Centro Metal San
Lorenzo es un pequeño negocio ubicado en El Alto. Fama y clientes tiene,
pero le faltaba recursos para comprar maquinaria. El Banco Unión, con
respaldo del BDP y el programa de Apoyos Presupuestarios Sectoriales
(APS), generó la opción de crédito.
El taller San Lorenzo nació hace dos décadas, en una pequeña tienda
ubicada en la carretera a Viacha (La Paz). Después de mucho trabajo, la
familia se mudó y ahora tiene un gran espacio para el negocio en su
vivienda. “A las seis y media me despierto. Hago el desayuno para mis
hijos y a las ocho ya empezamos a trabajar con mi esposo Lorenzo”,
detalla Isabel Sánchez.
Ella es paceña y él tarijeño. Sus hijos están en la universidad y los ayudan en el obraje de cerrajería.
Acceder al crédito para comprar equipos les tomó tiempo. “Una vez
quería prestarme 2.000 dólares y me han sumado (con intereses) casi
1.900 más. Era mucho. Tardamos en acercarnos al BDP, pero en el nuevo
trámite sólo necesitamos de garantía la boleta de trabajo de un primo
que es profesor y un sobrino que tiene un negocio. No piden hipoteca.
Don Julio, mi asesor, me ayudó. El interés que nos han dado es del 6% a
cinco años. Ya vamos por los dos años y pagamos sin problemas”.
Hoy, doña Isabel tiene una dobladora y material para hacer puertas, marcos de ventanas y barandas.
El día en que les desembolsaron los recursos del crédito, 5 de enero de
2012, es una fecha importante para la familia porque marcó el inicio de
su crecimiento empresarial. “Sólo hacemos contratos. Generalmente nos
piden puertas comunes y con diseños para locales. También tenemos
demanda en Oruro”, enfatiza.
Una puerta común vale Bs 1.100, y las de diseño (a pedido y coloniales)
arriba de Bs 1.500. Las ventanas de 2 x 1,20 m cuestan Bs 450. La
materia prima, tubos y planchas de fierro, la adquieren de un
importador. El primero puede llegar a costar Bs 120.
Doña Isabel es una de las beneficiarias de la apertura al crédito
productivo para pequeños emprendimientos que promueve el Banco de
Desarrollo Productivo (BDP), a través del Banco Unión, Prodem y el Banco
Mercantil Santa Cruz.
“La idea es fomentar el desarrollo económico sostenible para mejorar la
calidad de vida de la población y así la democracia”, enfatiza Juan
Planas, ministro consejero de la Delegación de la Unión Europea (UE) en
Bolivia. Apoyos Presupuestarios Sectoriales es una forma de
relacionamiento de la UE con los gobiernos para canalizar recursos a
programas específicos, con indicadores de impacto y seguimiento
continuo.
“Cuando
hacemos Apoyos Presupuestarios tenemos una serie de valores
transversales como por ejemplo equidad de género, medio ambiente,
poblaciones indígenas y derechos humanos. Son problemáticas que se
presentan y aprovechamos para apoyar” emprendimientos bajo estos
criterios, explica Planas.
En la planificación estimaron que mujeres de pequeñas empresas también
se beneficiarían. “Valoramos que las mujeres accedan al crédito y a la
vez fomentamos un programa de apoyo a la pequeña y mediana (pyme)
empresa”.
Roderic
Mckenzie, agregado de la sección de Cooperación Económica y Temática,
precisa que la necesidad de brindar mayores y mejores oportunidades al
micro y pequeño empresario, motivó a la Unión Europea a apoyar la
política sectorial que aplica el Gobierno boliviano a través del
Programa de Mejora del Entorno Financiero Fiscal (PAMEFF). Esta entidad
trabaja en coordinación directa con el BDP, el que a su vez lo hace con
los bancos mencionados para otorgar el crédito a los beneficiarios.
En Bolivia, se estima que los microempresarios son el 98% de las
unidades productivas del país que generan empleo, como el taller de
cerrajería San Lorenzo. El objetivo de la política sectorial se orienta a
promover, desde el entorno financiero y fiscal, acciones destinadas a
potenciarlas y generar crecimiento.
Apoyo de un fondo de garantías
Recursos
El PAMEFF tiene 35 millones de euros (unos $us 26 millones) de apoyo a
pymes. Se espera que durante el programa (2012-2015) se implemente el
Fondo de Garantías para créditos de 1.000 personas –con énfasis en
mujeres–; capital semilla para 1.300 productores de municipios pobres;
capacitación a 6.000 productores y crédito a unos 5.000.
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