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16.1.11

‘A los municipios clasificados como más pobres les damos tasas de 3,20%’

Svetlana Salvatierra, publicado 16 enero 2011

Edson Valda Es director ejecutivo del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) y hace poco presentó su rendición pública de cuentas sobre las actividades realizadas en el 2010. En entrevista con este medio destacó que esta entidad crediticia estatal ha dejado de ofrecer créditos a los municipios grandes y se ha dedicado a los más pequeños y más pobres, disminuyendo los requisitos, bajando tasas de interés, plazos de pago y tiempos de aprobación para proyectos productivos, que presenten los gobiernos municipales.

— ¿Han variado los objetivos del FNDR?
— La idea es no seguir haciendo más de lo mismo. Antes, el FNDR era una institución crediticia que te decía tengo crédito para agua, electricidad, caminos a tales condiciones, quieres o no quieres. Era una opción que podías tomarla o no. En cambio nosotros hemos tratado de fusionar lo que significa las políticas gubernamentales con las necesidades municipales. Hemos abierto de manera global lo que significa nuestro menú de proyectos y trabajar integralmente en lo que significa producción, pero producción sin cruzarnos con otras instituciones de financiamiento que apoyan a los pequeños productores, si no complementándolas.
— ¿Qué tipo de apoyo dan a la producción?
— Apoyamos con maquinaria, con infraestructura productiva. El qué lo tenemos claro; el dónde se ha ido dando por el conocimiento del FNDR. Antes ibas a un municipio (alejado) y nadie sabía que era el FNDR, así que hemos implementado una política de difusión para dar a conocer que existe una institución crediticia, con un modelo de crédito que funciona durante más de 20 años y que puede apoyar la producción.
Por ejemplo, vimos que en Okinawa, un municipio cruceño que recibe muy poco apoyo, ha tenido problemas de inundaciones y sus producciones de arroz se vieron perjudicadas. Ellos tenían un requerimiento de maquinaria que atendimos, luego vino un segundo crédito y hasta un tercero. Ha funcionado el crédito debido a una lógica de conciencia crediticia en este municipio. Similar apoyo se dio en los valles con el trigo. Se financió a municipios como Tacopaya, Cotagaita, Monteagudo. En el Chaco, con el tema de enfrentar la sequía nos han pedido cisternas y maquinaria para hacer atajados y construir pequeñas represas. De acuerdo a la problemática municipal que está ligada a la producción se está coadyuvando a la política nacional.
—  ¿Han cambiado los requisitos para acceder al financiamiento del FNDR?
— Antes había como 20 requisitos y los hemos reducido a los necesarios. Ahora, sólo tenemos siete requisitos, nada más. De hecho, seis de ellos dependen íntegramente del gobierno municipal: la solicitud de financiamiento, una simple carta; la presentación del plano, programa o proyecto que es obligatorio; si es para maquinaria son cuatro hojas sobre el uso de la misma; un plan de control social; una resolución del Concejo Municipal donde se declara prioridad al proyecto y autoriza el alcalde a contraer el crédito y compromete su contraparte municipal; una nota en la que el municipio certifique que tiene dinero el municipio; y una autorización del Concejo Municipal para la firma del contrato.
El séptimo requisito es un certificado de crédito público que depende del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, que nos dice hasta cuánto se puede endeudar un municipio para que les otorguemos el crédito.
— ¿Cuáles son las condiciones?
— Era muy difícil conversar con los gobiernos municipales de Cochabamba, Santa Cruz o El Alto en los mismos términos que hablar con sus pares de Yaco, Puerto Pérez, Okinawa o cualquier municipio pequeño. Hemos diferenciado las condiciones, tenemos tasas diferenciadas en función de los parámetros de pobreza. A los municipios que son clasificados como más pobres, hemos dado tasas de  3,20% ó 3,30%. Bajísimas. Y a los municipios más grandes, llegamos a dar el 5,9% o 5,8%.
Hicimos lo mismo con los montos de la contraparte. A los más pequeños les damos el crédito hasta el 90% y ellos aportan con el 10% de contraparte. Respecto al tiempo que tienen para pagar, el plazo está de acuerdo a su flujo financiero, de 5 años hasta 20 años. Esta apuesta ha sido interesante, pero puede sonar como discurso; los resultados son que ahora estamos trabajando así con casi la mitad de municipios.
— ¿Los tiempos de aprobación de proyectos son  rápidos para todos los municipios?
— Venir aquí es difícil y lo malo es que sólo tenemos oficinas en La Paz. Pero al haber transferido responsabilidades a los municipios, nuestros promedios están de 20 a 25 días hábiles

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