como Grupo Bedoya, tenemos la mayoría del banco desde hace 42 años cuando mi padre compró por primera vez. Han habido momentos difíciles, pero si hoy tenemos las reglas claras y un aparato productivo en funcionamiento están minimizados nuestros temores y sólo tenemos que trabajar en un esquema que sea justo.
— ¿Cómo sería ese esquema?
— Algunas reglas, en el sentido de un mercado libre, donde la oferta y demanda de tasas y segmentos donde vamos a trabajar sean los reguladores. Hoy en día, como están las cosas, se están dando resultados y estamos conformes con ellos.
— Sobre reglas de lavado de dinero, ¿faltan normas acá?
— Ése es uno de los grandes riesgos para la banca. En Bolivia se está trabajando con la proveniencia de los fondos; por norma cualquier cualquier transacción sobre Bs 50 mil tiene que ser a través de cheque. Bolivia tiene que hacer un gran esfuerzo y lo que se defina lo vamos a poner porque somos los más interesados para no tener a ese segmento de mercado entre nuestros clientes. Nuestro trabajo, filtros y seguros de protección han funcionado.
— Con la crisis financiera, en el mundo desarrollado se habla de ampliar normas de regulación a los bancos bajo Basilea III, ¿afecta a Bolivia?
— Creo que Bolivia no está preparada para un Basilea II ni III. Es un poco más complicado y aún estamos adecuando las normas internas de bancarización dentro del país. La Ley de Bancos actual es un gran cambio de lo que sería un Basilea II. Un gran sector de la economía en el país no es transparente.
— Informalidad, ¿cómo afecta?
— La informalidad es un tema difícil. Queremos bancarizar. El Gobierno tiene que tener claro el objetivo de dónde queremos llegar en normativas, en previsiones, para que este sector entre.
— ¿Depende de políticas públicas reducir la informalidad?
— 100%. Con el tiempo, como un embudo, pasará todo el que sea obligado a tener transparencia, a cumplir con normas que le permitan ser sujeto de crédito.
— ... no son los malos?
— Los bancos somos buenos (sonríe). Hay que ver los clientes. Todavía hay un proceso largo de aprendizaje y de cambio de metodología de cambio de trabajo en la política nacional. Es un proceso largo pero encaminado.
— ¿No hay preocupaciones por nacionalizaciones?
— El Gobierno no ha dado visos de una posible nacionalización. Creo que el Gobierno tiene clarísima la situación de la banca nacional. Hay un diálogo permanente desde el primer día que asumió Evo Morales. Hemos tratado de manejar dentro de lo racional los temas políticos y ha sido la primera industria en acercarse al Gobierno y escucharlo. Estamos manejando la plata de los bolivianos, son demasiados millones como para una corrida.
— ¿Avanza la bolivianización?
— Es impresionante.
— ¿Qué opina de la actual política monetaria?
— Sorprendente y acertada. Éramos los únicos que íbamos en contrarruta y el resultado es que ahora estamos bien (frente a la crisis financiera global).
— ¿Y la política fiscal?
— Es un tema que se va a tener que ir solucionando.
— ¿Cuánto invierten en su programa de Responsabilidad Social Empresarial (RSE)?
— Es una gran causa que nos une. Alrededor de $us 150 mil.
— ¿Son parte de sus utilidades? ¿Cuánto reinvierten en su patrimonio?
— Es un gasto. De las utilidades reinvertimos el 50% o más, es lo mínimo que nos permite crecer en patrimonio para invertir en cartera. El año pasado fueron $us 23 millones, y más del 50% fue para capitalización.
— ¿Y qué opina del nuevo impuesto a la banca?
— Queremos saber qué va a decir la nueva Ley de Bancos sobre las utilidades. No me gustaría que distintos sectores de la economía tengan un trato de impuestos diferentes. No por ser banco, le va bien y le voy a cobrar más. Entonces, ¿por qué no atacamos a otros sectores que proporcionalmente les va mejor?
— ¿Retos para 2012?
— Como BNB queremos seguir bancarizando más y abriendo más agencias y llegar a más clientes. Concretar un crecimiento similar a 2011 nos acercaría a ser líderes del mercado.
Perfil
Nombre: Ignacio Bedoya
Profesión: Economista
Cargo: Presidente Directorio BNB
Profesión: Economista
Cargo: Presidente Directorio BNB
Economista y banqueroNació en 1961. Es bachiller del colegio Saint Andrew’s. Economista y Marketing titulado en Jacksonville University. Especializado en banca y finanzas en el Chemical New York. Su primer trabajo al regresar a Bolivia (1986) fue en los molinos de trigo del Grupo Bedoya, y continúa haciéndolo. En 2002 asumió por vez primera la presidencia. “Fueron años difíciles, crisis económicas y nuevas normativas. Salimos a flote. De 2008 a la fecha vuelvo a ejercer un segundo mandato con un banco fortalecido”. Aclara que no trabajó en el banco, lo hizo cuando lo dejó su padre. Y destaca que su hermano Pablo Bedoya inició su carrera como cajero y hoy es el gerente general del BNB.
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