— ¿Haciendo una comparación de cuando inició su carrera en el PMA, hace 23 años, qué cambios observa?
— Nuestro esfuerzo era mucho más en temas de desarrollo. Recuerdo que
en el periodo en el que estuve en Comoras hubo dos ciclones y se brindó
apoyo de emergencia. El ambiente de la ayuda al desarrollo y la
humanitaria eran diferentes. La misma organización era diferente, se
comunicaba por télex y luego entró el fax, pero no duro mucho porque
pasamos a la transmisión electrónica. Era una época en la que se
trabajaba con mucho menos información y hoy estamos bombardeados con
información en tiempo real.
— Con los cambios, ¿adonde apunta su trabajo desde su oficina regional en Panamá?
— Tengo que decir que el PMA fue una de las primeras agencias de las
Naciones Unidas en entrar en una dimensión tecnológica muy rápidamente y
no solo de la transmisión electrónica, sino de un sistema de monitoreo
de recursos online desde 2000, y ya estamos en la tercera versión. Una
transformación fundamental fue la descentralización de las oficinas en
Roma y las decisiones regionales; un empoderamiento muy importante. Hace
15 años desarrollamos un sistema de análisis de seguridad alimentaria,
de mapeamiento con mejoras continuas. También hay un desarrollo
tecnológico en nutrición. Hemos desarrollado solos o con gobiernos
productos altamente nutricionales que hace diez años no teníamos. Espero
ver que las tasas de desnutrición crónica bajen. Estamos en la ruta
correcta, pero aún hay tasas altas de desnutrición crónica y es
inaceptable en países de ingreso medio, excepto Haití. Pueden hacer
inversión.
— ¿Cuáles son las prioridades para la región?
— Los pilares de la estrategia en el continente son nutrición, combate a
la desnutrición crónica y ayuda en casos de emergencia. Los países
prioritarios son todas las naciones donde estamos. Bolivia tiene índices
de desnutrición crónica elevados (27% en menores de dos años), está
después de Guatemala. Pero hay que esperar los resultados de la Encuesta
Nacional de Demografía y Salud (Endesa) que realice el Gobierno para
actualizar los datos de 2009. Llegamos a la población más vulnerable del
continente: indígenas y afrodescendientes.
— ¿Y la relación con gobiernos?
— Hay políticas que hace diez años no existían y también leyes. El
compromiso es la inversión. La desnutrición no es algo que se puede
tratar solamente con un alimento o un producto nutricional específico,
sino con un conjunto de acciones en las comunidades.
— ¿Qué tipo de productos nutricionales desarrollan? ¿Lo hacen con alianzas con gobiernos y/o empresas privadas?
— Depende del tipo de problema que se quiere atacar, como falta de
micronutrientes. Todos tienen base de un cereal. Hay un producto
derivado del maní para los niños menores de cinco años. Los “1.000
días”, que sirve a las mujeres embarazadas y a los niños hasta los dos
años; se llama así porque este tiempo es el periodo crítico por el cual
si hay un problema de desnutrición del niño, éste no se puede recuperar y
lleva a deficiencias físicas e intelectuales. En Bolivia se hicieron
barritas Nutribebé, producidos por una empresa farmacéutica con la
fórmula desarrollada entre el PMA y el Gobierno.
— ¿Cuán importante es la participación del sector privado?
— Es importante como todos los otros sectores. Involucrar a la sociedad
civil, que incluye al sector privado, da una conciencia diferente.
Producir un alimento o un automóvil es muy distinto.
— ¿Estos productos los entregan en todos los países?
— Nuestra política es apoyar a los gobiernos a desarrollar productos
nacionales a partir de alimentos de base nacional y tratar de importar
lo menos posible. Pero hay situaciones en las que los productos
nacionales no llegan a satisfacer todo; se podría desarrollar para
exportar y utilizarlos en otras partes del mundo. Tenemos una unidad de
ingenieros de alimentos en Roma. Las fórmulas tienen que ser propuestas y
aprobadas. La discusión con el Gobierno y Ministerio de Salud es no
sólo hacer un análisis de composición del producto, sino de los costos.
— ¿Cuántos están listos?
— Son muchos: tenemos unas 75 oficinas operacionales. En 40 países se
tiene dos o más productos. Se preparan galletas fortificadas para
anemia, con el maíz estamos haciendo mucho en África.
Perfil
Nombre: Gemmo Lodesani
Profesión: Licenciatura en Historia y Filosofía
Cargo: Director Regional del PMA para América Latina y el Caribe
Experto en ayuda humanitaria
Es italiano. Asumió el cargo de director regional del PMA para América
Latina y el Caribe en agosto de 2011. Coordina las operaciones del
organismo de ayuda humanitaria donde todavía 53 millones de personas
pasan hambre. Tiene una extensa experiencia de campo que comprende desde
operaciones humanitarias en grandes emergencias, como Mozambique
(87-90), Somalia (92-94), Grandes Lagos (94-96), hasta operaciones de
ayuda al de-sarrollo, como en Comoras (83-87), Bangladesh (90-92),
Malawi /Côte d’Ivoire (2000-04). Luego de 23 años en operaciones en el
campo, dirigió la Oficina del PMA en Bruselas, sirviendo de enlace con
instituciones europeas.
Svetlana Salvatierra
Publicado en El Financiero, 17 de febrero 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias...