Juan Carlos Martínez. Es profesor de IE Business School y visitó por
primera vez el país para dar charlas a empresarios, algunos exalumnos de
la reconocida escuela de negocios española. Remarcó que la práctica de
la economía es clave. Confirma que Bolivia tiene buena macroeconomía,
sin embargo no sabe promocionarla y arrastra mala imagen por las
expropiaciones. Entre lo anecdótico, le llamó la atención el cambio de
altura entre El Alto y La Paz.
— ¿Cuán importante es la formación de emprendedores en IE Business School?
— Es fundamental en todos nuestros programas. Los alumnos tienen que
desarrollar un proyecto de emprendimiento durante su maestría. Hay un
número importante de alumnos que crean sus propias compañías,
especialmente por la situación laboral en Europa, muchos optan por
montar su proyecto en lugar de buscar un empleo. Los alumnos no sólo se
focalizan en España, sino los llevan a sus países de origen (cuentan con
alumnos de 90 países). Tenemos un departamento dedicado a hacer
seguimiento e incluso facilitar rondas con inversores.
— ¿Como profesor de Economía, puede destacar tres aspecto que han cambiado en el mundo en estos 20 años?
— En general, cambió la economía. La economía que enseñamos es práctica
para que (los educandos) entiendan lo que está pasando y adapten sus
compañías a ese entorno. Analizamos la coyuntura económica de diferentes
partes del planeta, en ese sentido hemos visto de todo. En 1992, cuando
empecé a dar clases, la economía española era complicada, entramos en
recesión en 1993, luego a un periodo de ajuste y vino un auténtico
milagro, un boom económico; hoy estamos nuevamente en crisis y ajuste.
En los 90 las economías latinoamericanas salían de la década perdida y
empezaban la época de ajuste, ahora muchas de ellas están en un momento
dulce. China apenas sonaba en 1991, su economía no tenía la influencia
que alcanzó 15 y 20 años después. Si tuviéramos que resumirlo en tres
hitos, para mí lo más importante es el proceso de unificación monetaria
europea, el euro. Lo segundo es el ascenso de las economías emergentes,
como China, que ahora tienen una mayor influencia en la economía
mundial; hace 20 años se hablaba de las grandes locomotoras que eran
Estados Unidos, Europa y Alemania y hoy es una realidad distinta con
China, Brasil y México. El tercer tema sería que en estos 20 años se ha
avanzado mucho en la corrección de desequilibrios macroeconómicos, en
todos los niveles. En América Latina, los 80 fue la década de la
hiperinflación del 7.000% —25.000% en Bolivia que hoy ronda por el 5%,
es alta pero el país crece al ritmo del 5% y 6%—. Se ha perfeccionado el
manejo de la economía, y resulta complicado y sorprendente que quizá
donde menos se esté cumpliendo sea en Europa, donde los desequilibrios
macroeconómicos y el endeudamiento nos han llevado a esta situación.
— ¿Y en este momento cuáles son los temas del análisis?
— La situación en Europa, hemos tenido notas de crecimiento muy buenas
en este segundo trimestre pero todavía vamos a ver si eso es flor de un
día o se consolida. Y es preocupante que haya una desaceleración
importante en China, eso está contagiando a muchos países sobre todo de
Latinoamérica en los precios de las materias primas. Son los dos grandes
aspectos que hay que vigilar en estos momentos. Parece que Estados
Unidos y Japón están mejor. Centrados en el hoy también está el tema del
petróleo por lo de la situación en Siria.
— ¿En el mundo ideal cómo debe comportarse la economía?
— Debería dejar de darnos quebraderos de cabeza (sonríe). El
crecimiento económico debería ser el necesario para acabar con la
pobreza y las desigualdades, eso es lo importante. Se avanzó en estos
años, pero hay mucho por hacer.
— ¿Cuál debería ser el giro en la teoría para atender estos grandes problemas?
— No creo que haya que hacer un giro en la teoría, creo que tiene que
estar en la práctica. Lo más importante es tener respeto por la
estabilidad macroeconómica. Me gusta el ejemplo de Lula da Silva
(expresidente de Brasil), lejos de hacer una economía populista hizo una
muy ortodoxa: la tarta que había que partirla en trozos más pequeños
para que todos pudieran comer la hizo mucho más grande para que muchos
más tengan acceso a un pedazo. Una política económica de ortodoxia
macroeconómica con fuerte orientación social ha cambiado una economía
donde 25 millones de personas se han incorporado a la clase media, pero
falta mucho por hacer en ese país.
— ¿Y en su análisis cuál es la mirada que tienen sobre Bolivia?
— Está muy mediatizada por los asuntos de las expropiaciones a las
empresas españolas Repsol, Red Eléctrica y Aena y Abertis y es lo que
genera quizá más titulares sobre esa falta de seguridad jurídica en
algunos casos. Luego, es verdad que cuando empiezas a analizar la
economía boliviana es un país que tiene cierta estabilidad política que
no tuvo hace mucho tiempo y está sabiendo aprovechar los grandes
recursos naturales que tiene (precios altos de materias primas). Todo
apunta a que esta vez la cosa es distinta y en ocho años la economía de
Bolivia se ha multiplicado por cuatro y eso es importante. Creo que
está viviendo una buena racha, que sirva para un crecimiento sostenible y
duradero y para que la pobreza se erradique, pero Bolivia no sabe
promocionarse.
— ¿Cuál el rol del empresario?
— Está para generar riqueza por medios lícitos. El mundo empresarial
también ha cambiado. Las empresas occidentales compiten con grandes
corporaciones brasileñas, rusas, chinas o mexicanas. Es un fenómeno que
va a continuar y deben darse cuenta de que el mundo se ha hecho más
pequeño y mucho más global y su mercado debe tener una vocación más allá
del local. Hay que adaptarse para sobrevivir. La internacionalización,
innovación y la formación son importantes.
Perfil
Nombre: Juan Carlos Martínez
Profesión: Economista
Cargo: Profesor de Economía de IE Business School
Profesor de Economía a tiempo completo
Nació en Madrid, España. Es Licenciado en Ciencias Económicas y
Empresariales por la Universidad Autónoma de Madrid. Tiene un MBA por el
IE Business School y es Doctorando en Historia Económica en la
Universidad Complutense de Madrid. Desde 1992 es profesor de las
materias Entorno Económico y Método del Caso y Habilidades Directivas
del IE Business School.
También es director general de la División Corporativa IE Business
School. “La escuela cumple 40 años y tenemos vocación de seguir
potenciando la unidad de formación de empresas, especialmente con la
internacionalización de las actividades trabajando con distintas
compañías del mundo. Nos hemos situado como una de las escuelas de
negocios más importantes del mundo, de España sin duda, entre las top
cinco de Europa y entre las diez del mundo según los rankings de
Financial Times, The Economist, América Economía. Nuestro espíritu
emprendedor forma parte del ADN de la escuela”, expresó. La mayoría de
los alumnos no españoles son 80% de América Latina, de Colombia, Perú,
Venezuela, México, Chile y alumnos sueltos como de Bolivia.
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