La Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero
de Bolivia (Asfi) emitió en abril el Reglamento para Operaciones de
Crédito Agropecuario y Crédito Agropecuario debidamente Garantizado, y
las entidades financieras del país tienen hasta octubre para adecuarse a
sus disposiciones.
Según datos de la Asfi, el
crédito para el sector agropecuario se incrementa. En diciembre de 2010,
la cartera llegaba a $us 272 millones. Un año después, casi se duplicó;
el monto prestado subió a $us 411 millones. En junio de esta gestión,
el financiamiento creció hasta $us 462 millones y se estima que los
créditos se incrementarán aún más hasta fin de año.
Sin embargo, es una cantidad pequeña con relación al total de la cartera
productiva del país. Al 30 de junio, los bancos comerciales, las
entidades especializadas en microfinanzas, las mutuales de ahorro y
préstamo, y las cooperativas de ahorro y crédito, llegaron a prestar un
monto de $us 2.679 millones. En diciembre de 2010, el total llegó a $us
1.890 millones.
El crédito del sector agropecaurio es
el 5% del total del financiamiento al sector productivo, según análisis
estadísticos de la Asfi. La mayor parte de la cartera está destinada a
la agricultura, le sigue la ganadería y luego las actividades de caza,
silvicultura y pesca.
“Con el artículo 57 de la Ley
de Revolución Productiva se impone que las entidades financieras deben
incrementar, de manera gradual y sostenida, la cartera destinada al
sector agropecuario”, destacó la directora ejecutiva de la Asfi, Lenny
Valdivia. La normativa de abril está enfocada a fomentar el crédito al
pequeño productor más que al sector empresarial, aclaró.
“Por primera vez las asociaciones de productores son sujetos de
crédito, antes eran sólo los productores individuales”, precisó.
Ahora, las entidades financieras reguladas deben adoptar tecnologías
crediticias especializadas. De esta forma, aparecen los créditos
agropecuarios, estructurados por producto almacenado, para la producción
por contrato y otros que satisfagan las necesidades del productor. El
ciclo productivo y los efectos climáticos también son considerados a la
hora de otorgar un préstamo, y habrá límites en la otorgación de
algunos.
“Esto implica que las entidades financieras
deben tener una base de datos especial para registrar a los prestatarios
de este tipo de crédito y registrar cualquier evento climatológico
adverso que vaya a afectar la producción de algunos de los subsectores
de crédito agrícola y agropecuario”, subrayó la autoridad
reguladora.“Esto va a permitir que hagamos mejor seguimiento a esta
cartera crediticia”, dijo Valdivia.
Banca. Para
atender al cliente solicitante del crédito productivo, las entidades
financieras tienen que invertir en crear oficinas especiales, contratar
profesionales capacitados y fortalecer sus agencias en las áreas
rurales.
El aumento de la cartera en $us 789 millones
en el último par de años es una buena señal, sostuvo Valdivia. “Se
están otorgando más créditos al sector productivo”.
Del 100% de la actual cartera de todo el sector productivo, casi el 70%
corresponde a las entidades comerciales, más del 20% a las
microfinancieras y menos del 2% a mutuales y cooperativas.
“El 53% de la cartera agropecuaria está concentrado en cinco entidades
financieras”, señala un informe de la Asfi. Se refiere al Banco Nacional
de Bolivia (BNB), Prodem (FPR), Banco Ganadero (BGA), Banco Bisa (BIS),
Banco FIE (BIE) (ver siglas en infografía).
El
crédito solicitado por las empresas, la pequeña y mediana empresa (pyme)
y la microempresa, está destinado a financiar capital de inversión
(mediano plazo) —nuevos emprendimientos— y capital de operación (corto
plazo), dependiendo del ciclo productivo.
Paralelamente, las Instituciones Financieras de Desarrollo (IFD)
asociadas a Finrural (Asociación de Instituciones Financieras de
Desarrollo), que están en proceso de adecuación para ser reguladas, ya
iniciaron el procedimiento de ajuste de sus operaciones agropecuarias.
La normativa “ha resultado mucho más fácil aplicarla”, afirmó el gerente
general de esta asociación, Néstor Castro.
Obligación del cliente
Si bien la normativa emitida por la Asfi promueve el acceso al crédito
para el pequeño productor rural, también le genera obligaciones legales
que respalden el pago del crédito, cuyos recursos provienen de los
ahorros de los bolivianos.
En la carpeta de crédito
de una organización de productores debe verificarse que mínimamente
realicen la actividad agropecuaria en la zona de destino del crédito y
que la experiencia de trabajo en común de los miembros también cumpla
con una cantidad de tiempo.
Se exige que “su
estructura organizativa cuente con una instancia de control para el uso
de recursos financieros”. Al mismo tiempo, que “la totalidad de sus
integrantes se encuentren informados y estén de acuerdo en contraer la
obligación del crédito, su destino y los beneficiarios del mismo”. Este
aspecto debe quedar en actas de asambleas u otro documento similar de la
organización de productores.
Una exigencia relevante
es que la organización debe contar con “mecanismos legales y otros
necesarios para garantizar el ingreso y la salida de integrantes, así
como la rotación de representantes”, de manera que “no afecte la
responsabilidad de la organización de cumplir con el pago del crédito”.
Lenny Valdivia
Directora Ejecutiva de la Asfi
‘Las IFD están atendiendo a sectores excluidos’
“Advertimos que las IFD están atendiendo a sectores excluidos por la
banca tradicional, que no tiene la tecnología crediticia suficiente para
atender al sector agrícola y pecuario; sus productos y servicios son
insuficientes. Las IFD tienen esta expertise y pedimos que expliquen
cómo lograron introducir créditos en el área rural. La banca comercial
tuvo que hacer trabajo de campo, evaluaciones socioeconómicas, acercarse
a las asociaciones de productores y diseñar nuevos productos. Hay una
alianza estratégica entre una IFD y un banco; el resultado se reflejará
en mejor colocación de créditos”.
Néstor Castro
Gerente General de Finrural
‘La normativa es un avance para el desarrollo’
“Consideramos que el Reglamento para Operaciones de Crédito
Agropecuario y Crédito Agropecuario debidamente Garantizado, aprobado
por Asfi en abril, es un importante avance en el desarrollo de
normativas que promueven el crecimiento del sector productivo, que es
estratégico para el país. Para el mejor funcionamiento de esta normativa
es importante que la misma pueda ser acompañada por programas desde el
Gobierno que promuevan la asistencia técnica, capacitación,
formalización de operaciones rurales, etc., que apoyen a las operaciones
financieras y logren mayores impactos”.
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