El “Modelo Migratorio de retorno voluntario,
basado en el desarrollo de la capacidad empresarial” logró en cuatro
años consolidar 49 negocios con capitales de las remesas de bolivianos
que regresaron al país. Otros 51 planes de negocio ya se iniciaron.
Este programa de capacitación a emprendedores migrantes fue iniciado
por la Fundación Crea de España. El financiamiento viene del BID-FOMIN y
se ejecutó simultáneamente en España y cuatro países de la región a
través de alianzas con instituciones locales: Bolivia (FIE), Ecuador
(Fundación Alternativa), Colombia (Universidad Sergio Arboleda), Uruguay
(Fundasol).
Permite abrir nuevas oportunidades de
trabajo y empleo a familias bolivianas, ecuatorianas, colombianas y
uruguayas que retornan desde España o a compatriotas que reciben remesas
de sus familiares que residen en ese país europeo. En el caso de
Bolivia, la organización no gubernamental (ONG) FIE fue la contraparte
local y operadora del proyecto, mediante un convenio con la fundación
Crea.
La vicepresidenta de FIE ONG y coordinadora
nacional del proyecto, María Victoria Rojas, señaló que “la migración
masiva de bolivianos hacia España, si bien generó un flujo de remesas
de dinero al país, produjo la fuga de cerebros y mano de obra
calificada, la dureza de vivir en un país lejano trabajando con mucho
esfuerzo y la problemática emergente de la separación familiar”. Agregó
que debido a la crisis económica por la que atraviesa ese país, hay
bolivianos que retornan con un pequeño capital que le sirve para iniciar
un negocio.
Los bolivianos que participaron en este
programa fueron capacitados durante seis semanas. En este período,
consultores españoles y bolivianos, apoyaron en la elaboración de planes
de negocio nuevos o en la mejora de empresas. Los módulos incluían
selección y diseño de proyectos, asesoría técnica, jurídica e
impositiva; orientación en finanzas; marketing e informática. Al
finalizar el programa cada participante ponía en práctica su plan.
Desde julio de 2008 a diciembre de 2011 se presentaron 250
participantes de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz a este programa. Se
elaboraron 231 planes de negocio. De ellos, 51 negocios nuevos se
iniciaron con el programa, 49 se consolidaron y 54 están en espera de un
financiamiento o de cumplir algún requisito para iniciar su negocio.
“Esto significa que el 66,7% de las ideas de negocios de los
participantes continúan vigentes”, manifestó Rojas.
“Únicamente el 6,06% (14 participantes) abandonó su idea del proyecto y
un 21% (49) tiene poca probabilidad de iniciar su proyecto”, precisó la
ejecutiva de FIE ONG. En la presentación de resultados, realizada la
semana pasada, Rojas destacó que se confirmó la utilidad del modelo para
los participantes, quienes valoraron las orientaciones recibidas y su
aplicabilidad.
“La opinión sobre los cursos ratifica
la importancia del proyecto que les permitió concretar sus ideas en un
negocio propio. Es una oportunidad para que migrantes y sus familiares
puedan generar o consolidar empresas y empleos”, sostuvo Rojas. Además,
se cuenta con un grupo de consultores locales que han adquirido el know
how (conocimiento) de la Fundación Crea. “Y han adecuado la metodología a
las características locales”, precisó.
Los 49 planes
de negocio consolidados tuvieron el apoyo de consultores de Banco FIE,
que a través de productos financieros creados para utilizar las remesas
como capital (Credi-Remesas) les dio el respaldo económico. El consultor
Edwin Graneros manifestó que el seguimiento realizado permitió
establecer que el medio de comunicación para hacer negocios más
utilizado por los participantes es el celular. Y que recién aprendieron a
dar valor y utilizar las plataformas virtuales, utilizar la internet y
los correos electrónicos.
Economía familiar
Sonia Méndez, que participó en los 11 programas realizados, manifestó
que los participantes no percibían a su negocio o empresa como una
unidad que debía ser gestionada en forma separada de la economía
familiar, menos los riesgos.
58% de los empleos se encuentra en Santa Cruz
De los 409 empleos directos y eventuales que generaron los negocios
apoyados con el “Modelo Migratorio de retorno voluntario, basado en el
desarrollo de la capacidad empresarial”, el 58% se encuentra en Santa
Cruz. El indicador para el programa en Bolivia era lograr 120 empleos
directos, pero el programa alcanzó 291. “Se alcanzó el 243% de empleos
directos. 58% (168) son de Santa Cruz, 26% (76) son de Cochabamba y 16%
(47) corresponden a La Paz”, manifestó la vicepresidenta de FIE ONG y
coordinadora nacional del proyecto, María Victoria Rojas.
Recordó que en las entrevistas previas había gente que no tenía idea
de lo que quería hacer y otros esperaban que les diga qué hacer. “Lo
importante es que debía existir en las personas una actitud de
emprendedores. Hubo gente que no sabía lo que quería y afinó la idea en
el trascurso del programa”.
Y enfatizó que “lo
ejecutado y aprendido hasta la fecha se constituye en un proyecto
piloto, luego del cual estamos en condiciones de lograr la continuidad
del modelo a nivel local o regional”. Subrayó que están buscando
alianzas con otras instituciones públicas y privadas que trabajan en el
tema de las migraciones, para avanzar con esta iniciativa. Entre los
bolivianos emprendedores que retornaron de España está Edwin Chambilla,
que tiene un taller de confecciones. Miriam Mendoza de Yujra abrió el
restaurante El Alto.
Reynaldo Zeballos produce
alimento para truchas y en asociación con campesinos del lago Titicaca
genera empleo para esa región lacustre. Tiendas de barrio y una empresa
de fibra de espuma están en funcionamiento. También están la carnicería
que consolidó el cochabambino José Carlos Blanco y el comercio de un
peruano que vive en Bolivia, Wilfredo Rivadeneira.
Wilfredo Rivadeneira: ‘Pude avanzar en mi propio negocio’
Un extranjero casado con una boliviana decidió crear su propio negocio.
Dejó de tener miedo y se lanzó al programa de la ONG FIE y la Fundación
Crea y ahora su facturación casi se triplicó en tan solo tres años. Se
dedicó a hacer una pequeña industria del PVC (plásticos) en el país. “Es
un producto de calidad y que tiene una gran demanda en el país”, señaló
Wilfredo Rivadeneira.
Él trabajaba como ejecutivo en
otra empresa similar. “Paralelamente trataba de avanzar en mi propia
empresa. Fue hasta que me decidí y me dediqué al sector del saneamiento
básico”, recordó.
“Facturábamos unos dos millones de
bolivianos en 2009 y llegamos a más de cuatro millones el año pasado. El
desarrollo de las ventas me permitió crecer y generar empleo: éramos
dos personas, mi asistente y yo, y ahora somo ocho en la empresa”,
subrayó.
“Soy un extranjero y fue más difícil acceder
a préstamos y acudí a usureros a los que pagaba mucho. El Banco FIE,
con este programa me permitió acceder a un financiamiento y seguir en el
negocio”. A otros emprendedores, Rivadeneira les sugirió que busquen la
calidad de su producto porque sólo así podrán ir creciendo.
Detalló que ahora cuenta con maquinaria que le permite fabricar piezas
de PVC para unir las tuberías para el alcantarillado y ha logrado
contratos con varios gobiernos municipales. “Uno se levanta con las
iniciativas. Termina agotado, pero se siente bien porque está haciendo
algo. No es fácil hacer empresa. Es difícil. Pero también recibí apoyo
de otro programa de la Cámara Nacional de Industrias que capacita para
ser empresario”, dijo.
Georgina Vargas: ‘Jóvenes, salgan adelante, desafíense’
Georgina Vargas, es una mujer casada que decidió dejar Bolivia para
emigrar a España en el año 2001, tomó esta decisión porque el sueldo que
percibía como secretaria en varias instituciones públicas era muy bajo y
no le permitía cubrir sus gastos y menos ayudar a su hijo en sus
estudios superiores.
Durante varios años estuvo en
España hasta que el año 2008 decidió retornar definitivamente por el
delicado estado de salud de su esposo. Con un capital ahorrado en su
estadía en el país europeo, el año 2009 compró maquinaria para
confecciones industriales. Enterada de los cursos de capacitación que
ofrecía este proyecto, se inscribió y fue capacitada en áreas de
finanzas, cálculo de costos, ventas, computación, etc.
“Gracias al apoyo de este proyecto, abrí mis perspectivas de desarrollo
y superación, y ahora soy propietaria de Creaciones Gina, mi rubro son
las confecciones industriales, principalmente estoy produciendo ropa de
cama. Esta experiencia me ha permitido salir adelante y sentirme útil y
productiva a mis 62 años de vida. A todos los jóvenes les digo que
salgan adelante, que se desafíen a sí mismos, y que sean un ejemplo de
trabajo para sus hijos y los hijos de sus hijos”, señala Georgina.
Ella también participó en el proyecto “Modelo Migratorio de retorno
voluntario, basado en el desarrollo de la capacidad empresarial” que se
ejecutó en Bolivia desde el año 2008. De acuerdo con las estadísticas
del programa, el rango de edad estaba en un 64% en jóvenes de 24 a 45
años, el 26% de los participantes eran mayores a 46 años y sólo el 10%
eran menores a 25 años. El total de participantes en cuatro años fue de
250 personas que habitan hoy en las ciudades capitales de La Paz,
Cochabamba y Santa Cruz.
José Carlos Blanco: ‘Me enseñaron temas de finanzas y mercados’
José Carlos Blanco es oriundo de Cochabamba, tiene 33 años y es médico
veterinario. Asistió a los cursos de capacitación dictados en el marco
de este proyecto porque su esposa vive y trabaja en España. “Me
enseñaron temas de finanzas, contabilidad, apertura de mercados, etc., y
esto me ayudó mucho para abrir mi negocio”, dijo en la presentación de
los resultados del programa, realizado la semana pasada en el hotel
Presidente.
Él se dedicaba, junto a sus hermanos, a
la venta de ganado vacuno en Cochabamba, pero gracias a esta
capacitación vio que tenía la oportunidad de diversificar su negocio y
es así que primero abrió una carnicería en su barrio, luego solicitó un
crédito en Banco FIE que le permitió abrir dos carnicerías más en el
mercado campesino de esa ciudad.
“Toda esta
experiencia ha sido muy positiva para mí, porque ahora yo soy mi propio
jefe y trabajo con mis hermanos y mis cuñadas. Nuestra próxima meta es
tener una pequeña fábrica de embutidos y sé que lo lograremos, porque
estamos trabajando muy duro. Estoy muy orgulloso de tener este negocio y
aliento a todos a lograr sus sueños, aunque con tropiezos y caídas
siempre se sale adelante”, señaló emocionado.
Los
sectores elegidos por los participantes en este modelo para la apertura
de negocios son: Servicios 40%; Industria 27%, Comercio 21% y
Agroganadería 12%, indicadores considerados como alentadores que
impulsan a buscar mecanismos para la sostenibilidad del programa. Se
espera que el programa continúe con nuevas alianzas de FIE ONG para
apoyar a otras personas que tienen familiares en España y la voluntad,
capacidad, habilidad y predisposición de abrir o expandir un negocio
propio en Bolivia.
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