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8.5.13

Carlos Fernández: ‘Tenemos un calendario agresivo de exploración en Chinchillas’

— Fue presidente de la Minera San Cristóbal. ¿Con esa experiencia qué significa ser un buen ciudadano corporativo?
— Trabajar en armonía y en buena sincronía con las diferentes audiencias donde uno está. Además del apegarse a la ley y regulaciones, una empresa debe ser respetuosa de los aspectos culturales; tener un impacto en el área social donde trabaja. Creo que hay una gran evolución, sobre todo en las compañías que trabajan con recursos naturales, son más innovadoras y están más involucradas en la incidencia que tienen en su entorno.
– Parece fácil. ¿Qué se necesita para involucrarse?
– Es un tema de estrategia. En el caso de San Cristóbal, hace diez años incorporamos el tema social como parte de la cultura y estrategia de la firma. No fue que a alguien se le ocurrió hacer una donación o una rifa. Hay que tener un verdadero compromiso.
— ¿Los empresarios realmente están captando este concepto o sólo es moda?
— Hay bastante de moda. Si bien hay empresas y empresarios en el mundo y en Bolivia que lo hacen por pasión y real identificación, hay otros a los que no les queda otra. En el mercado hay preferencia por las compañías que tienen impacto social. Le voy a decir algo que para mí va en contrasentido: yo nunca uso ni creo, y mucha gente que está a la vanguardia no cree, en el concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) porque tiene una connotación negativa. Estoy mucho más identificado con el término de impacto en el transcurso de los negocios. Cuando uno habla de RSE es como que algo hemos hecho mal y tenemos que arreglarlo y tapar pecados. Se utiliza cada vez menos.
— Se está creando un nuevo concepto: innovación social, ¿qué opina al respecto?
— Justamente, es el tema de inversión, de impacto social, que es la forma positiva de ver el desenvolvimiento de los negocios. Por ejemplo, el programa de cirugías de cataratas en Perú logró 50 mil operaciones. Acabaron hace unos días. Fue un operativo de excelencia. Fue  financiado por el minero Frank Giustra y Carlos Slim, el hombre más rico del mundo.
— ¿De dónde viene la invitación para asumir la presidencia y CEO de Golden Arrow Resources Corporation?
— Cuando decidí volver a la minería establecí una minera privada, Dicon Gold Inc.; con inversionistas canadienses y europeos nos pusimos a la búsqueda de oportunidades en la exploración de oro en América Latina. Trabajamos bastante en Perú, Colombia, México y producto de ese esfuerzo nos encontramos con Golden Alliance y Golden Arrow. Hicimos una negociación donde tomamos el control accionario de la primera (ahora es Oro Vero) y fui invitado a dirigirla. Tiene activos en Argentina, casi 80 propiedades mineras y más de 300 mil hectáreas. Estamos focalizados en Chinchillas, perforando y explorando intensamente.
— ¿Qué planes para su gestión?
— Tenemos un calendario agresivo en Chinchillas para los próximos meses; vamos a sacar el 43101, que es el  estándar de calidad de un estudio de reservas. Vamos a definir la tercera fase de perforación (7.000 metros). Evaluaremos el proyecto de desarrollo. Chinchillas está en la misma faja de San Cristóbal. No es de la misma magnitud, pero es un yacimiento importante de plata. Tenemos otros dos joint ventures con la compañía Vale y negociamos con una más.
— ¿Hay muchas diferencias entre la legislación minera argentina y la boliviana?
— Nuestra compañía tranza en la bolsa de Canadá. En Argentina además de su estructura federal tienen normativa provincial. Es un desafío mayor porque hay provincias no favorables a la minería. Chinchillas está en Jujuy, una zona amigable a la minería. Allí también está Glencore.
— ¿Planes a futuro?
— Nuestro futuro es esperanzador, tenemos suficiente dinero. Somos una empresa de exploración. Las compañías junior exploran, encuentran los yacimientos y los  traspasan a las grandes empresas. Estamos posicionándonos de manera que podamos convertirnos en una empresa productora, graduarnos. Tuve esa experiencia en San Cristóbal. Ése es el objetivo con Golden Arrow. Se puede.
— Invertir en Bolivia, ¿de qué depende?
— Hay algo de expectativa por la nueva ley minera que se está tratando y viendo lo que sale evaluaremos la posibilidad. Nuestro vicepresidente de exploraciones conoce la geología de Bolivia. No descartamos hacerlo.
— Con la mirada de inversionista externo, ¿qué debería tener la nueva ley minera?
— Creo que tenemos una estructura legal bastante buena, moderna, y no entiendo por qué realmente la están cambiando.
— ¿Qué se necesita para venir a invertir en minería en Bolivia?
— Se necesita un yacimiento y las empresas se van acomodando. El concepto de seguridad jurídica es muy importante y el tema del que hablábamos al principio. En Bolivia, más allá del tema político legal, creo en que en las comunidades hay un poco de recelo, y de negarse a aceptar exploraciones; hay casos en los cuales han sobrepasado su accionar y en otros faltó algo de orden e imponer la ley. Cuando hay este tipo de desorden los inversionistas se asustan.
 
Perfil
Nombre: Carlos H. Fernández Mazzi
Profesión: Ingeniero de Sistemas
Cargo: Presidente de Golden Arrow Resources Corp.
Especialista en inversiones
Nació en Cochabamba y vivió muchos años en La Paz. Estudió Ingeniería de Sistemas, pero luego optó por otro rumbo. Tiene una maestría en esa materia y un posgrado en la Universidad de Stanford. “Retorné a Bolivia, trabajé como ingeniero, no me gustó mucho. Trabajé en el área financiera de Caterpilar. Luego me dediqué al área financiera durante diez años. Después fui presidente de la Minera San Cristóbal hasta antes de su venta a Sumitomo; me apasionaba trabajar con las comunidades. Me tomé un año sabático y trabajé con el expresidente Bill Clinton, en su fundación, manejando los programas para América Latina. Hace dos años volví a la minería”.

SS. Publicado en El Financiero  28/4/2013

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