Es Coordinador de Apoyos Presupuestarios para América Latina de la Unión
 Europea y visitó La Paz para participar en la reunión de representantes
 de oficinas regionales y de países beneficiarios en América Latina, en 
la que se analizaron diversos aspectos sobre la implementación del 
mecanismo de transferencias de recursos a políticas sectoriales y 
sistemas de fiscalización, con base en indicadores y metas que fueron 
previamente consensuados, para llegar a resultados que reduzcan la 
pobreza. 
  — ¿Qué es un Apoyo Presupuestario (AP) de la Unión Europea y cuál es su prioridad?
 — Es una modalidad para implementar recursos de ayuda al de-sarrollo. 
Se puede concebir como un gran paquete en el que principalmente se 
incluyen transferencias de dinero de manera directa a los presupuestos 
del Estado de los países beneficiarios y apoyos a desarrollos de 
capacidades institucionales en la implementación de políticas públicas, 
diálogo de políticas, diálogo político con relación a esa implementación
 y marcos de evaluación de desempeño. La idea de un AP sectorial es 
acompañar en la implementación de una política pública del gobierno 
receptor, por un tema de eficiencia y eficacia. La Comisión Europea (CE)
 ha sido uno de los motores que ha llevado a la implementación de la 
declaración de París, donde se habla de la alineación y armonización de 
la ayuda con los países receptores porque se ha constatado que el 
abordaje en proyectos se enfrenta al problema de la perennidad. Por 
ejemplo, un proyecto puede ser muy relevante y se instala con grandes 
medios, edificios, software, etc., y después de cuatro años cuando el 
dinero se acaba muy pocas veces hay un mantenimiento de las 
instalaciones y una verdadera apropiación del conocimiento. Tuvimos 
unidades de gestión específicas en ministerios, pero sus capacidades 
seguían siendo débiles. Los AP tienen como objetivo la reducción de la 
pobreza, que es el objetivo principal del Tratado de Lisboa.
  — ¿El resultado es lograr más conocimiento que activos?
 — El conocimiento y la implementación de políticas públicas deben ser 
apropiados para el gobierno y que no sean tres o cuatro personas las que
 estén ahí un tiempo y luego se vayan. Lo que nosotros queremos es que 
las políticas públicas sean de calidad y apoyar en el proceso de 
implementación en América Latina. 
  — ¿Con este mecanismo han mejorado las políticas públicas en América latina?
 — Si medimos en función de los recursos que estamos dando con los AP 
vemos que ha aumentado de manera significativa. En la región empezamos 
en 2005 en países de Centroamérica y luego llegamos a Bolivia. Hoy 
estamos con un portafolio de 1.200 millones de dólares, que representan 
aproximadamente el 50% de todas nuestras operaciones en América Latina. 
Esto responde a una mejora en la calidad de las políticas públicas. 
Cuando desembolsamos nos basamos en los sistemas de control y de 
seguimiento de los países beneficiarios. Pero las condiciones anteriores
 al desembolso son muy rigurosas. Son tres.     
  — ¿Cuáles son esos requisitos?
 — Un ambiente macroeconómico orientado a la estabilidad y condiciones 
para ser mantenidas en el futuro; la existencia de un plan de mejora de 
las finanzas públicas con especial énfasis en la transparencia, lucha 
contra la corrupción y control; y la existencia de una política 
sectorial y un marco de desempeño de la misma. Este último es importante
 porque nuestros pagos se dividen en dos partes: un tramo fijo, en el 
que se confirma que se cumplieron las condiciones, con el gobierno se 
negoció una matriz de indicadores y metas relacionadas a estos; y el 
tramo variable que se paga en función del cumplimiento. Si las metas 
establecidas no se cumplen, los fondos se pierden.
  — En América Latina no todos los indicadores son similares, ¿cómo los compatibilizan?
 — Es extremadamente específico al país y al sector. No tenemos un 
indicador general para todos los países porque cada realidad (tipos de 
desarrollo) es diferente.
  — ¿Cuáles son los sectores a los que se destinan los AP?
 — En Bolivia, los AP van dirigidos a la política de agua y saneamiento;
 desarrollo integral con coca; apoyo a la mejora del entorno fiscal y a 
la seguridad alimentaria; acabamos de empezar en gestión de áreas 
naturales protegidas. En América Latina tenemos intervenciones en muchos
 sectores: educación en Ecuador y Paraguay; apoyos a los programas de 
descentralización, desarrollo de sistemas de protección social en varios
 países; un apoyo innovador está en el área de consolidación fiscal en 
El Salvador. Y estamos entrando, paulatinamente, en Panamá y Costa Rica 
en políticas de seguridad ciudadana.
  — ¿Cuáles son los mecanismos para que los contribuyentes en la Unión Europea sepan en qué se gasta en nuestros países?
 — Tenemos varios mecanismos. Se presenta un informe detallado de los 
gastos y, a pedido del público, cada vez más se va relacionando con los 
resultados obtenidos. En segundo lugar, tenemos una interacción muy 
grande con el Parlamento Europeo y el Tribunal de Cuentas. El Parlamento
 es la entidad fiscalizadora. Tenemos dos comisiones: la de Desarrollo, 
con representantes de la ciudadanía; y el Comité de Control 
Presupuestario, donde tenemos que justificar el gasto y más aún en la 
situación como en la que está Europa. Las preguntas que hacen cada vez 
son más difíciles de responder. Los resultados son lo más importante 
para comunicar a la ciudadanía europea.
  — ¿Que preguntan?
 — Cómo justificar el tener una política de desarrollo. En Europa hay un
 compromiso moral de hacerlo con los que tienen menos recursos para 
tener un mayor impacto. 
Perfil
   Nombre: Claudio Salinas
   Profesión: Economista
   Cargo: Coordinador de Apoyos Presupuestarios para América Latina de la UE
   Experto en finanzas públicas
 Estudió Economía en la London School of Economics (Inglaterra) y 
Finanzas Públicas en el John   F. Kennedy School of Government de la 
Universidad de Harvard (Estados Unidos). Empezó su vida profesional 
realizando trabajos de análisis en el área de finanzas públicas 
dedicadas a la protección social. Luego pasó como consultor a trabajar 
con proyectos de la Unión   Europea en temas de de-sarrollo de la 
promoción de las inversiones y después en finanzas públicas. Con el 
modelo de Apoyos Presupuestarios fue al África para iniciar su 
implementación en políticas públicas en Mozambique. Desde hace cuatro 
años regresó a la sede de la Unión Europea, en Bruselas, para asumir el 
cargo de Coordinador de Apoyos Presupuestarios para América Latina, 
oficina que se ubica dentro de la Dirección de Cooperación para el 
Desarrollo. Destaca que cada año rinden cuentas ante el Tribunal de 
Cuentas (entidad similar a la Contraloría en Bolivia).
 Adelantó que avanzan las negociaciones y consensos sobre los indicadores y metas para 2014.
SS. Publicado en El Financiero 23/09/12 











