Participó en el Taller Internacional sobre Derecho al Agua y al
Saneamiento que se realizó esta semana en La Paz. Es director general de
la Empresa de prestación de Servicios de Agua y Saneamiento en Durban,
Sudáfrica, y destacó la política de acceso gratuito al agua para
poblaciones de extrema pobreza y la metodología que define el estatus
económico para cobrar una tarifa más elevada por el servicio. Él sólo
habla inglés y Eduardo Hoffmann fue el traductor en la entrevista con El
Financiero.
— ¿La Empresa de Prestación de Servicios de Agua y Saneamiento de Durban a cuánta población atiende?
— La ciudad tiene tres millones y medio de habitantes. Aproximadamente
atendemos a 960 mil familias o clientes. De ese número, unas 900 mil
tienen el servicio de agua y saneamiento. La cobertura que ofrecemos en
agua potable es para el 95% de la población. Sin embargo, en términos de
saneamiento es menos, tenemos 220.000 clientes a los que no llegamos
con la calidad que estamos acostumbrados. (NdR: Durban es la tercera
ciudad en importancia de Sudáfrica, después de Johannesburgo y Ciudad
del Cabo. Está en la provincia de KwaZulu-Natal, a orillas del océano
Índico. Su lengua materna es zulo y en ésta Durban es eThekwini).
— ¿Es una empresa estatal?
— Es una empresa pública. Nuestra mesa directiva está compuesta por los
políticos que dirigen el área metropolitana. Pero, tenemos un alto
grado de independencia, en términos de una responsabilidad financiera y
contable. Manejamos nuestros recursos. Tanto la compañía de electricidad
como la de agua y saneamiento tienen esa independencia. Las tarifas que
cobramos tienen que responder y cubrir los costos de todas las
operaciones que realizamos.
— ¿Por qué no llegan al resto de la población?
— Eso fue por un error de política nuestra y lo reconocemos. Hasta
2000, estructuralmente se administraba la provisión de agua y de
saneamiento de forma independiente; eran dos actividades paralelas.
Realizamos una campaña de socialización y educación haciendo mucho
énfasis con la comunidad para incidir en la necesidad de contar con agua
potable, pero no hicimos el mismo trabajo sobre la importancia del
saneamiento.
— ¿Ahora están trabajando en la concientización sobre el valor del saneamiento?
— Efectivamente estamos remediando esa situación. Pero como ha sido un
problema estructural desde el principio va a demorar más de lo que
quisiéramos. Estamos en eso.
—¿Cómo se sostiene financieramente esta empresa?
— Sobre los aspectos económicos y financieros debo comentarle que
tenemos un sistema de tarifario segregado que favorece al sector más
empobrecido de la población. Al igual que en Bolivia, en mi país el
acceso al agua y al saneamiento es un derecho humano; compartimos esa
perspectiva. Como es una política nacional recibimos subsidios del
Gobierno nacional para proveer un servicio mínimo a toda la población.
El saneamiento no necesariamente es el más óptimo, porque puede haber un
baño con agua en la casa o letrinas con pozos ciegos y puede que la
cañería llegue sólo hasta la puerta y no entre hasta la vivienda. Pero
hay agua hasta la puerta de la casa; en otros lugares puede haber una
pileta compartida por dos o tres familias, pero nosotros hacemos la
instalación y mantenimiento. Nos hemos propuesto ofrecer un servicio de
alta calidad y ahí están las diferencias en las tarifas por el
servicio.
— ¿El subsidio del Gobierno sudafricano a qué se destina?
— Lo que da el Gobierno es para cubrir los servicios elementales. Y
para conseguir un estándar más alto tenemos que financiarlo nosotros. Es
ahí que obtenemos dinero de los que tienen más, les cobramos más para
invertir en la población que tiene menos. ¿Cómo se define el estatus
económico de una familia? Por el valor de la casa, no por los ingresos
porque la gente siempre miente sobre ellos. El valor de la casa es lo
que determina el estatus económico para que se cobre la tarifa del
servicio. En el pasado hemos utilizado otras metodologías que no han
funcionado por esta falta de verdad sobre los ingresos percibidos.
— ¿Esta metodología que adoptaron es parte de una ley nacional o local? ¿Cuál es el respaldo legal del tarifario?
— Existe la ley nacional que establece que una cierta cantidad de agua
es gratis como derecho al agua pero no especifica cantidades. Entonces,
como municipio tenemos la competencia de establecer las tarifas y las
cantidades. (NdR: un medidor controla la entrega de nueve metros cúbicos
de agua gratis y subsidiada. El tarifario se puede observar en el sitio
www.durban.gov.za).
— Una norma interesante, ¿qué políticas les falta?
— Hemos estado haciendo esto desde hace 20 años y la mayoría de los
problemas ya los hemos superado. Ahora, en términos contables, la mayor
dificultad que tenemos es con la gente que está endeudada y no son los
más pobres, son de la clase media los que no están pagando sus cuentas.
¿Qué hacemos? Tienen derecho al agua, pero no están pagando. El otro
gran problema son las conexiones ilegales, gente que se mete a la red
ilegalmente para tener agua potable.
Perfil
Nombre: Neil Macleod
Profesión: Ingeniería Civil
Cargo: Director de la empresa de Prestación de Servicios de Agua y Saneamiento de Durban
Experto en agua y saneamiento
Nació en Sudáfrica. Estudió Ingeniería Civil y luego una maestría en
Administración de Empresas. Tiene 40 años de experiencia. Introdujo el
enfoque de derechos en la prestación de servicios de agua y saneamiento
en Durban, el mismo que posteriormente se convirtió en política
nacional. Coordinó durante cuatro años el Comité de agua potable y
servicios de saneamiento para el Gobierno. Fue responsable de aplicar la
política de Derecho Humano al Agua y Saneamiento. Hace 20 años es
director general de la Empresa de Prestación de Servicios de Agua y
Saneamiento.
SS. Publicado en El Financiero 16 de junio 2013
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