Es profesor del Instituto de Economía de la Universidad Federal de Río
de Janeiro y opina que la tendencia en los modelos estatales del sector
eléctrico, en ciertos países de América Latina, entre ellos Bolivia,
es la recuperación de las reformas de la época neoliberal y la búsqueda
de un impacto positivo para el desarrollo económico y social. Sin
embargo, contar con energía barata pone en el debate invertir en
centrales hidroeléctricas o termoeléctricas.
— ¿Cuál el objetivo de investigar el estado del sector eléctrico en América Latina?
— Es una investigación académica de nuestro grupo (Grupo de
Investigación del Sector Eléctrico-Gesel ) ubicado en el Instituto de
Economía de la Universidad Federal de Río de Janeiro. El objetivo es
hacer un análisis comparativo de los modelos de energía eléctrica de
algunos países de América Latina, entre ellos México, Colombia, Chile,
Honduras, Costa Rica, Brasil y Bolivia.
— ¿De qué hipótesis parten?
— La pregunta es saber si el sector eléctrico está o no contribuyendo
al desarrollo económico social de estos países. Sin energía eléctrica no
se hace nada.
— ¿Qué hallaron hasta hoy?
— Bolivia es el último país que visitamos y vemos que está en proceso
de transformación muy importante. Antes (del gobierno del MAS) no había
inversiones para ampliar la capacidad instalada y todas las que existían
sólo se aprovechaban del precio administrado del gas natural, que era
muy bajo.
Ahora, la
política eléctrica está ampliando la capacidad instalada, ha fortalecido
el papel de ENDE (Empresa Nacional de Electricidad) y está garantizando
la expansión del sector eléctrico. Hasta el momento, las inversiones
vienen del Banco Central de Bolivia porque —es una opinión— está en una
fase de transición, recuperando un poco el tiempo perdido del modelo
neoliberal. Se están construyendo nuevas usinas termoeléctricas y hay
estudios muy consistentes de instalación de plantas hidroeléctricas como
los casos de Rositas y Cachuela Esperanza. Este sector necesita de un
horizonte de investigación de largo plazo porque las inversiones son
grandes y la construcción no es rápida, particularmente la
hidroeléctrica. Consideramos que Bolivia tiene un potencial
hidroeléctrico muy grande, pero aprovecha muy poco.
— ¿Esta falta tiene que ver con falta de estudios, inversión, normas de medio ambiente?
— ¿Qué es lo mejor para el medio ambiente: construir una hidroeléctrica
con mucha atención a los impactos ambientales o termoeléctricas que
aumentan el crecimiento de los problemas (del cambio climático)? Brasil
es un ejemplo de que se pueden construir centrales hidroeléctricas
respetando la cuestión ambiental. Nos parece que una planificación de
largo plazo, para el sector eléctrico, vuelve con fuerza en Bolivia con
la Agenda Patriótica.
— ¿Esta tendencia de mirar más a la hidroelectricidad es común en América Latina?
— Curiosamente todos esos países pasaron por una reforma neoliberal. En
los 80 empezó en Chile y en los 90 prácticamente en todos los países.
Algunas reformas neoliberales han sido muy radicales otras no tanto.
Pero en todas ellas sólo se invirtieron en termoeléctricas. El problema
es ambiental y muy grave, luego ya no vemos las nieves de las montañas.
La termoeléctrica es más cara y la energía es más cara, contamina y no
aporta al desarrollo. En el caso de Bolivia el Gobierno tiene que vender
gas natural a un precio muy bajo al mercado interno cuando podría estar
exportando por un mayor valor. Hoy exporta gas a Brasil a unos nueve
dólares el millón de metros cúbicos y para el sector eléctrico
(nacional) es de tres dólares. Hace eso porque si pone al precio de
mercado la energía queda muy cara. Por eso se está mirando con mucha
atención la Agenda Patriótica que quiere ampliar las centrales
hidroeléctricas en la matriz energética e inclusive ser exportador de
hidroelectricidad para otros países. Particularmente porque (el agua) es
renovable, el gas se acabará.
— ¿Qué similitudes hay en los modelos de estos países?
— Casi todos tienen una gran empresa estatal y planificación a largo
plazo, como Eletrobras. Una empresa privada no lo va a hacer, tiene que
ser el gobierno. Se tiene que planificar el futuro. Bolivia es muy
privilegiada porque tiene un potencial muy grande: 40.000 megawats y no
tiene ni mil megawats de capacidad instalada. No es un análisis
ideológico es técnico, de la economía y la energía.
— ¿Se recupera lo que se tenía?
— Sí. Ahora las autoridades del sector eléctrico deben analizar y
contar con la colaboración de inversiones no estatales y privadas dentro
de un marco regulatorio contractual muy seguro.
— ¿Dónde entran los privados?
— Entra como inversor haciendo contratos para la construcción de las
hidroeléctricas y de las líneas de transmisión. Lo más importante es que
el poder de decisión se queda en manos del Estado a través de una
empresa fuerte. En la región hay muchas experiencias. (Brasil es un
ejemplo). Donde no hay esto es en Chile y está en una crisis energética
muy grande, con el costo de energía más caro de América Latina, no hay
una empresa estatal que asuma la orientación del Estado. En Argentina
hay una crisis endémica. En esta lógica de planificación, los países
latinoamericanos tienen que mirar qué van a hacer en los próximos 30 o
50 años.
— ¿Las empresas estatales de América Latina deberían sentarse a planificar ese futuro?
— Sí, pero la primera etapa es fortalecer la planificación interna que está en curso.
Perfil
Nombre: Nivalde de Castro
Profesión: Ingeniero Civil
Cargo: Profesor del Instituto de Economía de la UFRJ
Experto en temas del sector eléctrico
Es profesor del Instituto de Economía de la Universidad Federal de Río
de Janeiro-UFRJ desde 1975. Imparte cursos de pregrado y posgrado en la
industria de la energía. También coordina el Grupo de Investigación del
Sector Eléctrico-Gesel sobre proyectos y documentos de subastas,
regulación, financiamiento y financiamiento empresarial de esta
industria; también sobre el Gobierno Corporativo del Sector Público. Es
autor de innumerables artículos sobre el sector, publicados en revistas y
sitios web especializados. La serie de libros Empresas das do Setor
Elétrico se publica anualmente desde 1998 con apoyo de Eletrobras
(empresa estatal de energía de Brasil). Ahora está realizando una
investigación de los modelos del sector eléctrico en varios países de
América Latina para ver su impacto en el desarrollo económico y social.
Entre ellos se investiga el sector eléctrico en México, Honduras, Costa
Rica, Brasil y Bolivia.
SS. Publicado en El Financiero 23 de junio 2013
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