— ¿Hay alguna tendencia que se esté marcando en el sistema financiero de la región?
— Si uno analiza los pilares principales para cualquier estrategia de crecimiento por inclusión y sostenibilidad ambiental, hay cuatro en los que me gustaría enfatizar.
Uno es la educación como pilar para creación de recursos humanos dedicados a hacer las transformaciones productivas y tecnológicas. Segundo es la logística, porque sin buena infraestructura un país es difícil que pueda ser productivo, competitivo en la globalización. Un tercero son las instituciones del sector público y privado (gobiernos, parlamentos, justicia, gobierno corporativo, empresas, gremios, sindicatos); ese conjunto que da la base de seguridad jurídica y da las reglas de juego.
Un cuarto, es el desarrollo de los sistemas financieros y la pregunta clave para vincular un modelo de crecimiento económico con inclusión social es ¿qué accesos tienen los ciudadanos, empresas a los mecanismos de financiamiento? Este es uno de los temas críticos y le hemos dado mucho énfasis porque vemos que si bien América Latina ha hecho un avance muy importante de mayor bancarización, de todas maneras estamos rezagados. Especialmente en el acceso integral a los productos de los sistemas financieros de las familias y pequeñas empresas. Los actores importantes para fortalecer esto son, por un lado, los bancos centrales, las entidades supervisoras, y por otro está el desarrollo de los mercados de los bancos comerciales y especializados. América Latina ha tenido bastante éxito y Bolivia es un ejemplo con los bancos de microfinanzas.
Hace cuatro semanas estuve en la reunión del Banco Asiático, en un panel de alto nivel con el presidente del Banco Central de la India y de varios países, con gran satisfacción vi que el modelo que están siguiendo para llegar a los más pequeños es productivo, donde el concepto de valorización del riesgo es mucho más sofisticado y no está basado en los principios bancarios tradicionales.
Se debe fomentar el ahorro, ahí está el gran desarrollo; y más allá la creación de servicios. También que otros jugadores en los mercados de capital, los fondos de pensiones y las compañías de seguro, puedan ser canalizados para el desarrollo. Depende mucho de la capacidad que tengan los países, que existan las regulaciones, las reglas del juego que fomenten ese tipo de actividad. Y en eso la CAF juega un rol interesante; por ejemplo, proveer garantías parciales para que un fondo de pensiones o una compañía de seguros esté dispuesta a emitir un bono no de dos años sino de 10 o 15 años .
— ¿Cuál tiene prioridad?
— A estos cuatro temas hay que apuntar con prioridad. Obviamente que van vinculados a crear o modificar o adaptar el modelo de desarrollo a un modelo que busque crecimiento económico alto sostenido y de buena calidad.
— ¿De buena calidad?
— Quiere decir que es eficiente, que es incluyente porque está haciendo participar a la mayoría de los ciudadanos, que crea empleo productivo, por ende que respete la diversidad cultural y el medio ambiente. Ese es el principio, pero para lograr eso el énfasis que hay que dar es una transformación productiva que sea transitable. Hoy en América Latina hay un modelo de ventajas basadas en recursos primarios y transferencias, y hay que pasar a un modelo de formación de mayor valor agregado, que se basa en tecnología, en conocimiento e innovación; puede ser en recursos naturales o en otras áreas. Todo esto mueve a la importancia de crear cadenas productivas que permitan no solamente atender la demanda interna, sino a la capacidad de exportar en forma competitiva.
— ¿La tendencia en la crisis económica sigue siendo la misma que cuando estábamos en la crisis financiera?
— En la crisis de 2008-2009 vimos que América Latina había estado inmune a los efectos drásticos al extremo. Si bien hubo un año con una caída del PIB, inmediatamente hubo un rebote muy grande y desde 2010 el promedio de crecimiento es superior al 4,5%. Hay varios países que crecen al 6% y 7% como Perú, Panamá, Paraguay. Ahora estamos entrando a una segunda crisis que es más delicada. El tema de Europa es muy profundo. También hay impacto hacia la China que significa un posible enfriamiento, no dramático. Estados Unidos estaba saliendo un poco este último trimestre. Este escenario hay que verlo con más cautela y puede tener impactos en América Latina, no dramáticos pero hay que tener cuidado.
— En este marco, se observa que varios países han empezado a apreciar sus monedas, ¿cómo debería prepararse América Latina?
— El tema de apreciación de monedas ha sido casi una constante en los últimos dos años, especialmente en algunos países que se han vuelto muy atractivos como Brasil. Con la apreciación de monedas lo que hay que precautelar es qué tipos de flujo de capital están llegando a los países y poner cierto control a los flujos especulativos. Pero yo iría a un tema más estructural: este momento América Latina debería acelerar sus cambios estructurales para tener más inversión, iniciar un proceso más dinámico de transformación productiva e inclusive aprovechar la coyuntura de lo que está pasando en Europa para atraer inversión. Estuve la semana pasada en España y si América Latina le presenta un cuadro favorable al empresariado español, es un buen momento para traer inversión. Creo que América Latina debe tratar de no quedarse preocupada por la macroeconomía. Es clave y hay que tener en mente que cualquier crecimiento sostenido de calidad se tiene que hacer en una combinación entre el sector público y el privado. Tiene que haber una alianza entre estos sectores, es la manera en que los países que han tenido éxito en el mundo se mueven. Es el desafío.
— ¿En el caso de Bolivia todavía falta avanzar en alianzas?
— Creo que hay que avanzar el diálogo público-privado.
— Los empresarios en Bolivia señalan que si bien hay buenos precios, se necesita más inversión. ¿Más inversión nacional o extranjera?
— Se necesita ambas. La principal fuente de financiamiento externo de los recursos y de capital no son los organismos multilaterales ni los mercados de capital, es la inversión extranjera directa porque trae muchos recursos financieros, tecnología, mercado, gerencia. ¿Por qué China es el país con más inversión extranjera directa si no necesita dinero? La respuesta es que el dinero no es todo, interesa la tecnología, innovación, mercados y gerencia. La inversión extranjera es clave; tiene que haber normas, reglas apropiadas, justas, que se vean que son permanentes, que no van a cambiar. Ahora hay sectores y sectores para atraer inversión que traiga tecnología, innovación y que sea participe de la transformación productiva. Aquí hay un amplio mercado y un mercado importante en el hemisferio. Hay muchos tratados de libre comercio que abren las posibilidades. Hay un nuevo juego, hay una transformación de parámetros .
— Usted estuvo en China, ¿qué opinan sobre invertir en América Latina?
— Están interesados. China ha tomado mucho interés porque obviamente requiere recursos naturales, minerales, petróleo y es ahí donde invierten. El asunto es cómo hacer que vengan no solamente a los sectores primarios.
— Volviendo a la banca, ¿cuál debería ser el rol de los bancos privados, pensando en que hagan el equilibrio en la inversión nacional?
— Hay diversos roles que tienen los bancos, de intermediación, para alimentar el consumo, la inversión, etc. Lo que se necesita es un fortalecimiento de instrumentos financieros dentro de los bancos existentes. Bancos especializados, de inversión que traigan innovación y facilitar el acceso a la mayoría de las empresas menores con una gama de productos. Creo que hay avances y hay que masificar mucho más esto.
— ¿Los bancos están dejando de ser conservadores?
— Creo que sí porque tienen una competencia importante. La industria de las microfinanzas han dado lecciones importantes. Si uno mira la calidad de esa cartera en América Latina es mejor que la de la banca comercial. ¿Qué está sucediendo? Los bancos comerciales han abierto ventanillas que tengan esa metodología del manejo del pequeño empresario.
— ¿Y qué opina sobre el rol de los bancos centrales?
—El banco central es la autoridad monetaria. Es uno de los éxitos que ha tenido América Latina después de las grandes crisis en la década de los 80. Muchos de los bancos centrales son independientes o tienen una razonable independencia; se han concentrado en el manejo de políticas, del tipo de cambio, política monetaria, política cambiable y no en convertirse en bancos de desarrollo.
— ¿Todos en la región?
— Tan directamente no, algunos están interviniendo un poco más de lo que se debe con mecanismos indirectos, pero en general esa es la fortaleza de la región.
— ¿Y el BCB de Bolivia?
— El Banco Central de Bolivia (BCB) es una entidad seria. Atendió con una política monetaria muy adecuada para la línea del país.
— Bolivia se alista para lanzar bonos y la CAF está apoyando.
— Sí. Todo país que quiere pasar de un estado de subdesarrollado a uno de desarrollo medio o avanzado tiene que buscar insertarse en los mercados de transacción de capital. Eso implica tener la percepción de riesgo del mundo. Bolivia no está en los mercados financieros por varias razones. Hoy tiene, gracias a esta bonanza internacional, un PIB que aumentó, la deuda es menor, razonable y las agencias de rating han comenzado a verla mucho mejor. Bolivia se está preparando en forma correcta, a mi juicio, para insertarse en los mercados. Poco a poco, va ir insertándose porque no puede depender exclusivamente de recursos blandos y de recursos del BID o de la CAF, debe tener opciones alternativas de mercado y esas son la inversión extranjera directa y los bonos. Creo que hay que esperar, pero el camino y el trabajo preparatorio es propicio.
— ¿Cuál sería el momento adecuado para lanzarlos?
— El mejor momento uno lo descubre una noche antes. Uno no anuncia cuando es el momento. Pero diría que en estos meses tiene que aclararse la situación que en los mercados crea una cierta preocupación sobre el tema de la empresa de transporte de energía (NdR: Nacionalización de la TDE). Tiene que aclararse el tema y la solución que dé el Gobierno de Bolivia respecto a la empresa que es estatal y además sea adecuado.
— ¿En América Latina no debería influir la decisión de los privados en el caso de que quieran apoyar el crecimiento?
— Completamente. Si no hay estabilidad, influye en los agentes económicos. Si ven que no hay estabilidad, cualquiera que sea la razón, justa o injusta, influye. Una labor muy importante de los países no es económica, es política.
— ¿Hay estabilidad en la región?
— En Bolivia hay momentos en que uno ve que hay muchas manifestaciones; pero si uno mira la tendencia, en general se puede decir que sí. Estos días uno nota que el ambiente está un poco bullicioso, pero nada grave.
Perfil:
Nombre: Enrique García
Profesión: Economista
Cargo: Presidente de la CAF
Experto en desarrollo de calidad
Boliviano. Tiene una licenciatura y una maestría en Economía y Finanzas de St. Louis University, y estudios doctorales en la American University.
Ha sido Ministro de Planeamiento y Coordinación de Bolivia y Jefe del Gabinete Económico y Social entre 1989 y 1991. Entre sus numerosas distinciones figura el Premio Integración Latinoamericana del Consejo Empresario de América Latina-CEAL en 2001. Fue elegido Hombre del Año 2005 por la revista Latin Finance y en diciembre de 2006 fue distinguido como el Personaje del Año por La Razón. En 2010, CIFAL Atlanta le distinguió con el Premio de las Américas a la Excelencia en el Servicio Público.
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