El objetivo de esta institución descentralizada, bajo tuición del
Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, es mejorar la producción y, en
su caso, el valor nutricional del trigo, la quinua, la papa,
hortalizas, arroz, maíz, caña de azúcar, ganadería y forrajes, y
bosques.
“Son los nueve
rubros en los que se está trabajando en innovación y en desarrollar
variedades biofortificadas, variaciones genéticas que incrementan el
valor nutricional”, precisa el director ejecutivo del INIAF, Gabriel
Hoyos.
Por ejemplo, en
mayo, tras años de investigación, se presentaron dos variedades híbridas
de maíz en Yacuiba (Tarija) con alto valor nutricional y rendimiento
del cultivo. La importancia de esta investigación es que estuvo
orientada al mercado. ¿Cuál es el mercado del maíz duro?: son las
granjas porcinas y avícolas que exigen maíz de mayor valor nutricional
para obtener su producto en menor tiempo. Y también los productores que
quieren variedades resistentes a las sequías. “Esta investigación
(cultivos) se realizó durante años malos en el clima”.
Como en el caso del maíz, equipos técnicos especializados realizan una serie de pruebas y estudios con los otros alimentos.
El INIAF tiene tres direcciones técnicas nacionales: una de
investigación, otra de semillas y la de asistencia técnica. Posee un
presupuesto de $us 52 millones para cinco años. Para 2013 presupuestó
invertir Bs 86 millones y va por el 60% de la ejecución. Para el próximo
año destinará Bs 140 millones, valor que contempla el desarrollar
investigaciones en alianza con las universidades.
“Vamos a desarrollar investigación en los rubros estratégicos. Los dos
anteriores años fueron de conformación de equipos y de adquisición de
equipamiento para el proyecto”, precisa Hoyos. Uno de los pilares del
modelo de investigación al que apuesta el INIAF es incorporar a
productores, consumidores, universidades fundaciones y otras entidades
que aportan al desarrollo agrícola del país. “Este año fue excepcional
en formación de capacidades, estructuración de acuerdos y alianzas”.
Además se buscará recuperar productos originarios, de los cuales se
tiene material guardado en el banco de germoplasma de Cochabamba con
15.000 accesiones. Mejorar la genética implica un proceso de limpieza y
purificación de cuatro a ocho años de las semillas, luego éstas se
categorizan hasta obtener una variedad certificada bajo estándares
exigidos. “Toma tiempo”, enfatiza Hoyos. Por ejemplo, para contar al
menos con diez variedades de trigo adecuadas al clima y suelos
bolivianos, antes, investigaron unas 100 especies.
El cambio climático y el modelo de desarrollo agrícola que no afecte al
pequeño productor y consumidor con altos costos y precios, son parte de
la investigación.
En la
década de los 80, el INIAF certificó 7 toneladas (t) de semilla, en
2009 llegó a 70.000 t y en 2012 a 95.000 t. Para mejorar la
planificación esperan los resultados del Censo Agropecuario.
Consumidor y mercado también se investigan
El INIAF también trabaja en el análisis del mercado y del consumidor.
“Hay gustos y tendencias de los consumidores, como en el caso del maíz
que requieren los productores que a su vez lo venden a los avicultores”
(que ofertan carne de pollo), ejemplifica el director de la entidad,
Gabriel Hoyos.
Otro caso
al que hacen seguimiento es el de la papa, que en la actualidad es muy
demandada en su variedad harinosa. “Estamos trabajando para obtener (la
denominada) papa industrial, que es la que se emplea especialmente en
los restaurantes de comida rápida”, y que por ahora se importa.
¿Y si el mercado y consumidores no conocen otras opciones de alimentos
nativos del país, con alto valor nutricional y accesibles a sus
bolsillos? Hoyos responde que para llegar a la mayor cantidad de
personas e instituciones, “los planes de implementación de los programas
de investigación e innovación se desarrollan en diferentes espacios, en
base a talleres con productores, consumidores, productores,
universidades, fundaciones y otros. Queremos cambiar la forma de
investigación que se hacía”.
‘Nuestro SIGMA nos reporta 60% de ejecución financiera’
Gabriel Hoyos. Es director ejecutivo del Instituto Nacional de Innovación
Agropecuaria y Forestal (INIAF) desde abril y destaca que hasta
diciembre ejecutarán el 80% de su presupuesto, cuando el año pasado no
superaron el 39% de ejecución financiera.
— ¿Cómo encontró al INIAF?
— Lo hallé con muchos esfuerzos para ejecutar los fondos del PISA
(Proyecto de Innovación y Servicios Agrícolas) —que consiguió
financiamiento del Banco Mundial por valor de $us 39 millones— y para la
conformación de equipos de trabajo y adquisición de bienes y
tecnología. Y con algunos problemas de ejecución, pero los superamos y
hoy nuestro SIGMA (Sistema Integrado de Gestión y Modernización
Administrativa) nos reporta 60% de ejecución. Además, tenemos muchos
compromisos que honrar en estas semanas para llegar al 67%. Nuestra meta
es cerrar con el 80% de ejecución financiera a diciembre.
— ¿Por qué no se ejecutará el 100% de lo programado?
— Hay algunas explicaciones. En 2012 se inscribieron en el presupuesto
Bs 18 millones, pero este año las recaudaciones sólo fueron de 10
millones. Hubo mucha expectativa de recaudación el año pasado, pero en
esta gestión se manifestaron algunos problemas de sequía en el Chaco, lo
que evitó que se llegue a lo previsto. Hablamos de 8 millones que se
recaudaron, pero no fue por ineficiencia. Asimismo, varias grandes
licitaciones internacionales de equipos de laboratorios constantemente
han sido declaradas desiertas y eso causa que no se ejecute lo
presupuestado. 80% de ejecución financiera es un buen promedio en
comparación al año pasado.
—¿Cuánto se ejecutó en 2012?
— Se ejecutó el 39%. Nosotros tenemos la Dirección General de Semillas
que tiene la facultad de certificar semilla en el ámbito nacional y por
eso tenemos un cobro en todo el territorio nacional; de Santa Cruz
recauda entre el 70% y 80%, éste es el principal ingreso. También
tenemos recursos del Tesoro General de la Nación (TGN) para gastos
operativos, el crédito del PISA de $us 39 millones, Cosude nos da $us
2,6 millones y Danida $us 2,2 millones que conforman el presupuesto
global del INIAF de $us 52 millones para cinco años. Este año
inscribimos Bs 86 millones, de los cuales queremos ejecutar el 80%.
— ¿Y cómo se avanzó en temas de investigación?
— Este año fue excepcional en formación de capacidades y acuerdos con universidades. Se tiene Bs 140 millones para 2014.
Perfil
Nombre: Gabriel Hoyos
Profesión: Economista agrícola
Cargo: Director ejecutivo del INIAF
Economista agrícola
Es chaqueño y economista boliviano. Siguió la maestría de Economía
Agrícola en la Universidad de Reading, Inglaterra. Durante 10 años fue
vicepresidente del Banco Unión. Fue consultor independiente y director
del Programa de Tierras en el departamento de Santa Cruz, además de
dictar cátedra en la Universidad Evangélica. El 26 de abril asumió la
Dirección Ejecutiva del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y
Forestal (INIAF).
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