— Hoy estamos atravesando una época de bonanza económica. Sin embargo,
seguimos en un desarrollo incipiente. Seguimos en la cola en
competitividad industrial en América Latina. Al único país que le
ganamos es Paraguay. Hace una década no existían los recursos prestables
para invertir y no había inversión. Hoy existe una alta liquidez, pero
se mantiene esa falta de inversión.
— ¿Hay una nueva generación de empresarios industriales?
— Se han mantenido los rubros. Bolivia no ha tenido industria pesada;
básicamente se asienta en los sectores alimenticio, manufacturero,
agroindustrial y farmacéutico. Ha crecido pero sigue habiendo poca
diversificación y ése es el desafío, el ampliar la estructura
industrial. El sector textil estaría decreciendo y el agroindustrial
creciendo.
La industria está trabajando en la certificación, gestión de calidad, uso eficiente de energía y cuidado ambiental.
— ¿Cuántas industrias se sumaron a la CNI en este tiempo?
— Un importante número de unidades productivas que se incorporan a la
actividad son pequeñas y medianas empresas (pymes); otras medianas han
dado el paso para ser sociedades anónimas con la visión de participar en
la actividad bursátil y crecer. Llama la atención que, según el
registro de Fundempresa, sólo el 11% están ligadas al sector productivo
(hay registradas unas 72 mil). Tenemos afiliados a través de
asociaciones sectoriales, cámaras departamentales y deben ser más de 10
mil empresas; hay algunas que no están formalizadas, pero las asimilamos
a través de nuestros Núcleos Productivos.
— Es un número importante que genera empleo y productos de valor agregado, ¿qué se necesita para fortalecerlas?
— En este análisis no podemos dejar de hablar de la formalidad vs. la
informalidad. Las pymes tienen la característica de invisibilidad e
itinerancia, tienen corta vida. A la CNI le interesa constituir un
observatorio de la pyme y acompañar al Gobierno para fortalecerlas. Un
concepto difícil de dilucidar es sobre cuál pyme está más cerca de la
ilegalidad que de la informalidad. (Ejemplo: su pertenencia al Régimen
Tributario Simplificado).
— Hay varias leyes que serán modificadas y afectarán al sector industrial, ¿están tomando en cuenta a la informalidad?
— Todas están por ser evacuadas. Lo que tememos, porque no se nos
permite participar ni opinar, salvo en el caso de la ley de inversiones,
es que cada vez son más duras para ese pequeño sector. Vemos que hay
políticas de fomentar pero con medidas como el aumento salarial se
genera una mejor situación para las informales (no hay control sobre
ellas para saber si cumplen con leyes laborales).
— ¿Pueden como CNI incidir en que la formalidad se impulse?
— Al interior de la CNI tenemos programas que apoyan y fortalecen la
actividad de las pymes. Pretendemos que el sector industrial crezca en
capacidad y número. No queremos ser unos cuantos.
— ¿Cuál el desempeño del sector industrial el año pasado?
— El sector tiene un crecimiento positivo pero pequeño, está entre el 3% y 4%, salvo el año pasado que fue del 4,78%.
— ¿Qué falta?
— Apoyamos que se canalicen más créditos al sector productivo. Nos
preocupan diversos aspectos: la competencia del contrabando y del
Estado; el control de precios, porque se debe asimilar los incrementos
salariales con los mismos precios (venta de productos); la aplicación de
más impuestos por diferentes medios; las inversiones para el sector de
energía que atienda la demanda industrial (que consume el 30%); anuncios
de cobrar tarifas diferenciadas de electricidad, lo cual rechazamos.
— ¿Y cuándo cree que se sienten a hablar con el Gobierno?
— El tripartismo sería ideal, pero no están dadas las condiciones. El
sector de los trabajadores no va a aceptar nunca sentarse a hablar con
la parte patronal y el Gobierno está atrapado en esa situación.
— ¿Entonces cuál va a ser el relacionamiento con el Gobierno?
— Nunca vamos a dejar de intentar que se nos escuche.
Perfil
Nombre: Mario Yaffar
Profesión: Economista
Cargo: Presidente de la Cámara Nacional de Industrias
Empresario industrial desde el primer día de trabajo
Paceño. Estudió en el colegio San Calixto de Següencoma (hoy San
Ignacio). Obtuvo la licenciatura en Economía de la Universidad Católica
(UCB). Tiene dos maestrías, una en Competitividad Global de la
Universidad Andina Simón Bolívar y la otra en Finanzas de la Empresa en
la UCB. “Mi primer trabajo fue en la empresa familiar, La Francesa, en
la que comencé desde los puestos de abajo; pasé al área productiva y
luego fui gerente de área por años”, recuerda. Y desde hace 12 años es
gerente general de La Francesa. “En realidad no he tenido otro trabajo.
Estoy ligado a la empresa hace 37 años”, destaca. La capacitación
permanente del empresario es un hecho que pone en relieve. “Fue
importante aplicar la teoría a la práctica. Esa teoría que está en los
textos, en el día a día, es totalmente diferente. Ésa es la experiencia
más importante”, asegura. “El sector industrial es el segmento
productivo, el que genera productos y bienes, agrega valor, no es
especulativo, incorpora valor, genera empleo, y también actividad
financiera”, precisa.
SS. Publicado en El Financiero 14/4/2013
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