“Tenemos el firme desafío de innovar,
incentivar y fortalecer en el área de la salud, la belleza y el
bienestar de la familia boliviana. Ese es nuestro principal compromiso”,
puntualiza la presidenta ejecutiva de Farmacorp, María Rosario Paz, al
inaugurar una nueva sucursal en la ciudad de La Paz.
“Esta es una empresa familiar especializada”, subraya Andrea Landívar,
gerente de Marketing de la cadena de 60 farmacias distribuidas en
Cochabamba, La Paz, Santa Cruz, Oruro y Tarija. Se trata de una sociedad
anónima (SA) con cuatro accionistas y un plantel ejecutivo
especializado en diferentes áreas del negocio. El directorio se reúne
cada mes.
“Somos nuestra propia competencia, nos
ponemos la vara alta y vamos en esa dirección”, enfatiza Landívar. Añade
que cuentan con los mejores profesionales, bajo las exigencias que
precisa un negocio de este tipo que les obliga a cuidar diversos
detalles como el manipuleo de los productos. Los planes de expansión
para llegar con más sucursales a las ciudades capitales del resto del
país están en marcha, adelanta.
“Llegamos a la
tercera generación”, afirma orgullosa Ximena Parada. Pasaron la etapa
crítica en la que una empresa familiar, según estadísticas, puede morir o
avanzar.
Las socias tienen el sentido de familia, valor esencial de esta firma, según coinciden ambas primas.
Andrea Landívar estudió Finanzas en Estados Unidos y después de un año
del ejercicio de su profesión volvió a casa. Está en la empresa hace
diez años.
Empezó en el área de cobranzas y captación
de clientes. Ximena Parada se tituló en Arquitectura en México y
después de diversos años se sumó al negocio familiar. “Van ocho años en
la empresa”, recuerda sonriente. Su experiencia le permite aportar en el
diseño arquitectónico de las farmacias.
Es una
fuente laboral y un centro de formación para 300 profesionales de
Bioquímica y Farmacia. La mayoría mujeres porque esa es la tendencia en
estas carreras. “Somos una escuela para el profesional que ingresa a
Farmacorp. Aprenden en el día a día. Varios empleados se fueron y
formaron sus propias farmacias que salen de lo tradicional, son
ordenadas, limpias”, expresa Parada.
Si bien no hay
una cifra total de los clientes que atienden, calculan que son unas
140.000 personas. Esa es una cifra que sale del programa de fidelización
de Farmaclub.
Con el servicio de Farmamóvil abrieron
espacios laborales para unas 60 personas, la mayoría son motociclistas
que atienden los pedidos de puerta a puerta. Administradores,
ingenieros, técnicos forman parte del equipo de una empresa que otorga
ocho servicios adicionales.
Cuentan con centros de
distribución en Santa Cruz y Cochabamba, donde los proveedores dejan sus
productos con la seguridad de que serán adecuadamente manipulados.
Tienen sistemas de frío para almacenar los medicamentos que así lo
requieran. Con los laboratorios farmacéuticos bolivianos como Inti y
Vita, además de los internacionales, tienen una relación que data del
siglo XX.
El trabajo formal es importante, asegura Rosario Verazaín, que fue responsable de abrir la primera sucursal en Cochabamba.
Servicios para los clientes
Farmaclub
Premia a sus clientes frecuentes a través de un sistema de acumulación de puntos.
Pagos
Con Servi Express los clientes pueden pagar servicios básicos, telefonía, cable, cine y otros.
Credifarma
Con esta tarjeta los empleados de empresas obtienen una línea de
crédito sin interés, para sus requerimientos en toda la cadena.
Farmamóvil
Es un servicio de puerta a puerta en Cochabamba, La Paz, Santa Cruz, Oruro y Tarija.
Una historia que empieza en 1937
En 1937, el bioquímico Osvaldo Gutiérrez Jiménez abrió la primera
farmacia con su apellido en Santa Cruz. La iniciativa del padre despertó
en su hija Rosario un espíritu emprendedor y en 1964, con su esposo
Lorgio Paz, inauguraron la farmacia Santa María.
En
el sitio web de Farmacorp se relata la historia del establecimiento
familiar. “María René se integró al negocio de su padre y más tarde lo
haría su hermana Rosemary, que también formó parte del equipo Gutiérrez.
Entre tanto, María Eugenia, la menor de las cuatro hermanas, se
incorporó en el desafío para llevar adelante Santa María. Desde esa
época, ambos establecimientos compartieron liderazgo” en Santa Cruz.
En 1993 la farmacia Santa María abrió una sucursal. Ahí nació el
concepto de cadena. “Las cuatro hermanas se convirtieron en rivales
circunstanciales en sus farmacias, pero sólo en el trabajo porque luego
de la jornada la familia se reunía en largas tardes y noches de charlas y
festejos, criando a los hijos y soñando con que la siguiente generación
se encargará de seguir con el emprendimiento de los Gutiérrez”.
Fue en 1996 que se incorpora la tercera generación. Rosario, nieta de
Osvaldo Gutiérrez, ayudó en la administración de la farmacia Santa María
y Ximena, hija de María René, lo hizo en la farmacia Gutiérrez.
“Continuaron creciendo y abriendo sucursales”.
Las
primas recuerdan que ante la necesidad de encarar nuevos proyectos,
nació la idea de fusionarlas. Así surgió la compañía Farmacorp. La
fusión fue un momento histórico para la familia. Era 1999 y un año
después empezó a operar. Esperan que la cuarta generación también tome
la posta.
SS. Publicado en El Financiero 28/4/2013
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