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14.2.11

Tiendas de barrio avanzan hacia un modelo de negocio competitivo

Svetlana Salvatierra, El Financiero, domingo 13 de febrero

La tiendita del barrio es un actor relevante en la economía local. No sólo es un punto de encuentro de vecinos, es centro del movimiento económico para productos nacionales e importados.
Son una fuente de ingresos muy importante para cientos de familias, razón por la cual Fundes, el Fondo Multilateral de Inversiones del BID, y la Fundación Elea apuestan por el Programa Mi Caserita, que en su primera etapa fortalecerá a 800 tiendas de barrio en la ciudad de La Paz.
Una de las vendedoras, Cristina Yapur Fernández, tarijeña, decidió abrir una tienda hace unos tres meses en Villa Fátima. Ella es farmacéutica. Trabajó en su farmacia en El Alto durante 18 años, ahora decidió apoyar a su hijo en esta iniciativa. “Hice un pequeño estudio de mercado, no había este tipo de tienda en el lugar. Tengo mi NIT para que sea legal”, dijo.
Sin embargo, se declara inexperta y está “tratando de llenar las posibles necesidades de la gente para auxiliar en las primeras necesidades de los vecinos”, dijo.
“En la noche vienen los papás buscando cartulinas o cuadernos y la tienda Belleza y Salud está ahí. Si a alguien se le rompió algo tenemos pegamento, y si necesitan que les llevemos leche a los vecinos mayores, lo hacemos”.
La atención al cliente es una acción innata en los tenderos. Es su forma de ganar espacio en el negocio. El siguiente paso es el servicio de atención al cliente, un aspecto en el que se capacita en los talleres gratuitos de Fundes.
Inventarios, relación con proveedores, orden y limpieza, también están en la agenda del Programa Mi Caserita. Cursos a los que también asiste Isabel Terrazas Gutiérrez. En su barrio, todos conocen dónde queda la “Tiendita de doña Isabel”. Ella es paceña, nació en una de las calles aledañas a la plaza Uyuni y en su casa abrió la tienda hace 27 años.
Empezó con una mesita de dulces. “Por qué no trae pancito, leche y refrescos, me dijeron los vecinos, y ahora tengo una tiendita surtida”, dice con orgullo. Algunos años cerró para atender a sus nietos; hace cuatro volvió a abrirla. “Los que vienen a diario deben ser unas 60 o 70 personas”. Pero no fío, asegura.  Sabe qué producto tiene demanda y se las ingenia para relacionarse con los proveedores y tener productos que no estén pasados de la fecha. “Ahora (con Fundes) estoy en eso de hacer mi inventario y mejorar mi negocio”, asegura mientras vende huevos y tomates a una vecina.
Datos de la Alcaldía de La Paz sirvieron de insumo para que Fundes, a través de un estudio realizado con Univalle y con información de grandes proveedores, encuentre un universo de 14.000 tiendas de barrio en La Paz. El 80% son atendidas por mujeres.
El objetivo es implementar un modelo de negocios competitivo en 800 tiendas de barrio paceñas que permita mejorar las capacidades de gestión empresarial de los dueños y/o responsables para mejorar su relacionamiento con proveedores, clientes y competencia, además de fomentar la asociatividad e integración de las tiendas de barrio, precisó el coordinador Rodrigo Castro.
Ahora trabajan con 120 tiendas de barrio. Están clasificadas en tiendas A, sobre 30 m2 con caja registradora (cercanas a ser micromarket); tiendas B, menores de 30m2 y las tiendas C, más pequeñas y administradas por una sola persona. A este grupo pertenece el 60% del total.
Mueven entre 100 y 500 productos, entre nacionales e importados. Los más vendidos son los refrescos, pan, lácteos y derivados, conservas, abarrotes, golosinas y snacks y helados. La cerveza tiene en algunos barrios mayor presencia, pero el porcentaje de venta es similar a artículos de limpieza.
En relación con la competencia, el estudio halló que los lugares más frecuentados son las tiendas de barrio (37%), le siguen mercados (30%), supermercados (22%), kioskos y micromarkets. La cercanía y precios bajos les dan valor.
Una red mejora relación con proveedores
“El impacto social es bastante alto. Buscamos que las tiendas de barrio se fortalezcan como negocios y que sus dueños las empiecen a ver como pequeñas emrpesas, vean el giro del negocio para hacerlas crecer o por lo menos fortalecerlas y mantetenerse en el mercado”, precisó el gerente de Proyectos Fundes, Mauricio Estívariz.
La meta es conformar una red de tiendas de barrio que les permita un mejor relacionamieto de precios y entregas con los provedores, precisó el coordinador Rodrigo Castro. “Permitirá potenciar la relación de negocios de las empresas proveedoras y de las pymes que ingresan al mercado en un segmento de tiendas detallistas de comercio, en el cual se incremente el volumen de ventas, la fidelización de clientes y la mejora de su imagen”, además de obtener un mejor margen de ganancia, precisó José Luis Vega, responsable de Marketing del programa Mi Caserita. Fundes está en 11 países de América Latina con programas similares y exitosos.

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