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12.12.11

‘América Latina está en un punto de inflexión’; el capitalismo está muriendo

Alicia Bárcena.Es secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, llegó a La Paz en una misión de tres días organizada por la Vicepresidencia del Estado, Ministerio de la Presidencia e IDEA Internacional. Cumplió una agenda apretada de reuniones con las autoridades nacionales, presentó un balance económico y social en Bolivia y la región, y participó en un seminario con el sector privado sobre convergencia productiva de pymes agrícolas y rentas de las materias primas.
— ¿Después de tres años y medio en la Secretaría Ejecutiva de CEPAL cómo ve a la región?
— La región está en un punto de inflexión muy importante. Me alegra que me haya tocado esta era porque estamos viviendo un verdadero cambio de época.
En el lugar en el que estoy, estamos repensando los modelos de desarrollo, porque no creo que haya un solo modelo y de pronto es posible entender dónde está el alma latinoamericana y caribeña. Y creo que esa alma está en búsqueda por la igualdad, en función de derechos; además refleja la agenda de las Naciones Unidas y la del desarrollo. 
Llego a la región, hace tres años y medio, cuando se está dando este punto de inflexión, donde el modelo anterior neoliberal, capitalista —diría el capitalista financiero, había un cepalino Aníbal Pinto que le llamaba capitalismo financiero salvaje— es el que está muriendo porque se dedicó a producir dinero por el dinero y no puso el financiamiento o los recursos al servicio de la economía real, de la gente, del desarrollo social. En la región, con la diversidad de formas de pensar, creo que hay un consenso: ese modelo se agotó y nos dejó tristemente en el nivel de ser la región más desigual del mundo, no la más pobre. Era un modelo que estaba reproduciendo desigualdades. 
La región está perfectamente lista hoy para explorar nuevos rumbos, cada país a su pinta, cada sociedad a su estilo, en la búsqueda de un modelo que se adapte a sus fortalezas, debilidades, retos, desafíos, con una aspiración común que es la igualdad.
— ¿Cómo se explica esto?¿Son temas políticos o sociales o tiene que ver con que los latinoamericanos aprenden a reconocerse y valorarse?
— Los latinoamericanos hemos sufrido mucho, 500 años de búsqueda de identidades porque fuimos una región colonizada y es una experiencia muy dura. Colonizar significa que el que llegó, extrae, se lleva y se va, no se compromete. En algunos casos llegaron otros colonizadores que se quedaron. La búsqueda del sentido de pertenencia de nuestras identidades es lo que está en juego. ¿Cómo le llamamos a eso? Es un proyecto político, claro. Y además parte de la base que nuestra región avanzó mucho en el proceso democrático y por primera vez hemos logrado tener presidentes que no nos hubiésemos imaginado nunca, en lo que yo llamo que hay una movilidad social; una esperanza de que el pueblo y los representantes de causas sociales puedan llegar a ser presidentes. 
El caso de Lula da Silva, un obrero metalúrgico que fue capaz de llegar a la presidencia de Brasil y logró una cantidad de cosas. Tenemos una maravillosa mujer, Michelle Bachelet, con una trayectoria impecable, una doctora que sufrió mucho a partir de las dictaduras y fue capaz de construir un modelo de seguridad social, de protección universal para Chile. Evo Morales es un gran ejemplo, es de una comunidad campesina en Oruro. Eso es lo valioso de lo que está pasando en nuestro continente. Hay procesos democráticos que están confluyendo con utopías de desarrollo, con caminos. Lo que me queda clarísimo es que estamos listos  para hacer las cosas a nuestra pinta; el cómo nosotros creemos que se deben hacer las cosas, bien o mal, pero hecho en casa. Es una lección muy valiosa.  
— ¿La crisis financiera de los países desarrollados ha acelerado este proceso?
— Exacto. Pero ustedes, aquí en Bolivia empezaron antes. A partir de 2006 se dio un punto de inflexión, las cifras lo dicen. Es cierto que algunas cosas venían de antes y no hay que dejar de reconocer que se va construyendo sobre lo hecho. Ustedes armaron una nueva Constitución Política del Estado (CPE) en 2009; es muy reciente como para decir si funciona o no. Hay que darle tiempo, a que la CPE se exprese en diferentes normativas. Es un cambio paradigmático que ha vivido este país. Un cambio de esa magnitud no se va a consolidar en poco tiempo. Necesita tiempo.
— Las cifras macroeconómicas bolivianas están bien. Evo Morales dijo en algún momento que se iba a contracorriente de las recetas de los organismos internacionales y que no confiaba en sus cifras, incluyendo a la CEPAL. ¿Cuál es la oportunidad que ve la CEPAL ahora en Bolivia?¿Hay una apertura?
– Claro que sí. Nosotros trabajamos mucho con los datos de Bolivia. La Unidad de Análisis de Políticas Económicas y Sociales (UDAPE) es un sitio de referencia muy importante para nosotros. Tomamos en cuenta la encuesta de ingresos y gastos de Bolivia y la analizamos con nuestra metodología y ahí es donde está la construcción. Entiendo lo que decía el presidente Morales en relación a las cifras y estadísticas. 
Lo interesante es que si uno va mostrando el origen de estas cifras, estadísticas y cuadros comparativos se va generando la confianza para decir:  éste es un organismo imparcial. La neutralidad no existe, de eso estoy convencida, la imparcialidad sí. Quiero que la CEPAL sea un centro de ideas, de referencias estadísticas, de análisis de lo que se está haciendo, con una óptica abierta sin llegar a ninguna idea preestablecida, tratando de entender que, finalmente, somos una institución de desarrollo. Creo que el desarrollo es también el derecho a ser diferentes, el derecho a desarrollarse como cada país pueda hacerlo en base a los recursos que tiene, en los desafíos de igualdad o las brechas que tiene que cerrar. 
— Coincidencias....
— Creo que hemos coincidido con lo que Bolivia quiere hacer en los planteamientos. Desde que llegué a la CEPAL hemos planteado una hoja de ruta: es la hora de la igualdad y establecimos brechas por cerrar y caminos por abrir. Ahí es donde creo que con el presidente Morales y otros presidentes de la región nos hemos reencontrado para hallar este camino conjunto. Quiero decir que la propuesta de la CEPAL debe nutrirse de las experiencias de los países; nosotros no tenemos la verdad, nadie tiene la verdad, más bien hay que venir y aprender. Los organismos internacionales, incluida la CEPAL tenemos mucho que aprender de lo que ustedes están haciendo, como hemos aprendido mucho de lo que está haciendo Uruguay, Paraguay, Centroamérica. Cada país está tratando por diferentes maneras de salir adelante. Eso podemos traer a la mesa.
Por ejemplo, me llamó mucho la atención la política fiscal que está siguiendo Bolivia. Me interesó desarrollar un estudio del caso sobre cómo se ha diseñado esta política fiscal, sus instrumentos, sus elementos, cómo se está trabajando en ella. Y estoy en la mejor disposición de traer otras experiencias como la uruguaya que también me parece muy progresista. Muy buena la reforma fiscal de este país. Se puede llevar a otros países que no han intentado estas reformas y que les hace mucha falta (señala con énfasis),  como a muchos países de Centroamérica. Y estoy segura que mirarán y dirán: esto es lo que necesitamos allá. 
Lo que hay que hacer es creer en nosotros mismos y creer en lo que estamos haciendo y también compartir las experiencias. 
— Su opinión sobre dos temas en debate. ¿Necesitamos ser más formales en la región? (hay mucha informalidad, se estima que en Bolivia el 70% de los negocios es informal). ¿Necesitamos inversión extranjera?
– No sé si la palabra es la formalidad, depende de lo que entendamos por ello. Sí necesitamos tener instituciones, reglas, claridad para que todos los actores que participen en el desarrollo tengan sus expectativas bien diseñadas y bien reguladas. Para ello se requieren instituciones, capacidad de gestión, capacidad de diálogo y esto se construye a través de pactos sociales.
Es verdad que hay que tener un rumbo, un plan, una ruta de navegación y después hay que tener la capacidad para sentarse en la mesa y decir a ver qué te parece si nos vamos de aquí para allá caminando, no mejor  volando, no mejor en auto. Ya nos pusimos de acuerdo que allá queremos llegar y ahora hay que definir el cómo llegamos, en cuánto tiempo llegamos, quién pone qué, quién carga la mochila, un tramo tú, otro yo. Eso es parte del proceso.
Si debe o no haber inversión extranjera es una decisión que cada país debe tomar. Lo que tiene que haber es inversión.
Creo que lo que hay que definir es qué inversión es fundamental; es el puente entre el corto y mediano plazo. Te da una señal.
Si el que invierte es un privado o un extranjero eso forma parte del pacto económico y social que cada país tiene que definir.
Lo que no se puede permitir es que los recursos naturales, la productividad y las ganancias se sigan yendo de nuestros países sin dejar nada a nuestros pueblos. Eso, a cualquier costo tenemos que lograr un equilibrio. Que vengan y que ganen plata, por supuesto, pero no toda y que ese algo se pueda redistribuir con equidad en los países.

Perfil 
Nombre: Alicia Bárcena Ibarra 
Nació: 5-03-1952 
Profesión: Bióloga 
Cargo: Secretaria Ejecutiva de la CEPAL 


Nació en Distrito Federal, capital de México. Estudió Biología en la Universidad Nacional Autónoma de México. Tiene una maestría en Administración Pública en Harvard University. 

“Mi primer trabajo fue con las comunidades indígenas mayas; estudié y trabajé con ellos en un proyecto sobre el conocimiento tradicional de los recursos naturales. Me tocó hacer el diccionario de los nombres tradicionales e indígenas, usos y significados de las plantas. Fue hermoso (...) ¿Cómo llego a la CEPAL? Uno se va comprometiendo en el camino. Me di cuenta que estos pueblos tenían muchos problemas con el desarrollo, infraestructura que querían construir y que no había consulta a ellos. Empecé con el trabajo comunitario y así fui a dar al Gobierno. Me invitaron a la Secretaría de Ecología e hicimos los primeros planes de manejo de zonas protegidas”. En Naciones Unidas trabajó para la Cumbre de la Tierra. Ingresó a la CEPAL hace 12 años. “Y ahora estoy trabajando para la región, mi sueño dorado. Llevo tres años y medio”. 

SS. Publicado en El Financiero 11 de diciembre

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