Jacques Gardon.
Es el director del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD),
organismo francés de investigación único en esta temática, que está en
Bolivia desde 1968 y participa en programas científicos internacionales
concernientes al medio ambiente, la salud, las dinámicas sociales,
demográficas y económicas. Éstos se ejecutan en colaboración con
entidades de investigación bolivianas, universidades e instituciones.
Gardon releva a Francou, con quien también conversa El Financiero.
Bernard Francou.
Durante su gestión en frente del IRD, el reconocido glaciólogo impulsó
la difusión de investigaciones acerca de la provisión de agua potable en
La Paz y El Alto. Además, el programa se extendió a otros países
andinos y los resultados muestran que los glaciares de los Andes
tropicales se redujeron entre 30% y 50% en tres décadas; advierte que es
la velocidad más elevada. Considera que el ciudadano debe presionar al
político para que tome acciones de prevención al futuro.
— Bernard Francou deja la dirección del IRD en Bolivia en manos de
Jacques Gardon, pero no su trabajo como glaciólogo, ¿cuál su aporte a la
investigación sobre los glaciares de los Andes?
— Francou: En este tema somos 25 investigadores trabajando entre
Bolivia y Colombia. Es un tipo de cooperación en el que nos gustaría
quedarnos y apoyar la capacitación de estudiantes y formar equipos de
investigación que tengan reconocimiento. Soy glaciólogo, estudié en la
universidad de Grenoble, una de los principales en Europa. Mi
laboratorio está en la Antártida. Mi equipo ha hecho perforaciones muy
profundas de 3,5 kilómetros, hemos reconstruido (el comportamiento) del
clima de la tierra desde hace 700.000 años. ¡Toda una aventura.
Fabuloso! Trabajamos en los Alpes, en el Himalaya y en los Andes. Con
este laboratorio abarcamos una gran parte de glaciares del mundo. Son
los mejores indicadores de la tendencia climática.
— ¿Cuando llegó a Bolivia cuál fue el primer glacial que visitó?
— Francou: El Chacaltaya. Cuando el clima se calienta, los glaciales
desaparecen y ahí está el ejemplo del Chacaltaya, que empecé a estudiar
en 1991 y en 2010 se fue. Colocamos instrumentos y otros equipos. Lo
elegimos junto a otro porque era cercano y tenía un rol en el
abastecimiento de agua potable. Sabemos que durante la temporada seca,
el 30% del agua que consumimos en La Paz y El Alto proviene de los
glaciares y al año es el 15%, lo que no es despreciable. El otro glacial
es el de Zongo que está ubicado en la cabecera de un sistema de
hidroelectricidad que proporciona casi el 20% de energía a Bolivia.
Estamos intentando saber cómo van a reaccionar los glaciales
considerando que sus aguas tienen el valor de abastecimiento a la
capital y a una serie de plantas hidroeléctricas.
— ¿Los resultados de las investigaciones sirven de insumos para generar cambios o políticas en lo local o nacional?
— Francou: Nosotros hacemos investigaciones fundamentales que tienen
siempre un aspecto aplicado. No vamos a definir la política de las
empresas, son insumos para que desarrollen una. Si los glaciales, que
son tanques naturales desaparecen en el futuro, lo que no es imposible
dentro de cinco o seis décadas, aquí en Bolivia vamos a tener que
reaccionar para tomar medidas. Una de ellas consiste en hacer otros
tanques, hay varios reservorios que abastecen a La Paz como el Tuni
Condoriri, la Cumbre. Es necesario investigar, los equipos a emplear son
altamente costosos pero hay que hacerlo. Con nuestros colegas
bolivianos estudiamos la evolución del medio ambiente y esos datos son
importantes para ustedes (consumidores), los que finalmente manejan el
recurso agua.
— ¿Este es el programa principal del IRD? ¿Qué otras investigaciones impulsan?
— Francou: Una cosa notable es que el IRD desde siempre se ha enfocado
en el medio ambiente, empezamos en 1968. Estudiamos la geología del
cuaternario, hubo estudios muy famosos e interesantes, trabajamos mucho
sobre la minería. Por ejemplo, fue el IRD el que descubrió el litio en
el Salar de Uyuni e hicimos la primera cuantificación de este mineral
importante para la economía boliviana. Hemos hecho un balance
hidrológico de la mayor parte de las cuencas hidrológicas del país en la
década de los 80 y 90. Hemos trabajado sobre la quinua y acabamos de
publicar un libro sobre los resultados. Acerca del lago Titicaca
publicamos la principal síntesis que existe al respecto, en 1980, sobre
los datos climatológicos, biológicos, rinológicos y otros. En los ríos
amazónicos vemos las ciudades aledañas, transportes sedimentarios, la
vida acuática.
— Gardon:
Un tema importante que no hay que olvidar es el de la salud. Yo ya
estuve antes en Bolivia, unos cinco años, en un proyecto en Oruro sobre
contaminación minera y su impacto sobre la salud, el medio ambiente y la
sociedad. Trabajamos con colegas de la UMSA, el Seladis, el Laboratorio
de Ecología, de Geología y de Química. También estudiamos el impacto en
los lagos Uru Uru y Poopó sobre la ecología de la diversidad acuática y
la exposición humana a los contaminantes, sus fuentes, y cómo la
sociedad se adapta y vive en equilibrio en esta situación. Fue entre
2004 y 2010. En el oriente investigamos la contaminación con mercurio en
los ríos amazónicos y la amplificación de este problema en la cadena
hasta llegar a los seres humanos, que son los que comen.
En el río Iténez se investigó el impacto en los niños. Ahora relevo a
Francou como coordinador de las actividades en Bolivia con el enfoque de
medio ambiente que es el más importante. Hay otros proyectos sobre la
biodiversidad en el lago Titicaca, afectada por la presencia de
contaminantes de minería e industria de El Alto que llegan por un
afluente a su caudal.
—
Francou: También hay otro proyecto de fronteras con los cambios
demográficos. Sabemos que Bolivia es un país un poco cerrado y hay una
dinámica demográfica económica en las fronteras que es importante
conocer.
— Gardon:
Tenemos varios colegas de Bolivia y Francia ocupados en asuntos de
malaria, chagas, leishmaniasis, y genética de población. Los equipos se
juntan de dos a cinco años alrededor de un programa y un financiamiento
para fortalecer el trabajo de estudiantes y doctorantes. En Oruro
tuvimos tres doctorantes, dos en ecología y uno en salud. Esto permite
fortalecer la investigación.
— ¿Cuántos equipos están trabajando actualmente?
— Gardon: tenemos 15 equipos de investigadores en el grupo de medio
ambiente y ecología, ciencias sociales, cambio climático y dos personas
que trabajan sobre el chagas en La Paz, Cochabamba, Sucre, y con
convenio en Santa Cruz para tratar el dengue.
— ¿Cuán importante es la investigación en este siglo?
— Gardon: la investigación es la solución al desarrollo, eso es
evidente. Hay que involucrar mucha energía en la investigación porque
todos los desafíos que tenemos hacia adelante, científicos o sociales,
pasan por la investigación. Entonces, nos permite tomar decisiones con
conocimiento, con datos. Y no dejar demasiado a nuestros temores, sino
que con el conocimiento enfrentamos mejor al futuro, eso es fundamental.
— ¿En Bolivia estamos con propuestas de nuevos desafíos de desarrollo
comunitario, participación de indígenas, esta tendencia cómo encaja con
la propuesta de investigación para el desarrollo del IRD?
— Francou: veo que el Gobierno de Evo Morales da mucho valor a la
autonomía y a la independencia. Una de las maneras de lograr la
independencia económica, social y política es ser capaces de desarrollar
sus investigaciones. Un ejemplo es la contaminación en el Poopó, hacen
una convocatoria internacional para que vengan a investigar el fenómeno y
después hacen un informe de las investigaciones, son costosas; mientras
que si hay un equipo aquí en la UMSA especializado que trabaja sobre el
tema, naturalmente que ellos pueden hacer un seguimiento a largo plazo
para ver cómo va a evolucionar la contaminación.
Lo que queremos es fortalecer la capacidad boliviana de investigación
para resolver grandes problemas en el campo del medio ambiente y la
salud.
— Hay investigaciones que se quedan en la cifra y no vuelven al ser
humano, ¿cómo hacen para que se difunda esta información y forme parte
de un círculo virtuoso?
— Gardon: Estamos conscientes de eso y no vamos a decir que es simple
resolverlo. La ciencia es mundial. Mandamos los artículos de doctorandos
a las revistas especializadas. Escribimos papers internacionales que
van a quedar para siempre con el nombre del autor y la situación; aquí
no miramos si va a la sociedad, va a la ciencia. Luego viene el esfuerzo
de difusión en coloquios, en el sitio en internet del IRD, en
publicaciones. Si se compara con los 80, hay más esfuerzo hacia la
sociedad.
— Francou: Es
típico este esfuerzo de tratar de devolver a la sociedad el trabajo que
hacemos, en temas de salud y medio ambiente. La sociedad paga para hacer
investigaciones de alto nivel. Publicamos en revistas muy
especializadas, hay unas 150 personas que leen porque son artículos
especializados.
—
Gardon: Es cierto que hay temas más fáciles de comunicar. A veces es muy
difícil porque no da efecto impactante fuera de los especialistas. Es
parte de la estrategia de comunicación que tenemos ahora. También hay un
poco más de conciencia en la población respecto a temas sensibles y
paralelamente la educación ha mejorado.
— Francou: Estamos dentro de un cambio climático muy ávido asociado a
las emisiones de los gases de efecto invernadero que causa el hombre. No
es sólo un asunto de los políticos que se reúnen regularmente en
conferencias internacionales, es el ciudadano el primer damnificado y
tiene que ser consciente de la situación actual y presionar a los
políticos porque ése es el desafío para las generaciones futuras. Es muy
importante este vínculo, toma tiempo al igual que la investigación
pura.
— ¿Se puede ser optimista respecto al futuro?
— Gardon: claro que se tiene que ser optimista. En estos años hay una
conciencia de que no podemos seguir así. Tenemos que encontrar un modelo
de desarrollo que tome las consecuencias sobre el medio ambiente por el
cambio climático y la contaminación. La polución es un problema muy
serio. No se trata de parar el progreso, sino de seguir con más cuidado
del medio ambiente.
Perfiles
Nombre: Jacques Gardon
Profesión: Médico francés especializado en Epidemiología y en enfermedades transmisibles por vectores.
Médico
En septiembre asumió la dirección del IRD en Bolivia. Un par de años
antes estuvo en Francia. Entre 2004 y 2010 participó en un proyecto en
Oruro acerca de la contaminación minera y su impacto en la salud de la
población y el medio ambiente.
Nombre: Bernard Francou
Profesión: Nació en Grenoble, Francia, cerca de los Alpes. Se especializó en Glaciología. Regresa a su país como profesor emérito.
Glaciólogo
De febrero de 2012 hasta septiembre de 2013 fue director del IRD. Desde
1991 se dedicó a la investigación de glaciares en los Andes, un
proyecto exitoso en cuanto a obtención de datos sobre el impacto
climático en estos tanques naturales.
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