Es vicepresidente corporativo de Desarrollo Social de CAF banco de
desarrollo de América Latina y estuvo de visita en Bolivia para
participar del taller “Manejo integral del agua en Bolivia. Logros y
tareas pendientes” y la presentación del libro Equidad e inclusión
social de América Latina: acceso universal al agua y saneamiento.
Explica que las políticas públicas deben apuntar con prioridad a generar
las condiciones para que la población joven pueda ofrecer sus
capacidades y valores para el desarrollo de la región.
—
CAF impulsa la equidad social en los proyectos que financia, ¿en ese
marco cuán importantes son los jóvenes en América Latina?
— Es importantísimo. América Latina ha tenido una época muy buena en
los últimos años, un crecimiento muy alto y ha logrado reducir la
pobreza, más de 40 millones de personas han salido de ella. La inequidad
también ha sido reducida pero aun así somos la región más desigual e
inequitativa del mundo, entonces la tarea pendiente es la equidad y la
inclusión social. Hay que tomar en cuenta que en la región más del 80%
de las personas vivimos en ciudades y de este monto el 25% vive en
tugurios, en favelas, villas y en condiciones precarias. Una primera
reflexión es que en el nivel rural hay mucha inequidad y desigualdad y
una gran parte de la población en las ciudades sufre de lo mismo.
Una segunda es que en las ciudades se genera el 60% del Producto
Interno Bruto (PIB), más del 60% de la riqueza se genera en las grandes
ciudades, y hay que reconocer que unas seis de las grandes ciudades de
América Latina crecen más lentamente que el promedio de crecimiento del
país. ¿Qué significa esto? que en lugar de ser las locomotoras ahora se
han convertido en el vagón de cola que está frenando el desarrollo.
Varias razones, entre ellas: malos sistemas de transporte, de salud y
agua que impiden un acceso pleno. El tema de las ciudades requiere
importancia adicional por el hecho de que representan centros de
producción importante para los países. Y aquí entro en el tema de la
juventud, América Latina es una región altamente joven, entre el 2020 y
2025 la población económicamente activa (PEA) llegará a su pico más
alto.
— ¿Qué significa?
— Tendremos la oportunidad maravillosa de un bono demográfico en el
sentido de que habrá más gente joven que niños y adultos con la
posibilidad de aportar al desarrollo de la sociedad. Esto ya ha sido un
hecho importantísimo en otras regiones del mundo. Pero este bono
demográfico va a ser posible siempre y cuando los jóvenes tengan la
oportunidad de empleo, trabajo y la capacidad de aportar y producir.
Lamentablemente observamos que aún en estas condiciones favorables es un
riesgo porque no son aprovechados con su valor de creación y pueden
convertirse en una carga demográfica y ser una fuente de frustraciones.
Mientras el desempleo en la región es del 7%, en algunas ciudades se
duplica y en otras llega al 20%. Es importante encaminarse en una senda
de desarrollo competitivo —que impulsa la CAF— que no se base sólo en
las ventajas comparativas, en mejores precios de las materias primas,
sino en generar las condiciones de una sociedad que produzca con mayor
valor agregado. Puede lograrse invirtiendo en infraestructura económica y
social (puertos, aeropuertos, gasoductos, sistemas de energía,
conectividad, internet, agua potable, alcantarillado, salud, vivienda,
seguridad ciudadana, ciudadanía). Hay que fortalecer el capital social a
través de educación de calidad, es fundamental.
— Estamos contra el tiempo y con jóvenes capacitados que hoy están
buscando empleo, ¿no deberían ser tomados en cuenta en las políticas
públicas actuales?
— Ahí está parte del corazón de la solución, precisamente los jóvenes
entre 16 y 26 años. Es una generación maravillosa que puede vincularse
al sector productivo. Una de las estrategias que CAF impulsa es la
educación para el empleo y la productividad. Para las personas que no
están trabajando en este momento es importante ganar competencias que
les permitan formarse en lo que demanda la sociedad, la industria en la
región. Acompañar estos esfuerzos para la formación y el empleo es
importante así como la formación para la productividad dirigida a
personas que están trabajando y requieren competencias distintas a las
adquiridas, como por ejemplo en industrias que sean más sofisticadas en
el uso de tecnologías con el fin de que ya no hagan procesos manuales o
que usen computadoras. Esto es parte del esfuerzo que la región tiene
que hacer. Un tercer pilar es la formación para la ciudadanía, para la
vida, en valores de trabajo de equipo, en solidaridad, en elementos
dedicados al compromiso con el más débil y vulnerable.
— ¿CAF logra incentivar estos conceptos entre sus clientes, países de la región?
— La respuesta es positiva. Los programas de agua y saneamiento con una
visión integral ayudan mucho a la inclusión y a la equidad porque son
las personas más vulnerables las que no tienen agua. Por eso es
importante tener una cobertura universal de agua y saneamiento, y
tratamiento de aguas residuales. Estudios de CAF señalan que hasta 2030
se puede llegar a esta meta; no es una fecha loca, son apenas 17 años y
con inversiones anuales del 0,3% del PIB se puede lograr la cobertura
universal. No es una utopía.
— ¿Cómo acelerar esto?
— Reconocer que los Objetivos del Milenio son importantes y que han
sido rebasados. Se planteaba tener agua a 100 metros de distancia de
donde uno habita, en América Latina se necesita tener agua en casa las
24 horas del día, de calidad óptima y para todos, que no se segmente y
haya servicios de agua para ricos y pobres o unos reciban a toda hora y
otros no. Bolivia y varios países en la región ya están invirtiendo más
del 0,3%. Esto se tiene que acompañar con esfuerzos de fortalecimiento
institucional. También se debe trabajar en la demanda, el buen uso del
recurso agua, la contaminación y eso es responsabilidad de todos.
Perfil
Nombre: José Carrera
Profesión: Economista
Cargo: Vicepresidente Corporativo de Desarrollo Social de CAF
Economista experto en temas de desarrollo
Nació en Quito. Estudió Economía en la Universidad Católica del
Ecuador. La maestría y doctorado los cursó en la Universidad de Notre
Dame (EEUU). Durante su época de estudios trabajó en diversos empleos
como cortar trigo, césped, fue vendedor ambulante en una empresa
japonesa. Luego de culminar sus estudios universitarios fue director de
Políticas Fiscales y Financieras en el Banco Central del Ecuador.
También fue asesor de varios ministros del área económica. Asumió como
viceministro en las carteras de Economía y Finanzas y del Tesoro y
Presupuesto. También trabajó en el sector bancario de casas de valores y
administradoras de fondos. Es parte del equipo de CAF desde hace 15
años; fue representante en Bolivia de 2003 a 2008.
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