— La banca está otra vez en un periodo histórico con el cambio de la ley del sector. ¿Asoban mantiene su posición?
— Es una coyuntura bastante especial e importante. La vida de una buena
ley debería estar estimada en unos 25 años (la ley sectorial rige desde
1993), lo que permite la estabilidad del sistema financiero para
operar. Nos reunimos una vez con el Ministro de Economía y la comisión
política respectiva de la Cámara de Diputados donde se expusieron las
posiciones de las partes. La segunda vez entramos en un análisis un poco
más detallado. El compromiso de las autoridades era continuar tratando
este proyecto; aceptaron algunas sugerencias y otras quedaron para el
análisis. La Confederación de Empresarios Privados visitó al presidente
Evo Morales y se recordó el compromiso de que se iba a dar toda la
apertura de diálogo para tratar esta ley.
— ¿Es fluido el diálogo?
— Nuestra percepción es que este diálogo no es fluido. Estamos
percibiendo que no hay mucha voluntad de diálogo. Los mensajes a través
de la prensa es que ya van a mandar el proyecto a la Cámara de Diputados
esta semana, cuando todavía quedan temas pendientes para una discusión
técnica que debería darse en el ámbito de los que han tratado esta ley
en el Ejecutivo (NdR: La COB pidió al Ejecutivo presentar sus
sugerencias a esta norma).
— ¿Cuáles son esos temas pendientes de análisis técnico?
— Son temas sustantivos que están quedando para ser tratados a través
de decretos supremos. Nos preocupa, porque puede haber de por medio
cierta discrecionalidad para establecer las reglas del juego. Y cuando
éstas no son claras, se crea incertidumbre e inseguridad. Esto está
latente en los accionistas, inversionistas y ahorristas. La banca está
vista hoy como sólida, solvente y sostenible, por eso la confianza del
ahorrista. Los temas sustantivos que nos preocupan son que el Gobierno
va a definir: a quién se le debe prestar, a los sectores de la economía
que quiere favorecer con ciertas políticas; en qué cantidades se van a
prestar; los precios en los que los bancos deben vender sus servicios o a
qué tasas de interés deben prestar; el destino de las utilidades a
fondos sociales; y a través de la ASFI (reguladora) definirá si se puede
o no distribuir dividendos. Nos preocupan las decisiones técnicas
versus las políticas. Hoy la banca define estos temas bajo criterios y
exigencias técnicas de prudencia, cuidando que el ahorro que administra
esté protegido frente a los riesgos de la colocación de créditos.
— La ley vigente se promulgó después de un periodo de crisis de la
banca, varios quiebres y cierres de bancos, ¿no es una contradicción
cambiar una norma que les puso límites?
— En
la década de los 90 la banca tenía serios problemas. La política de
fijación de tasa ya fue puesta en vigencia; creo que hoy nos estamos
olvidando de esas experiencias y de que la banca estaba en crisis y
debilitada porque no tenía la capacidad de generar negocios, no gozaba
de la confianza del público, no podía capitalizarse ni percibir
utilidades. En esa época se pusieron normas internacionales conocidas
como Basilea (I y II) y empieza la aplicación de exigencias
patrimoniales frente a los riesgos y exigencias de prudencia. La banca
asumió el reto y logró fortalecerse. Está cosechando, desde mediados de
la década pasada, los frutos que es capaz de generar: rentabilidad,
utilidades y capitalización. Por ejemplo, para prestar Bs 100, una
entidad bancaria necesita Bs 10 de capital y puede captar 90 del
público. Para crecer en créditos y apoyar el crecimiento de la economía
necesita capitalizarse. Su capital será de Bs 15 y podrá captar Bs 135
del público.
— ¿La utilidad va al capital?
— Sí. La actividad financiera es como cualquier otra industria,
requiere para su sostenimiento o crecimiento permanente reinversión de
utilidades y debe responder a sus accionistas; si alguien invierte,
quiere un rédito. Un banco que no tiene esa capacidad va a terminar
desapareciendo o quebrado. Para la banca ya se han creado dos nuevos
impuestos: la alícuota adicional del 12,5%, que se aplica sobre la
utilidad total y significa que el IUE (Impuesto a las Utilidades) subió
al 37,5%; y el cobro de 0,70% sobre el precio de venta de moneda
extranjera. Evaluando el primer trimestre de aplicación de este impuesto
a marzo llega a $us 16 millones, esto representa 10 millones en
impuestos y seis millones para los bancos; pero a ese monto se le tiene
que aplicar el 37,5%. Haga cuentas... Las operaciones de cambio ya no
son tan rentables.
— ¿Tienen otras opciones para lograr más ganancias? ¿A quienes más pueden dar crédito?
— A las entidades financieras se les está restando capacidad para
generar beneficios y poder capitalizarse. Y si a esto se le bajan las
tasas de interés con criterios políticos y no técnicos... Para bajar
tasas se tiene que saber qué costos se asumen para los gastos de
administración, cobertura geográfica, previsiones, personal. ¿El
Gobierno realizará ese análisis para definir las tasas de interés?
— ¿Con este proyecto de ley, la banca avanza o retrocede?
— Se va a frenar el crecimiento de la economía, porque se está
restringiendo la capacidad de la banca para acompañarlo. Debe mostrar
capacidad de crecimiento, hoy que la economía está creciendo.
Perfil
Nombre: Nelson Villalobos
Profesión: Auditor
Cargo: Secretario ejecutivo de Asoban
Auditor especializado en el sector financiero
Es paceño. Se tituló en Auditoría y Finanzas en la Universidad Mayor de
San Andrés. Tiene un posgrado en Gestión Financiera y cursos de
especialización en universidades europeas. Su experiencia profesional
siempre estuvo ligada a entidades financieras del país. Inició su
actividad en Mutual La Primera, era asistente mientras estudiaba.
Después trabajó en los desaparecidos Banco Hipotecario Nacional y Banco
Boliviano Americano. También prestó sus servicios en el Banco Central de
Bolivia (BCB), estuvo a cargo del desarrollo del proyecto del sistema
de pagos, lo que hoy es el Sistema de Pagos de Alto Valor (que permite
el flujo de dinero entre entidades financieras). Durante los últimos
cinco años trabajó en el Grupo Fortaleza como director, síndico y
ejecutivo. Hoy es el secretario ejecutivo de la Asociación de Bancos
Privados de Bolivia (Asoban). “Parte de la función es ser el portavoz
oficial”, dijo.
SS. Publicado en El Financiero 21/4/2013
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