Soy de las personas que esperan llegar a las 24.00 del Año Viejo a tiempo, sin presiones, feliz, sin renegar, dejando a las preocupaciones en segundo lugar.
Así, me preparo para comer mis doce uvas y hacer el brindis.
Digo mías porque ya se me hizo costumbre elegirlas, que sean verdes como a mi me gustan, comprarlas, separarlas una a una y colocarlas en un platillo listas para comerlas en los primeros minutos del nuevo enero.
Este Año Nuevo fue perfecto porque todo estuvo en su lugar.
Despedí el 2011, que fue maravilloso a pesar del insistente equilibrio que mantuvo entre lo malo y lo bueno, y celebré la bienvenida del 2012, ambos con personas que llenan mi corazón.
Y deseé que en este Año Nuevo hayan menos personas en el mundo con el "corazón discapacitado" y quienes "usan su corazón" aporten a un mundo mejor...
No pido que nadie haga nada si no le sale del corazón.
Yo aportaré con mi granito de arena para que la balanza pese por el lado de las buenas noticias...
aunque según algunos el mundo se acabará el 12-12-12...
Pero desde que recuerdo mi vida en este planeta, cada cierto tiempo aparecen los deseosos por hacer desaparecer al planeta y a los humanos...
Mientras tanto, la Tierra sigue girando sobre su propio eje y los seres humanos o se matan en guerras insulzas o se esfuerzan por ser felices...
me quedo en el segundo grupo...
hasta el 31 de diciembre de 2012...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias...