El cultivo del grano de oro andino puede ser manual, semimecanizado y
mecanizado, pero este último sistema está restringido para ciertas
comunidades, por lo que su obtención se encarece y se traduce en el
precio final al consumidor nacional y extranjero.
En
el departamento de Oruro, los costos de producción de quinua de manera
manual alcanzan a Bs 5.119 ($us 731) por hectárea, con un rendimiento de
12,5 quintales.
El precio de venta de cada quintal
es de aproximadamente Bs 650, con lo que el valor de la producción
llega a Bs 8.125 por hectárea. Por tanto, la utilidad es de unos Bs
3.006 por hectárea, según datos obtenidos en Cerro Grande, en la
provincia Ladislao Cabrera.
En Potosí, los costos de
producción por hectárea alcanzan a Bs 6.392 ($us 909), con un
rendimiento de 13 quintales, y la utilidad se aproxima a Bs 2.058.
En ambos casos, los costos fijos de producción se acercan al 50% de la
inversión. Este análisis económico está contenido en el documento
Situación actual de la quinua real en 2008 en el Altiplano Sur,
elaborado por la Fundación Autapo y el Programa Complejo Productivo
Altiplano Sur.
En el mismo se analizan también los
valores de producción del grano en el sistema mecanizado. En el caso de
Oruro, éste es de Bs 3.627 por hectárea ($us 519), llegando a obtener
una utilidad de Bs 4.498 porque el valor de la producción se acerca a Bs
8.125.
Para Potosí, las cifras obtenidas muestran
un costo de producción de Bs 4.593 y una utilidad de Bs 3.857 porque el
valor de la producción alcanza a Bs 8.450 por hectárea de tierra
cultivada.
En ambas regiones, el rendimiento por hectárea es de 12,5 a 13 quintales del producto.
“Hay quienes dicen que el precio de la quinua debe bajar en el mercado
interno”, recuerda el viceministro de Desarrollo Rural, Víctor Hugo
Vásquez y además enfatiza que “en Bolivia estamos acostumbrados a que
los alimentos estén subsidiados por los pequeños productores. Producir
comida era para perder (inversión sin retorno), pero esto está
cambiando”.
La autoridad advierte también de la
existencia de “una mala conducta alimentaria en el país”. “Se consume
más cerveza”, dice, y compara el precio de esta bebida alcohólica con el
de la quinua. “Tal vez no es la mejor comparación, pero hay pobres que
dicen que no pueden comprar quinua y sí compran cerveza. ¿Por qué no
invertir en quinua?”.
En cuatro años el consumo
interno del producto se triplicó de 4.000 a 12 mil toneladas métricas
porque el cereal es cada vez más apreciado por su alta cualidad
nutritiva.
El consumo per cápita creció también de 0,35 a 1,11 kilogramos, recordó el viceministro.
“Tenemos que buscar costos equilibrados y racionales, el precio justo
que beneficie al productor, al comercializador y al consumidor. En este
momento la mayor brecha está en la intermediación y esto es lo que se
busca controlar”, manifestó Vásquez.
A finales de
febrero, La Razón verificó que en los centros de abasto del populoso
Macrodistrito Max Paredes la bolsa de quinua real en grano (de 450 a 454
gramos) se comercializaba entre Bs 11 y Bs 12. Y la bolsa de hojuelas
de quinua se vendía a Bs 7. En los supermercados, una bolsa con una
libra del grano llega a costar Bs 22.
Vendedoras del
mercado Uruguay indicaron que el quintal (46 kilos) de quinua real se
oferta entre Bs 900 y Bs 950, y que por el costo se vende poco, aunque
en tiendas ecológicas sube la demanda de productos a base del grano.
Para el antropólogo y economista rural Pablo Laguna, quien presentó la
exposición “Desmarañando el embrollo, ¿es la mercantilización de la
quinua real tan negativa como nos lo cuentan”, el desarrollo de la
producción quinuera trajo diversos beneficios.
“Ha
incrementado la diferenciación socioeconómica en el Altiplano Sur”. No
sólo en lo referido a los ingresos que hoy reciben las familias, sino
también en otros aspectos, ya que hoy a esa región llegan maestros,
empresarios, productores, gente que vende su fuerza de trabajo. Se ha
generado una migración positiva, destacó.
“La
producción de quinua ayuda a la cohesión de productores y personas que
vuelven a su comunidad porque aceptan las obligaciones que pone ésta y
participan en eventos comunales. Se va tejiendo una sociedad más
grande”.
Recordó que un decreto de Hugo Banzer obligaba a que un porcentaje de harina de quinua sea incorporado en pastas y panes.
Cifras del atlas de la quinua real
Productor
Los productores permanentes de quinua real en municipios del Altiplano
Sur son 5.978, pero hay otros a los que se los llama residentes, o sea
que sólo van por temporadas.
Cultivos
El promedio por productor es de 6,13 hectáreas en el municipio de
Colcha K y 12,15 hectáreas en el municipio de Uyuni. Esta información
corres-ponde a 2.940 agricultores del Altiplano Sur.
OPINIONES
Víctor Vásquez ‘Agricultores sí consumen su producción’
“Casi todos los cultivos de quinua son orgánicos, lo que falta es que
todos tengan el certificado de las instituciones que otorgan la
certificación orgánica. La quinua (real) cuesta caro, pero no es cierto,
como dicen algunos, que los productores vendan toda su producción y no
dejen nada para el autoconsumo”. Vásquez es viceministro de Desarrollo
Rural.
Pablo Laguna ‘Incrementan sus ingresos y los invierten’
“Una zona marginal vio mejorar la calidad de vida de sus habitantes por
la quinua, no sólo por la venta sino porque al elevarse los ingresos
familiares, éstos son invertidos en otras actividades empresariales no
capitalistas, adquieren un tractor, un camión, abren una tienda y hay
más acceso a la educación”. Laguna es antropólogo y economista rural.
Bolivia tiene apoyo para crear el Centro Internacional de la Quinua
La creación del Centro Internacional de la Quinua
en Bolivia es una de las diez prioridades en el Año Internacional de la
Quinua (AIQ). Por el momento, el Consejo Agropecuario del Sur (CAS)
apoya su implementación, pero faltan las resoluciones oficiales de la
Comunidad Andina (CAN) y el Mercado Común del Sur (Mercosur), informó el
viceministro de Desarrollo Rural, Víctor Hugo Vásquez.
“Estamos buscando respaldo internacional. En la reunión del CAS, donde
participan Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, se
emitió una resolución para que el centro esté en Bolivia”, recordó la
autoridad. Sin embargo, manifestó que si bien en los grupos del Mercosur
y de la CAN “también existe el apoyo”, “sólo faltaría la resolución
firmada por los ministros de los países miembros”.
Vásquez anunció que el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras “realiza
el estudio a diseño final para implementar este centro en Bolivia. Con
él se va a determinar el lugar, los mecanismos, las modalidades”.
Dicho estudio se realiza con recursos que provienen de la Organización
de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el
Tesoro General de la Nación (TGN). Se estima que el documento final será
presentado a finales de julio.
“Al Gobierno Nacional
le interesa que el centro internacional opere en Bolivia, que se
recopile y mejore la genética de la quinua” boliviana y del resto del
mundo para optimizar el grano y comercializarlo. “Es un centro que será
de beneficio para Bolivia y el mundo”, sostuvo Vásquez.
Al Comité Nacional para el AIQ
—organismo conformado por el Gobierno, quinueros, transformadores
(procesan el producto), comercializadores e instituciones académicas— le
corresponde impulsar este proyecto.
La CAS, en una
Declaración Ministerial, valoró la importancia de reconocer a los
pueblos andinos por la conservación de este grano mediante conocimientos
y prácticas ancestrales y acordaron acompañar la implementación del
centro “como una instancia promotora de tecnología para optimizar la
producción del alimento, además de la preservación de la variabilidad
genética existente”.
Objetivos del CAS
Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay conforman el
Consejo Agropecuario del Sur (CAS). El organismo fue fundado en abril de
2003 y tiene por objetivo la articulación del sistema agropecuario de
la región.
SS. Publicado en El Financiero 7/4/2013
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