Crispín Moreira. Es representante de la Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura (FAO) en Bolivia y conversó con este diario
sobre las recomendaciones que deja el Informe de Inseguridad Alimentaria
2013 difundido en la semana y que revela la existencia de 842 millones
de personas sin acceso a suficiente comida. La continuidad de las
políticas públicas y la participación de la sociedad son imprescindibles
para que los pobres accedan a alimentos. Sugiere acelerar y profundizar
las reformas.
—
La FAO presentó esta semana el informe sobre inseguridad alimentaria en
el mundo, ¿cuáles son los tres factores principales que afectan a la
seguridad alimentaria?
— El informe constató que entre 2011 y 2013, hay 842 millones de
personas que no tienen acceso suficiente a alimentos para tener una vida
digna, sana y activa. La FAO puso en el debate que el problema no es la
disponibilidad de alimentos, sino el acceso de la gente pobre (a
éstos), la pobreza es el primer factor. Los países que sufren
subalimentación tienen que enfrentarla con políticas públicas que
desarrollen y creen las condiciones para que los pequeños productores,
que suministran al mercado interno, puedan realizar su actividad,
generar economía, obtener ingresos y acceder a alimentos en cantidad y
calidad y así proteger a los grupos más vulnerables, madres y niños que
subalimentados van a generar otras dolencias como desnutrición, bajo
peso y muerte; la idea es establecer fuertes redes de protección social.
En América Latina y el Caribe hay 17 países (de 20) que generaron estas
redes que incluyen: transferencias de ingresos condicionados (bonos),
programas de desayuno escolar, que para muchos niños es lo único que
comen en el día —en Bolivia la cobertura está felizmente en 90%—, y las
compras gubernamentales. Pero aún hay familias excluidas, el reto en
2015 se acerca (el primer objetivo del Milenio es reducir a la mitad la
proporción de personas que sufren hambre). En el caso de América Latina y
el Caribe estamos bien, hay partes del mundo que no van a lograr
conseguir esta meta. Y los que están consiguiendo logros han actuado con
la fórmula de la doble vía: proteger el derecho y el desarrollo rural
centrado en la agricultura familiar campesina comunitaria.
— El informe es positivo para Bolivia, ¿qué recomienda?
— En las naciones en las que están avanzando en esta doble vía la
recomendación es acelerar y masificar esas soluciones. En una gráfica de
Bolivia vemos que ingresó en un ciclo virtuoso y podría bajar de 21 a
17 el porcentaje de prevalencia de subalimentación de la población. Hoy,
el 21% de los bolivianos no accede a una ingesta alimentaria
suficiente, según los patrones adoptados por Naciones Unidas. El informe
recomienda acelerar y profundizar las reformas. Bolivia está ordenando
el Estado para ofrecer políticas públicas, esa es la interpretación de
FAO respecto al país y a otros que aún no lograron cumplir la meta.
— En Bolivia avanzamos en una de las vías y falta el desarrollo rural, ¿cuáles deberían ser los parámetros de inversión?
— Es necesario ampliar la producción, perfeccionar el acopio y generar
un precio de la canasta familiar accesible a todos. En Bolivia hay
inversiones y transferencias para las gobernaciones y municipios, pero
hay baja ejecución, cerca del 30% en políticas, programas, servicios,
desarrollo rural. FAO recomienda que los países hagan más inversiones.
— América Latina está con buenas cifras de crecimiento, ¿los gobiernos
no deberían capacitar a autoridades o funcionarios de áreas rurales para
que logren ejecutar proyectos?
— Para una política pública hay cuatro pilares: marco legal, control
social, presupuesto y estructura organizativa. Está fallando la
capacidad de los gestores, los oficiales de desarrollo rural, salud o de
la secretaría municipal de educación. Confirmando tu reflexión, varios
alcaldes están buscando a la FAO para eliminar este cuello de botella.
Va a comenzar un proyecto con el alcalde de San Lorenzo, en Tarija, que
se sentó aquí exactamente con la misma lectura y con una lucidez muy
fuerte. Nosotros vamos a aportar con asesoría para que su núcleo de
gestores puedan armar, planificar, ejecutar, accediendo a políticas
centrales articuladas con las departamentales. Creo que Bolivia va a
superar este problema.
— ¿El informe muestra que ahora hay más interés por el área rural en el mundo?
— La FAO tiene un nuevo marco estratégico, modificado en agosto.
Primero es erradicar la pobreza y segundo, la extrema pobreza rural; una
tercera acción es ordenar los sistemas agroalimentarios y subordinarlos
a una alimentación sana y accesible, producida en sistemas cortos
locales. Sabemos que 70% de la población que vive en inseguridad
alimentaria es campesina, pescadora, extractivista, dedicada al
pastoreo. Necesitamos proyectos de desarrollo incluyentes para los
pobres.
— En América Latina estamos ingresando en épocas de elecciones, ¿podría
afectar al cumplimiento del compromiso del Objetivo del Milenio?
— En la FAO estamos dirigidos a concretar políticas de Estado porque
hay el marco legal y constitucional. Pero hay una cosa que garantiza
esto: la gobernanza que es la capacidad de la sociedad para participar
en las decisiones y fiscalizar. Estuve en varios países y cuando se van
acercando los cambios de gobierno, si hay gobernanza y control social no
debería afectar. Si las políticas sociales son contundentes, una
persona seria, un Estado serio no van a ir en contra de esto. Mi
experiencia es que hay que mirar la agenda política del gobernante y que
estos temas estén en ella. Los informes de la FAO son para mantener en
la prioridad de las agendas los temas de hambre y pobreza en todos los
países del mundo.
— ¿El informe incluye la inversión en infraestructura?
— Este informe permite reflexionar sobre la multidisciplinariedad de la
promoción de la seguridad alimentaria. En las políticas públicas hay
que asegurar temas de disponibilidad y abastecimiento alimentario. La
falta de accesos físicos, agua para consumo humano y producción también
afectan.
Perfil
Nombre: Crispín Moreira
Nació: 31-08-1959
Profesión: Ingeniero Agrícola
Especialista en política agrícola
Nació en Minas Gerais, en el centro de Brasil. Es ingeniero agrícola de
la Universidad Federal De Viçosa. Realizó maestría y doctorado en
Geografía. Su tesis doctoral fue sobre el fenómeno de la
territorialización campesina en Brasil, basado en los conceptos de
seguridad y soberanía alimentaria. Ejerció la función de Secretario
Ejecutivo de la Cámara Interministerial de Seguridad Alimentaria donde
coordinó la elaboración de la política nacional de seguridad alimentaria
de Brasil. Fue Viceministro de Seguridad Alimentaria y Nutricional en
el gobierno de Luis Inacio Lula Da Silva. El 1 de julio llegó a Bolivia
después de aceptar la invitación del director general de la FAO, José
Graziano da Silva. Desde esa fecha es el representante de ese organismo
de Naciones Unidas en el país.
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